Viernes 09 de marzo
Deborah Dixon: voz;
Ángel Sucheras: piano y voz.
El verano nos regala sus últimas pinceladas en esta cálida noche. La luna llena que venía rodando por Callao dejó el tango de lado y aparcó al 966 de la emblemática avenida porteña para disfrutar de un show imperdible donde la Dama del Blues y el maestro Sucheras dieron lo mejor de sí: soul, jazz y blues.
No por nada Deborah Dixon ha merecido el mote de “La Dama del Blues”. Desde su intervención en el legendario grupo Las Blacanblus (1992-2006) donde se lucía junto a Mona Fraiman, Cristina Dall y Vivi Scaliza hasta las más variadas participaciones junto al Indio Solari como aquellos inolvidables coros de “La Piba del Blockbuster” en El Tesoro de los Inocentes, Bingo Fuel (2004) o “Te Estás Quedando sin Balas de Plata” y “Mientras Tanto el Sol se Muere” en Porco Rex (2007), o aquellas junto a Willy Crook y Dancing Mood, ha sabido mantener esa impronta única en la escena local. Sola o acompañada. A su voz privilegiada e inconfundible, deben aditarse cualidades como la humildad, el buen humor y una calidez escénica increíbles.
El maestro Ángel Sucheras, no se queda atrás si de impecable trayectoria hablamos. A su extensa carrera desarrollada en Europa y Estados Unidos, le siguió una década a puro Jazz en la ciudad mendocina de Las Leñas, donde fundó el Seminario de Jazz VLL, a través del cual se otorgaron numerosas becas de estudio para músicos locales de jazz, hasta su radicación definitiva en Buenos Aires en 1995.
La comunión entre ambos es genuina. Ambos se acompañan, se complementan. Bromean con el público. Ángel invita al público a “inmortalizar su presencia como más le guste” en la grabación del disco en vivo. El ritmo del show no decae nunca y se mece con la cadencia de un repertorio clásico y contundente. La selección incluye temas como “Honeysuckle Rose”, “Gee, baby”, “Trouble in mind”, “God Bless the Child”, “I Wish your Love”, “The Nearness of you” entre otros. Particularmente uno de los momentos más íntimos del show, fue cuando interpretaron magistralmente “Les Feuilles Mortes” (Autumn leaves), ella en francés, con inconmensurable dulzura y él en inglés, logrando una performance maravillosa.
La presentación llega a su fin y a la genialidad de esta conjunción de talento y creatividad le suceden continuos aplausos que exigen bises.
Resta esperar que la dupla vuelva a subir a escena y mucho mejor, para los amantes del blues y el jazz si fuera con material editado en mano.
