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CRÍTICAS - CINE

El Cuervo (The Raven)

El Cuervo (The Raven, EE.UU., 2012)

Dirección: James McTeigue. Guión: Ben Livingston, Hannah Shakespeare. Producción: Marc D. Evans, Trevor Macy, Aaron Ryder. Elenco: John Cusack, Luke Evans, Alice Eve, Brendan Gleeson, Oliver Jackson-Cohen, Kevin McNally. Distribuidora: Diamond Films. Duración: 110 minutos.

Edgar Allan Poe es, seguramente el artista más influyente del siglo XIX para acá. Sus cuentos, poemas y ensayos continúan impactando y aterrorizando en la cultura popular moderna.

Y cuando eso sucede, el cine siempre está ahí. De hecho, Poe es el autor estadounidense más adaptado a la pantalla grande (arriba de 110 veces). Toda clase de directores convirtieron sus historias en experiencias audiovisuales: el pionero D.W. Griffith, el prócer del bajo presupuesto Roger Corman —inolvidables los films protagonizados por Vincent Price, producidos por la American International Pictures, en los ‘60—, incluso el argentino Enrique Carreras, con Obras Maestras del Terror.

Sin bien toma el nombre del célebre poema, El Cuervo no está basada en ninguna obra en particular… aunque toma un poco de cada una, y también de la vida real, para crear un producto único (o no tanto: Stuart Gordon utilizó ese recurso en El Gato Negro, estupendo capítulo de la serie Maestros del Horror).

Poe (John Cusack) parece no tener cura. Es pobre, desaliñado, gasta sus pocas monedas en alcohol, discute con su jefe porque no le publican las críticas en el diario. Para colmo, comienzan a sucederse una serie de crímenes inspirados en sus relatos. Al parecer, el asesino es fanático del escritor, y no piensa parar hasta que vuelva a dedicarle su pluma a las historias horrorosas que había dejado de redactar. Y ocurre algo peor: Emily (Alice Eve), la novia de Edgar, es secuestrada por el psicópata. Junto al detective Fields (Luke Evans), el genio de Baltimore deberá rescatar a su gran amor y detener el raid de locura y muerte.

La estructura y el estilo de terror gótico remite a La Leyenda del Jinete Sin Cabeza, de Tim Burton, y a Desde el Infierno, dirigida por los hermanos Hughes. Ambas películas tuvieron a Johnny Depp en el rol protagónico, lo que hace pensar que no hubiera desentonado como Poe.

Mediante las atrocidades y las pistas se vislumbran citas gozosas a perlas como “Los crímenes de la calle Morgue” y “El misterio de Marie Roget”, textos fundacionales de la literatura policial. También hay referencias a “El pozo y el péndulo”, “El entierro prematuro”, “La máscara de la muerte roja”, “El barril de amontillado”… Algunas veces, el vínculo entre los homicidios y los cuentos queda muy bien, pero por momentos resulta forzado y hasta desaprovechado, o aprovechado de la manera equivocada. Y la resolución del caso deja un sabor a poco.

Ni James “V de Venganza” McTeigue ni los guionistas entran en la categoría de Brillantes, pero se las ingenian para mantener el interés y no aburrir nunca.

John Cusack está bien caracterizado y le pone ganas a su encarnación de Edgar Allan. El actor es un especialista consumado en hacer de antihéroes queribles, sin importar el género cinematográfico. Su presencia suma hasta en películas menores, y sigue estando por encima de sus correctos compañeros de elenco.

El Cuervo alcanza como un simpático entretenimiento y, sobre todo, provoca leer o volver a leer el trabajo del gran Edgar Allan Poe.

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