Que la magia nunca termine
Así como George Lucas creó esos mundos anteriores y posteriores, tanto en tiempo como en espacio, de su saga inicial Star Wars, la autora J.K. Rowling hizo lo propio. Luego de las exitosas entregas de Harry Potter, emerge este spin off, producto de un manual de texto escolar que el mismo Harry utilizaba para estudiar en la famosa escuela de magos, Hogwarts.
Así es como Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos (Fantastic Beasts and Where to Find Them, 2016) encuentra su lugar en las pantallas, por lo que parece ser con varias secuelas más (al menos cuatro confirmadas por Rowling). Bajo la dirección de David Yates, director de cuatro de las ocho películas sobre uno de los magos más famosos de los últimos tiempos, y estrenando a su autora en el rol de guionista, el resultado es simplemente perfecto.
El film se sitúa en Nueva York durante 1926, con la llegada de Newt Scamander, un mago ecologista, amante de la naturaleza, quien llega a la ciudad con un propósito que se develará un poco más avanzada la película. Interpretado por Eddie Redmayne, el personaje encuentra varias similitudes con Harry Potter; imposible no entrar en comparaciones, y en esas coincidencias es donde también resulta imposible no empatizar con él. De aspecto tímido, con una ingenuidad y torpeza entrañable, Scamander ya en su inicio demuestra su aire distraído (teniendo en cuenta que lo que lleva en su pequeña valija es un mundo de fantásticas criaturas), y es en esa torpeza donde comienza el conflicto.
En un cruce fortuito con Jacob Kowalski (Dan Floger), un panadero en busca de un préstamo para poder trabajar de lo que tanto le gusta, confundirán maletas, y así las criaturas se darán a la fuga en una ciudad pendiente de su cacería.
Esta dupla bien formada deberá resolver este incidente. Para ello se le unirán en la aventura dos hermanas bastante particulares: Porpentina Goldstein (Katherine Waterston), y Queenie (Alison Sudol), algo así como los cuatro fantásticos en versión menos superpoderosa, pero con muy buenas intenciones y un espíritu loable que los destaca sobre todo los contratiempos que sufrirán.
La comunidad mágica en Estados Unidos es bastante más rígida de aquella que conocemos en Inglaterra; siempre ante el temor del desenlace de una guerra entre no magos y magos, se le agrega el conflicto de una organización que teme por las brujas y está en constante cacería de las mismas.
El argumento posee una dicotomía clara en cuanto a su aspecto infantil, dotado por la variedad de estos animales fantásticos, perfectamente compuestos y trabajados con la tecnología CGI, y su parte más oscura. El tema del abuso y violencia sobre menores se hace presente y deja la duda si realmente esta película es apta para el público infantil.
Tal vez lo que pueda criticarse al relato es la cantidad de líneas argumentales que abre y expone, con el fin de presentar tantos personajes y de ir ubicando la historia para lo que vendrá. Se abusa un poco de ese recurso.
Lo que no se puede dejar de mencionar es el fantástico universo que se ha creado con el texto de Rowling. Todo aspecto artístico y tecnológico de la película es superlativo, el despliegue visual de los efectos se impone ante la historia, sin opacarla, y estas criaturas mágicas son protagonistas de los momentos más tiernos y divertidos de la película.
Queda, por otro lado, todo lo oscuro que de historia, con un personaje cruel como Percival Graves (Colin Farrell) y la inclusión de quien seguro será protagonista en el futuro: el tenebroso mago Gellert Grindelwald, y los obscurus, en un símil muy claro de aquellos dementores que chupaban el alma, en las tierras de Hogwarts.
En un análisis más exhaustivo, Rowling vuelve a darle lugar a personajes que no se adaptan, a aquellos faltos de popularidad, y los convierte en héroes de manera fluida, siendo eso ya una marca registrada de la autora.
La magia sigue intacta, la imaginación está plasmada de manera efectiva, y todos aquellos fanáticos encontrarán lo que fueron a buscar, y quienes den sus primeros pasos en este mundo de varitas y animales fantásticos, posiblemente se vuelvan parte de ese leal fanatismo.
María Paula Putrueli | @mary_putrueli