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FESTIVALES

Flame & Citrón

Flame y Citrón (Flammen & Citronen, Dinamarca, Alemania, República Checa, 2008)

Dirección: Ole Christian Madsen. Guión: Ole Christian Madsen y Lars Andersen Producción: Lars Bredo Rahbek. Elenco: Thure Lindhardt, Mads Mikkelsen, Stine Stengade, Peter Mygind, Mille Lehfeldt, Christian Berkel. Distribución: Mirada. Duración: 130 minutos.

NOTA: Crítica previamente publicada por motivo de su estreno comercial.

Queda tanto por descubrir de la historia de la Segunda Guerra Mundial. Tantos personajes ignorados, tantos héroes desconocidos, tantas voces que aún tienen miedo de relatar lo que pasaron.

Es realmente inusual, que una de estas tantas historias provenga de Dinamarca. Estamos acostumbrados a ver visiones estadounidenses, alemanas, austríacas, francesas, checas, pero de la región escandinava se sabe poco.

Inusual también es contar en una función para la prensa con la presencia del productor del film, que en este momento se encuentra en nuestro país filmando una película llamada Superclásico (parece que se relaciona con River – Boca), según sus propias palabras junto al director de Flame & Citrón, y al guionista, que de hecho, reside en Argentina.

No vi los anteriores films de Madsen, pero este representante de la nueva generación de cineastas daneses, empezó como algunos de sus co relativos a difundir sus obras gracias al movimiento “Dogma 95” creado por el polémico Lars Von Trier.

Flame & Citrón es una película épica, de narración lineal, clásica, hecha más for export que por razones artísticas o antropológicas, que no rompe con ninguna regla de este tipo de películas.

Los protagonistas son Bent (Flame, interpretado por Lindhart) y Jørgen (Citrón, interpretado por Mikkelsen). Ambos son miembros de una pandilla de resistencia contra los nazis que ocupan Copenhague. Pero antes, repasemos un poco de historia (como bien explicó, el productor presente en la función).

El 9 de Abril de 1940, llegan los nazis a Alemania. Dinamarca se mantiene neutra. Los opositores al régimen, se escapan a Noruega o Suecia, en donde se pueden esconder en las montañas, mientras que en Dinamarca, debido a su paisaje  campestre pero desierto de montes o cumbres, los “resistentes” tienen que esconderse subversivamente en bares, que irónicamente son frecuentados por los nazis. El gobierno prohibió a los grupos, matar soldados alemanes. Por dicha razón, los grupos se dedican a asesinar daneses que trabajan para los nazis. Pero nadie habló de ello hasta el año 2000. Recién, en ese año, los sobrevivientes empezaron a contar sus propias historias, y los realizadores estuvieron 6 años grabando testimonios hasta que encontraron una historia y posteriormente un guión, pero el resultado final, es ambiguo. Un poco decepcionante.

Es 1944. El ataque de los aliados es inminente, pero Flame & Citrón tienen la misión de asesinar a sangre fría a un grupo de miembros del Tercer Reich, incluidos, jerarcas alemanes. Su jefe, Winther, recibe en secreto órdenes desde Londres.

La primera hora de la película es intensa y atrapante. Los atentados se van sucediendo, las interpretaciones son creíbles, los personajes son verosímiles. Tienen dudas, temores, incertidumbres, pero cumplen casi perfectamente con las misiones. Sin embargo, la relación de Flame, el más buscado de ambos, con una misteriosa mujer, Katie, que se codea con un Capitán de la Gestapo, que a la vez, se reúne con Winther, pondrá en peligro a la pareja de resistentes, y el resto del grupo.

Andersen cuenta la historia en forma solemne. En la primera hora, tiene una cuidada puesta en escena, donde se remarcan primeros planos y detalles de las acciones. Aun, cuando todo el macguffin es muy explicado y discursivo, el relato mantiene la tensión inicial. No decae en lo más mínimo, pero a medida que aumenta la presencia de Katie, y se hace énfasis en la relación con Bent, y paralelamente se cuenta la difícil situación matrimonial de Jørgen con su mujer, el relato empieza a decaer y se vuelve previsible. Estos aspectos humanizan bastante a los personajes, ayudadas por las actuaciones impecables de Lindhart y Mikkelsen (un excelente intérprete en Dinamarca, recordar Después del Casamiento, pero bastante decepcionante en sus trabajos de Hollywood: Casino Royale, Furia de Titanes). Pero a la vez, encasillan a la película como un drama más de guerra, con pocas novedades cinematográficas para ofrecer a los espectadores asiduos. La búsqueda estética inicial, conjunto a las elaboradas escenas de complots, quedan relevadas por escenas demasiado dialogadas.

Se trata de un trabajo correcto, pero meramente informativo al final, demasiado emotivo y previsto. El final, incluso, aparenta ser un poco exagerado (habría que revisar hasta donde fue real), ya que uno tiene la sensación de estar viendo el desenlace de Cara Cortada (en cualquiera de las versiones).

Andersen no encuentra la forma en sí de agregarle un suministro estructural distinto al acostumbrado a ver mini series o películas de hace 10 años.

Además, es notable, como deja de lado al resto del grupo de la resistencia (está bien, por algo la película lleva el nombre de Flame y Citrón, y nos La Historia de los Resistentes Daneses). Pero uno extraña en este tipo de películas, la anarquía de algunos directores, que supieron agregarle un poco de humor a este tipo de historias como Robert Aldrich en Los Doce del Patíbulo, o más recientemente, Bastardos sin Gloria de Tarantino (aunque, esta casi se trata de una fantasía). El resto de los personajes secundarios, sobriamente interpretados también, especialmente por el alemán Chrisitan Berkel como Hoffman (no Damián), el jefe de la Gestapo (irónicamente, él trabajó en Bastardos… El Milagro de Santa Ana, El Libro Negro y Operación Valkiria interpretando a nazis también) no tienen la suficiente participación para destacarse por encima de los protagonistas tampoco, aunque el alemán en la última media hora, tiene un par de escenas brillantes.

Flame & Citrón, es un film menor a comparación de otros sobre el tema. Solo un discreto film de espionaje bélico. Finalmente convencional en el aspecto visual y narrativo. Pretencioso para ser vendido comercialmente. Interesante pero trascendente. Con algunas intensas y tensionantes escenas de suspenso (especialmente la del sótano del bar con Berkel) bien realizadas.

Su función principal, no es cinematográfica, sino histórica: lograr el reconocimiento de dos personajes completamente desconocidos para el nuevo continente, que siempre reconoce a los mismos héroes. Hacer valer la memoria, que los sobrevivientes de guerras y masacres históricas se animen a contar lo que pasó, para que no se repita.

En ese sentido, la misión del film se cumple.

 

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