A Family (En familia, Dinamarca 2011)
Dirección:
Pernille
Fischer Christensen. Guión: Kim Fupz
Aakeson, Pernille Fischer Christensen. Elenco: Jesper Christensen, Lene Maria Christensen,
Pilou Asbaek. Producción: Sisse
Graum. Duración:
104 minutos.
En el nombre del padre.
Este año las
carteleras porteñas han ofrecido muy buenos títulos, con fuertes bases
melodramáticas, cuyo núcleo central fue una enfermedad deteriorante en adultos
mayores y la re- estructuración de los lazos familiares que esto conlleva. En la
dolorosa Amour de Haneke, vimos como
una pareja de ancianos debe enfrentar el derrumbe irreversible de uno de sus
miembros. Stéphane Brizé relata en Algunas
Horas de Primavera como un hijo y una madre con un vínculo frío y distante
deben afrontar el destino terminal de ella.
A Family va en esa línea. Una hija artista, con una
tentadora oferta de trabajo en New York, se enfrenta ante la decisión de
aceptar esta magnífica oportunidad o quedarse en Copenhague para acompañar a su
padre, a quien se le detecta un tumor cerebral incurable. Esta mujer, Ditte
(Lene Maria Christensen), arrastra un terrible Edipo con su padre (Jesper
Christensen), y éste con ella. De hecho es la única mujer que realmente valora
al patriarca, dueño de una panificadora legendaria en Dinamarca que provee a la
Realeza.
Tal es el punto de
admiración que tiene este padre para con su hija, que le pide ya enfermo y en
las últimas que se haga cargo de la panificadora, lo cual la enfrenta al dilema
de seguir con el mandato familiar o dedicarse a lo que ella realmente ama, el
arte. A excepción del comienzo, donde con un interesante montaje se nos ubica
en el presente familiar contando el pasado con llamativas fotografías, el filme
tiene una narración clásica, pausada. La enfermedad del padre es el satélite
alrededor del cual rondan todos los personajes secundarios, quizás descuidando
un poco la relación de Ditte con su pareja (central al comienzo del filme pero desdibujada
más tarde).
La actuación de Jesper
Christensen es memorable, encarnado a ese hombre obsesionado con su empresa,
omnipotente hasta que la enfermedad le dice lo contrario; lo cual lo pone
irritable, crispado y hasta manipulador con su hija preferida. La película
tiene varias escenas fuertes que describen momentos de descompensación física
del padre y otras muy movilizadoras como cuando toda la familia se reúne
alrededor de la cama del agonizante, con un “ruidoso” silencio y unos primeros
planos que valen más que mil palabras.
Cruda, conmovedora, reflexiva
y profunda, A Family, con clara
influencia del Dogma, es un drama típico que aborda la enfermedad terminal, sin
sensiblerías pero con algunos golpes duros e ineludibles.