En un intervalo de ocho años y con un total de trece películas, el actor y director de films como The General y Sherlock Jr. logra ocupar un lugar de privilegio dentro del canon del cine norteamericano
Buster Keaton (1895-1966) fue un artista único al asumir al mismo tiempo las tareas de actor, autor del guion y director (hasta 1927 incluso) de sus largometrajes más célebres.
Entre 1917 y 1922 protagonizó una gran cantidad de films (en su mayoría cortometrajes), al principio junto a Roscoe “Fatty” Arbuckle y a partir de 1920 bajo la tutela del productor Joseph M. Schenck.
En 1923, con Three Ages, Keaton codirigió su primer largometraje trascendente. De alguna manera equivalía a un trío de mediometrajes, ambientados en tres periodos distintos de la historia: la edad de piedra, el imperio romano y el mundo moderno. Inevitablemente puede percibirse cierta parodia de Intolerancia, un famoso film de David Wark Griffith, del año 1916. En los tres episodios hay un rival (siempre interpretado por el gran Wallace Beery) y una chica en disputa (Margaret Leahy). El primero es el más ingenioso ya que varias situaciones se parecen a las de vida actual, en que las piedras y los garrotes reemplazan a utensilios modernos. Parte importante del segundo transcurre durante una competencia con carros arrastrados con caballos o perros en el caso de Keaton. Y el último es quizás el menos interesante, salvo un final inesperado. El epílogo es sumamente gracioso, mostrando a nuestro héroe, su esposa y una variable cantidad de hijos, según la época.
Our Hospitality, también codirigido, es uno de los más destacables, donde ya surge un personaje clásico que volvería a aparecer en sucesivos largometrajes. Se trata de un hombre tímido y en apariencia frágil que viaja en un estrafalario tren a tomar posesión como único heredero de una propiedad, imaginándose una mansión. En el trayecto conoce a una chica, sin saber que es la hija de la familia rival. Los intentos por eliminarlo hacen al grueso del film con situaciones muy cómicas. El personaje femenino estuvo a cargo de Natalie Talmadge (hermana de Constance y Norma), quien fue la esposa de Keaton durante una decena de años.
En 1924 tenemos nuevamente dos largometrajes, de los cuales el primero es un must dentro de su filmografía. Sherlock, Jr. es una joya que en solo 45 minutos regala todo tipo de gags. Keaton es un operador de un cine cuya ambición es “recibirse” de detective. Hay una escena en la sala que precedió a otra similar de Woody Allen, cuarenta años después, y otra en que viaja en el manubrio de una moto, sin percibir que nadie la maneja sentado detrás de él.
The Navigator (“20.000 leguas de chistes submarinos”), codirigida con Donald Crisp, está entre lo más flojo de esta primera época. Despechado por su pretendida esposa, termina con ella en un barco abandonado en el medio del océano. Hacia el final, en la parte más graciosa, son acosados por caníbales, pero “los chistes submarinos” del título local prometen más de lo que la película ofrece.
También en 1925 habrá dos largometrajes, destacándose más el primero. Seven Chances parte de una situación algo absurda, ya que Keaton podrá acceder a una herencia de siete millones de dólares siempre y cuando logre casarse antes de las 19 horas. Las “siete oportunidades”refieren a sendas mujeres que se le ofrecen, una peor que la otra. Pero la situación más graciosa tendrá lugar en una iglesia inundada de candidatas que buscan ser millonarias.
Go West es quizás el punto más bajo de su filmografía. Aquí Keaton se traslada al Oeste para trabajar como vaquero en un rancho de ganado. Todo se reduce a la seducción que le produce Brown Eyes, una vaca de la que se encariña y que intenta salvar de su destino final en la faena. La estrella recurre nuevamente al uso de trenes para acarreo de animales. El tren es un medio de transporte por el que Keaton siempre tuvo gran debilidad, como se demostraría dos años más tarde.
