Tierra Adentro (Argentina, 2011)
Dirección: Ulises de la Orden. Guión: Juan Pablo Young, Ulises de la Orden.
He aquí otro de los buenos documentales argentinos estrenados este año. En la fila ya están Buen Día, Día; Causas; Vienen por el Oro, vienen por Todo y la excelente Un Tren a Pampa Blanca. Tierra Adentro parte de una gran idea que bien podría haber sido una ficción: La búsqueda de las raíces autóctonas en un pasado doloroso y a la vez necesario de conocer.
A partir de las consecuencias de la campaña del desierto de Roca, Ulises de la Orden, el director de la interesante Río Arriba, comienza a desandar cinco caminos para llegar a al pasado; conocer el vasto territorio que ocupaban los Mapuches y plantear la necesidad de su reivindicación.
Estos cinco caminos son desandados por: un descendiente de uno de los militares que comandó la campaña, un historiador que busca pruebas fehacientes de los beneficiados con el genocidio, una mujer descendiente de Mapuches, el jefe actual de la comunidad y un periodista guluche que parte desde Chile buscando las marcas de la conquista en el territorio que recorre. Es decir: Ulises de la Orden, se ocupa, mediante una excelente edición paralela, de ofrecer todos los puntos de vista posibles. Todas las personas que aparecen en Tierra Adentro tienen algo que decir y gracias a todos esos testimonios y fundamentos, la película logra momentos muy emotivos que llegan por decantación y no por imposición al efectismo barato.
El compromiso del espectador con la forma y el contenido se da desde el minuto uno porque este es un cineasta con ideas muy claras y sintéticas. Por eso no hay una sola palabra ni imagen que sobre.
Pero hay más.
En el mejor y mas valorable acierto de Tierra Adentro (mientras esos cinco puntos de vista convergen en el mismo lugar histórico-político), el director juega a lo grande y plantea un centro neurálgico para todas estas historias: las próximas generaciones. Pablito está entrando en la etapa pre-adolescente y esta etapa de su vida comienza a bifurcarse. Por un lado está la escuela y la iglesia católica (cuyo accionar también está cuestionado). Por el otro, están las personas de origen Mapuche con las que el realmente disfruta y no se siente discriminado; sino parte.
El chico va tomando decisiones trascendentales que van a cambiar su vida para siempre. Hay una gran lección para quienes manejan los destinos de la gente en una simple frase que él dice.
Para entonces, los cinco recorridos nos habrán conmovido y mostrado la historia de una manera tan dinámica como concreta.
Realmente una película con altos valores cinematográficos y que, para quien escribe, debería trascender el hecho comercial y formar parte de los programas de educación a nivel nacional. Si el cine documental se realiza de esta manera, bien vale la pena el intento de llegar a la conciencia y al corazón de las próximas generaciones.