(Argentina/ España, 2015)
Dirección y Guión: Eugenio Canevari. Elenco: Denise Labbate, Estefanía Blaiotta, Pablo Bocanera, Nazareno Gerde, Justo Carricart, Carolina Herrera, Meme Santoro, María José Sharry, Bernardo Calabia. Producción: Eugenio Canevari. Distribuidora: Cine Tren. Duración: 67 minutos.
La diferencia de clases es un tema recurrente en el cine. Muchas veces el enfoque es superficial, poco creíble. Pero en los mejores casos, los films resultan retratos descarnados de cómo funciona el mundo. Paula pertenece a este último grupo.
Paula (Denise Labbate), la joven criada de una familia acomodada de la ciudad de Pergamino, descubre que está embarazada de su ex. Sabiendo que no puede tener al bebé sin que la echen del trabajo, acude a una clínica para hacerse un aborto, pero el precio es demasiado elevado para sus humildes bolsillos. Comenzará a buscar la manera de recaudar dinero sin que se den cuenta sus patrones, ocupados en el festejo del cumpleaños de Nachi, uno de sus hijos. En tanto, debe ocultar su creciente panza y no despertar sospecha.
En paralelo a las desventuras de la protagonista, el debutante Eugenio Canevari le imprime al relato un estilo cercano al de Lucrecia Martel en La Ciénaga, mostrando las miserias de personas de clase alta en un lugar aislado, donde la ostentación y la pose son más importante que el amor y el respeto hacia el prójimo; donde la frialdad no se modifica ni siquiera a la hora de sacrificar un perro que devora a sus crías. Además, mediante la joven protagonista, también presenta a personajes de clases más bajas, trabajadores. La premisa no resulta muy novedosa y el final no tiene un cierre concreto. Así y todo, se rescata el modo en que el director cuenta la historia, evitando ciertos lugares comunes y las sobreexplicaciones (nunca se pronuncia la palabra “aborto”, por ejemplo).
Denise Labatte es la gran revelación. Debe cargarse al hombro la película, componiendo un papel complejo, que debe nadar contra la corriente, y lo hace con economía de recursos, de manera que el espectador empatice con sus problemas. El elenco secundario no se queda atrás, empezando por los tres hijos de los dueños, quienes tienen más afinidad con Paula que con sus propios padres (la nena más chica le dice “Mamu”). La utilización de planos fijos permite captar el trabajo naturalista de cada actor.
Paula tiene sus hallazgos y demuestra que las clases más altas suelen ejercer una oscura impunidad.
Por Matías Orta
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