Battling Butler, el único film de 1926, es una obra menor pero simpática. Su personaje (Alfred Butler) es un ricachón que conoce a Sally, una chica a la que propone matrimonio. El hermano y padre de ella se oponen, pero el valet (Snitz Edwards, un actor muy cómico) los convence de que su jefe es un boxeador (de nombre similar). Serán justamente las escenas de boxeo las más graciosas del film, con un personaje físicamente frágil logrando su cometido.
En 1927 son dos los largometrajes, siendo el primero el último que dirige (aquí junto a Clyde Bruckman, su habitual coguionista). Se encuentra seguramente en el punto más alto de toda su carrera. The General transcurre durante la Guerra Civil Norteamericana y no se refiere a un militar sino a una locomotora que lleva dicho nombre. Keaton es un empleado ferroviario que intenta enrolarse en el ejército confederado. Pero como en otros films, el físico no lo ayuda, aunque logra acompañar al ejército. Es quizás uno de los films menos “slapstick”, compensado con creces con la imaginación que despliega y con escenas notables con persecución de trenes y situaciones dramáticas e hilarantes a la vez. Una de las joyas de la cinematografía mundial, que por la riqueza de la trama y variedad de situaciones justifica su visión en más de una oportunidad.
College, también de 1927, marca el alejamiento de Keaton de la dirección, que estuvo a cargo de James W. Horne. Otra vez es el tema de su endeblez física, en este caso con deportes como el baseball y el remo, con un final similar al de Battling Butler. El aporte del ya nombrado Snitz Edwards es destacable.
Steamboat Bill Jr., de Charles F. Reisner es la primera de dos en 1928 y otra de las más brillantes realizaciones de Keaton. Ahora, alternando con su pasión por los trenes, son esta vez los barcos el foco de la trama. Y otro tema recurrente, como la rivalidad de dos familias (como en Our Hospitality), plantea el conflicto central. Hay también aquí numerosos gags, como cuando su padre lo acompaña a comprar un sombrero. O aquel en que estando su progenitor en la cárcel lo visita y le lleva un pan con un “contenido” en su interior. Pero la más impactante y célebre escena es la del huracán que destruye las casas de madera, eludiendo los sucesivos derrumbes.
Los siguientes largometrajes ya fueron producidos por MGM (todo indica que Keaton se arrepintió al aceptar un contrato con la firma del león), siempre bajo la dirección de Edward Sedgwick. El de 1928 se llamó The Cameraman (“El del ojo de vidrio”), en el que un reportero fracasa reiteradamente en sus intentos de filmar un scoop, hasta que el azar y un simpático monito le permiten reivindicarse y quedarse con la chica.
Spite Marriage (“Marido por despecho”) ya es de 1929, pero aún muda (pese a que la mayoría ese año fueron sonoras). Elmer (Keaton) es un fanático de la actriz Trilby Drew y no se pierde ninguna función de ella en el teatro. Los primeros minutos son brillantes, cuando logra reemplazar a uno de los actores de reparto y arma un lío descomunal en el set. Luego pierde fuerza cuando Trilby (la bella morocha Dorothy Sebastian, con la que tuvo un affaire) se casa con Elmer, en despecho ya que su pretendida pareja prefiere a la rubia Ethyle. Hacia el final vemos nuevamente una larga escena “acuática” en un velero, con cierre algo convencional.
Resta mencionar Free and Easy (“Estrellados”) de 1930, donde se destaca la belleza de la rubia (y algo olvidada) actriz Anita Page. Se la recomienda ver en Broadway Melody (segundo Oscar de la historia) y en dos con Joan Crawford (Our Dancing Daughters, Our Modern Maidens). En cuanto a Free and Easy, hay poco para rescatar: numerosos cameos (Lionel Barrymore, Dorothy Sebastian, Cecil B. De Mille, etc), acción transcurriendo en los estudios de MGM y su personaje como productor de films.
Recomendación final: Our Hospitality, Sherlock Jr., The General, Steamboat Bill Jr.
(Nota dedicada a Rubén Katzowicz, apasionado fan de Buster Keaton)
© Fredy Friedlander, 2020
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