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CRÍTICAS

Apertura del VII Festival de Títeres para Adultos

 

 

El pasado miércoles 16 de junio se inauguró el Séptimo Festival de Títeres para Adultos en el Centro Cultural Caras y Caretas.

La muestra de títeres que, no recibe fondos oficiales, sino que se mantiene gracias a auspicios y al gran esfuerzo de todos los partícipes, especialmente su organizadora, la también actriz, directora de teatro de títeres, y co directora del Grupo El Bavastel, Carolina Erlich.

Apenas pasados unos minutos de las 20 Hs se abrieron las puertas de la sala, y se pudo acceder al salón de actos, donde se inauguró la Exposición de Material Gráfico del Festival, en la que se presentaron “los distintos motivos gráficos de las siete ediciones hasta la actualidad, con los bocetos a cargo de sus artistas respectivos”.

Ambientado como si fuera una kermés, titiriteros independientes como Laura Pagés y Gustavo Garbitto, se comunicaban e interpelaban con los presentes a través de sus simpáticos personajes: Beatriz y Jirafa respectivamente.

La exhibición de obras breves, se distribuyó en diversas esquinas del salón, y comenzó con el Striptease de un Títere, donde Sarah Bianchi, la joven titiritera de apenas 88 años, relató la creación de un número muy original que recrea los cabarets de los años ’30 a través del desnudo… de su títere. Un número maravilloso, divertido, pícaro, sútil.

Si Bianchi, demostró con humor, gracia y simpleza técnica que los títeres no son cosa de chicos solamente, el siguiente grupo lo confirmo, al relatar con sombras chinas y títeres a varilla, una oscura fábula llena de humor negro, donde se combina el absurdo con la ingenuidad infantil, con una estética gótica, que remite al teatro del medioevo.

Posteriormente, paso el acto de “la marioneta tanguera”: un viejo tango y el sufrimiento de su intérprete, en la esquina de un típico barrio porteño, adaptado a un formato minúsculo, en donde el titiritero pudo evocar el espíritu de Goyeneche y trasladarlo al pequeño escenario que construyó en su maleta.

A este, le siguió un original número, donde los títeres, eran prendas colgadas de una soga, que gracias a la magia del viento, la música y el teatro, cobran vida para darse cuenta, que si se unen, pueden escaparse y ser autónomas. Sutil, sin decir una palabra, las cuatro “titiriteras” vestidas completamente de negro para confundirse con el fondo, demuestras que a veces uno puede crear una historia, usando solamente el ingenio y los elementos que tienen a mano. Y que si el juego es divertido para uno, también puede ser para los demás.

El quinto y último número es completamente indescriptible. No se puede relatar. La fusión de electrónica, sonido, música, artefactos, video, juego y originalidad. Un experimento abstracto: un hombre manejando un circuito cerrado, nos mostró una obra de arte, que no se puede encasillar como teatro u obra de títeres. Es simplemente un acto, que tiene un trabajo artístico notable, que hay que disfrutarlo en el momento.

Antes de que aparezca el número principal de la noche: el cuarteto de cuerdas: “El Club de Tobi”, un arlequín en zancos sorprendió a todos los presentes danzando y blandiendo sus largas “patas” por encima de las cabezas de los espectadores, al son de la Carmina Burana de Carl Orff.

El cierre del evento estuvo a cargo del cuarteto de cuerdas: “El Club de Tobi” proveniente de Uruguay. Compuesto por tres violines y un chelo, los jóvenes miembros contagiaron su alegría al público. Desde Fito Paez hasta Charly García, Los Redondos, Bob Marley hasta temas provenientes de su autoría, el cuarteto brindaron un número magnífico y sorprendente, creando un puente sin cortes entre Buenos Aires y Montevideo.

Entre tema y tema, se colaría el himno del mundial de Sudáfrica (Oh, Oh, Oh, coreaban todos los espectadores al ritmo de las cuerdas). La sorpresiva goleada de la “celeste” a los locales, durante el evento futbolístico más esperado del año, cruzó el Atlántico, y la alegría uruguaya dijo presente gracias a los instrumentos de esta banda, cuya trascendencia en el Festival recide en el mensaje que brindaron en uno de sus temas: el arte es la unión de los pueblos: la paz y la esperanza, se pueden transmitir gracias a la música, la pintura, el teatro y los títeres.

Una feliz convivencia de géneros y artistas eclécticos: así se puede resumir lo que fue esta primera jornada, la apertura del VII Festival de Títeres para Adultos.

 

 

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