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CRÍTICAS - CINE

Al Borde del Abismo (Man on a Ledge)

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Al Borde del Abismo (Man on a Ledge, EEUU, 2012)

Dirección: Asger Leth. Guión: Pablo F. Fenjves. Producción:  Lorenzo di Bonaventura, Mark Vahradian. Elenco: Sam Worthington, Elizabeth Banks, Jamie Bell, Titus Welliver,  Edward Burns, Kyra Sedgwicki, Anthony Mackie, Génesis Rodríguez, William Sadler. Distribuidora: Alfa. Duración: 102 Minutos.

Superando las obstrucciones

Según dice el mito, lanzar una película en Enero no es lo más adecuado. En Estados Unidos acaba de terminar la temporada de estrenos oscarizables, por lo tanto los primeros títulos que generalmente llegan a la pantalla grandes, son obras descartables que no van por premios, pero tampoco convencen demasiado para ponerle fichas para el “verano”, la época de los grandes tanques comerciales, que es cuando la gente más va al cine.

Por eso mismo, Al Borde del Abismo no se puede tomar como un título fuerte. Sin embargo, la segunda obra del hijo del mítico Jorgen Leth (el director de El Hombre Perfecto, película con la que jugó Lars Von Trier en Las Cinco Obstrucciones) depara más de una sorpresa.

Si bien el guión del venezolano Pablo Fenjves no es demasiado novedoso que digamos, el cineasta, acompañado por un buen elenco hacen un producto digno y muy entretenido.

La historia es simple: un hombre se sube a la cornisa de una ventana del Hotel Roosvelt de Nueva York, provocando gran revuelo en la calle. A través de un flashbacks nos informamos que este hombre, Nick Cassidy (Worthington) en realidad es un policía encerrado durante dos años, por un crimen que no cometió. Aprovechando el funeral de su padre, se pelea con el hermano y termina escapando a lo Richard Kimble, con choque ferroviario y todo. Al subirse en la cornisa, llama la atención de la ciudad y la prensa. Solo pide una cosa: hablar con una detective que no logró salvar a otro policía que se quería tirar del puente de Brooklyn. Pero la historia no termina ahí, porque para probar su inocencia, Nick tiene otro plan que se realiza al mismo tiempo que está llamando la atención en la cornisa.

No estamos ante una gran novedad, y de hecho, el argumento guarda demasiadas reminiscencias con Robo en las Alturas, estrenada esta misma semana. Acá también, tenemos una venganza relacionada con la crisis financiera del 2008, y el robo de capitales de parte de los accionistas de Wall Street. La mayor diferencia viene en el cómo. Mientras la obra de Rattner, se priorizaba la comedia, el humor y la historia al servicio de un elenco de nombres, acá tenemos a un verdadero gran elenco al servicio de una historia. Y todas las escenas que carecen de verosimilitud (llamémosla verosimilitud hollywoodense) logran mantener la tensión gracias a un excelente uso del suspenso fragmentado. A Hitchcock tampoco le importaba demasiado que las escenas tengan credibilidad, y Leth en ese sentido logra un producto que podría haber filmado por el maestro del suspenso en sus mejores épocas, ya que se dan varias de las características de su cine: el falso culpable demostrando su inocencia, correr contrarreloj, las acciones simultáneas, el juego con el punto de vista de los personajes con la información que posee el público, etc.

Sí, tenemos diálogos teatralizados, lugares comunes, estereotipos y giros predecibles, pero nuevamente, acá lo que importa es mantener la tensión durante casi dos horas, aguardando por develar, como van a superar nuestro héroes las obstrucciones y lograr su cometido.

La película tiene una buena cuota de acción, suspenso y comedia en la dupla romántica que componen Jamie Bell y Génesis Rodríguez (la hija del Puma, con un cuerpo escultural), mientras que en el otro lado, tanto Worthington como Banks la aportan verosimilitud a sus personajes, al igual que Anthony Mackie (Vivir al Límite), el compañero policía de Nick, el único que sabe la verdad .

Hay algunos personajes desdibujados y actores que merecían mejor suerte como la periodista amarillista de Kyra Sedwick, el frustrado detective de Edward Burns o el valet que compone William Sadler. Tanto Ed Harris como Titus Welliver simplemente cumplen con sus ambiguos roles.

Sin mayor uso de los efectos visuales, que los que necesita, Al Borde del Abismo parece un thriller de los ‘90s: uno del mejor Andrew Davis o Richard Donner. El referente más cercano, acaso debe ser el film de Spike Lee, El Plan Perfecto.

Pocas pretensiones hacen un buen film; en este caso, la función del Leth es entretener y mantener la cabeza alejada de la realidad. Este Enero 2012, Al Borde del Abismo se sube a la misma cornisa que Robo en las Alturas y Misión Imposible 4 para intentar que el público supere (o incremente) el vértigo cinematográfico.

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