Ecos de la fe en el progreso
La presentación de la séptima edición del Festival de Cine de Brasil, denominado 7º Cine Fest Brasil-Buenos Aires, que se realiza entre el 12 y el 18 de mayo en el Village Recoleta, estuvo a cargo de una de sus curadoras y creadoras Claudia Dutra, representantes del BNDES y la Embajada de Brasil.
Tras la introducción y los agradecimientos a los sponsors se exhibió el film documental Cuánto Tiempo tiene el Tiempo, de Adriana Dutra, otra de las curadoras del festival. En la película, la realizadora brasileña parte en un viaje alrededor del mundo para investigar sobre la noción de tiempo en la actualidad. A través de entrevistas a filósofos, gurúes, monjes budistas, pensadores y representantes de movimientos culturales como André Comte-Sponville, Marcelo Gleiser, Thierry Paquot, Arnaldo Jabor, Francis Wolff, Luiz Alberto Oliveira, Raymond Kurzweil, Erick Felinto, Stevens Rehen, Domenico De Masi, Arthur Dapiéve, Alexandre Kalache, Monja Coen Sensei, Tom Chatfield, Analice Gigliotti, Nélida Piñon, Max More, Natasha Vita-More y Nilton Bonder, Dutra indaga sobre el concepto del tiempo y su relación con la tecnología, la cultura y la vida, con un pequeño guiño a la serie de animación japonesa, Ghost in the Shell.
Siguiendo esta lógica y con un espíritu inquieto, el documental recorre distintas posiciones teóricas respecto de los temas postulados. Desde la visión religiosa del budismo a las posturas radicales del movimiento por el transhumanismo, que plantea una extraña metamorfosis de la condición humana a través de las innovaciones tecnológicas, Cuánto Tiempo tiene el Tiempo intenta dar cuenta del estado del mundo y las problemáticas que la humanidad atraviesa y atravesará durante los próximos años.
Si al comienzo del film los pensadores logran trazar una interesante genealogía sobre el tiempo y los cambios en su interpretación, promediando la mitad de la película los mismos pensadores comienzan a proponer barbaridades sin ningún tipo de justificación social o política sobre la jubilación y la tecnología, como si vivieran en una torre de marfil en una isla lejana, apartada de la realidad de los trabajadores y del mundo.
A partir de ese punto, el mundo de las ideas se vuelve una abstracción. Salvo raras excepciones que exponen tímidamente algunos puntos cercanos al marxismo, todos los entrevistados terminan exponiendo teorías cada vez más descabelladas, que se pueden resumir en que los empresarios quieren convencer a los ciudadanos del mundo de que es inevitable que gracias a una mano invisible del progreso las empresas y los Estados deben invertir en tecnología en lugar de cambiar las condiciones de explotación a las que esas mismas empresas y Estados someten a las personas, sin siquiera analizar la condición de producción de basura real y virtual que hoy produce la tecnología.
Abrazando la teoría de que los intelectuales y los profesionales son los siervos de las clases dominantes, Dutra hace oídos sordos a las ideas rebeldes de Gramsci, a los conflictos laborales y a muchos intelectuales de gran valor en la actualidad como Giorgio Agamben (que tiene mucho para decir sobre el tiempo), Jacques Ranciere, Jean-Luc Nancy o Andrea Cavalletti, para construir un documental burgués con los previsibles condimentos new age de moda y una falta de crítica social preocupante.
Más allá de este simpático intento de los empresarios de convencernos de que debemos ayudarlos a enriquecerse y buscar la piedra filosofal, el festival contará con películas de diversos géneros como Introducción a la Música en Sangre, de Luiz Carlos Lacerda; Prueba de Coraje, de Roberto Gervitz; Amores Urbanos, de Vera Egipto, Boi Neón, de Gabriel Mascaro; Mundo Can, de Marcos Jorge, y Mátame, por favor, de Anita Rocha da Silveira, entre algunos referentes de lo mejor del cine brasileño.
Martín Chiavarino