31 de marzo de 2011
Andy Inchausti / percusión y voz
Martín Longoni / contrabajo y bajo
Diego López de Arcaute / batería
Jesús Fernández / teclados
Lucio Balduini / guitarra.
En varios pueblos del mundo, la música y lo divino se hallan en estrecha relación. Culturas como la
hindú, japonesa, china, persa, griega, entre otras, han desarrollado pensamientos sobre la creación del mundo a partir del sonido.
Andy Inchausti rememora esta creencia: primero el sonido y después el hombre. Esta asociación fue ineludible ya que así comenzó su presentación. Una melodía compuesta con el sonido dulce y metálico de la kalimba creó un clima de cajita musical como intro y base para la aparición percusiva de Inchausti.
Escuchar sus producciones despierta la imaginación y el disfrute en sus mixturas entre lo electrónico y africano, dos mundos aparentemente paralelos para muchos de nosotros pero vistos como denominador común para este artista. La complejidad rítmica de sus composiciones musicales son gustosas de ser apreciadas por detalles que van desde ritmos afrolatinos, jazz, dance, entre otros, forjando una amplia gama sonora.
Tocar en vivo es estar en ese presente musical, en la construcción de cada músico. Los pifies, si es que los hay, son expuestos y nada puede hacerse. Esto viene a colación de un momento de acople que se presentó en el medio de una de sus canciones. Un micrófono acopló interrumpiendo estrepitosamente y Andy paró la máquina. Aunque no le hizo nada de gracia, esperó a que se solucionara el infortunio sin destrozar instrumentos valiosos (como quizás lo hubiera hecho Charly). Solucionado el problema, volvieron a comenzar con el mismo tema pero medio temerosos por posibles secuelas.
Su presencia en el escenario, por lo menos en esta ocasión, transmitió un ánimo de movimiento (varios espectadores, agitaban sus pies, manos y melenas) pero con un perfil serio y austero ante lo que sucedía en su devenir musical.
Su presentación tuvo un “toque” único, piezas musicales especialmente compuestas para mantener viva la memoria aludiendo al 24 de marzo.
Ciertamente el fuerte de Andy Inchausti no está en el canto, en cuanto a afinación y dicción, sino que lo que en-canta son sus dotes como compositor y multiinstrumentista. Como si esto fuera poco, también es profesor y director de su propia escuela percusión, músico sesionista de renombrados músicos y es uno de los directores de “La Bomba de Tiempo”.
En el 2010 sacó su primer disco solista Solo con canciones de su propia autoría y que grabó con la presencia de músicos invitados como: Santiago Vasquez, Luli Molina, Lisandro Aristimuño, Alejandro Oliva, Lucio Mantel, entre otros grosos…
