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#NYFF62 | Dahomey

#NYFF62 | Dahomey

Existen universos y culturas desconocidas a las que Occidente mira con asombro y las considera exóticas. Uno de esos mundos es el africano, diezmado en sus riquezas naturales: diamantes, caucho, marfil, etcétera. Entre esos países desconocidos existe el de Dahomey.

Dahomey fue un antiguo reinado, luego una pequeña colonia y después territorio de ultramar francés ubicado al oeste de África. En 1962 obtuvo la independencia completa y en 1975 cambió su nombre por el de Benín.

Mati Diop retomó la historia de Dahomey y la convirtió en híbrido documental, en el que mezcla procesos, costumbres e historia, generando una propuesta muy interesante en la que muestra que existe otro espacio diferente. En él vive una cultura que, a pesar de las invasiones occidentales para expoliarla, ha sobrevivido a través de su arte. Este año presentó en Berlín Dahomey, por la que ganó el Oso de Oro, y luego en el no competitivo New York Film Festival o NYFF.

Mati Diop es una actriz franco-senegalesa que inició su carrera actoral en la excelente 35 Rhums, de Claire Denis, y obtuvo el Gran Premio del Jurado por el film de su autoría: Atlantique. En los 72 años del festival, fue la primera mujer negra en participar y conquistar un premio. 

Mati Diop creó la narrativa de Dahomey a través de las 26 obras de arte (de la 7000 que robaron) devueltas a Benín y que habían sido saqueadas durante la época colonial y exhibidas en el Musée du Quai Branly – Jacques Chirac, un museo parisino de arte no europeo. Entre las piezas devueltas se encontraban estatuas de los antiguos reyes de Dahomey. El rey Ghezo y sus herederos Glélé, y Behanzin, representados con cabezas de pájaro, león, o tiburón para sugerir sus poderes sobrenaturales. Y también un trono y figuras en latón, cobre, bronce y madera, especialmente la estatua del Rey Ghezo.

Diop, con la cooperación de la directora de fotografía Joséphine Drouin-Villard, cinceló cada escena, cada plano y cada línea de la voz en off, con paciencia de artesano, para despojar al film de lo superfluo y arribar a lo esencial. Lo sugestivo de este canavá entretejido por ambas fue conseguir que los protagonistas cobren vida, generando que el relato deje de pertenecer a la directora sino a los propios personajes.

El film posee un extraño equilibrio entre los silencios, los objetos, la imagen, el sonido y el ritmo de la cámara subjetiva. La figura del Rey Ghezo es el eje central de la trama. Su voz incorpórea y distorsionada, a través de Lucrece Hougebelo, Parfait Viayinon y Didier Sedoha, en un diálogo escrito por el autor haitiano Makenzy Orcel, reflexiona sobre los años de oscuridad y encarcelamiento. Algunas escenas muestran, en estilo documental clásico y pausado, a los empleados del museo empacando y desempacando los objetos. Imágenes de las cámaras del museo y la relación entre los objetos y quienes los transportan. 

Pero donde la acción cobra vida es en el debate de los estudiantes de la Universidad de Abomey-Calavi sobre las implicaciones políticas, culturales e históricas de la devolución de los artefactos. No se conforman con las 26 piezas devueltas, sino que reclaman el patrimonio completo. Y también el baile que hacen las bailarinas de Cotonú al recibir las obras. Ellas realizan una danza muy particular, que las conecta con las amazonas, la elite de guerreras que poseía el Rey Ghezo, que se llamaban a sí mismas hombres porque ocupaban su lugar, ya que éstos habían sido diezmados por las guerras y la esclavitud.

Diop configura con su editor Gabriel González su magnífico, breve, pero dinámico documental Dahomey como una pértiga que abre la caja sellada de la historia colonial, rescatando borradas obras del olvido y dándoles luz para que sus verdaderos propietarios, el pueblo berinés, puedan exponerlas como el legado de su pasado. 

Dahomey es la poesía de los muertos que se reinventa a través de lo que se ha perdido y rescatado. Los objetos del pasado están llenos del tumulto mudo de esos recuerdos, que estuvieron encerrados en un espacio de intimidad que no se abre a cualquiera.

(Francia, Senegal, Benín, 2024)

Dirección: Mati Diop. Guion: Mati Diop, Malkenzy Orcel. Producción: Mati Diop, Judith Lou Lévy, Eve Robin. Duración: 68 minutos.

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