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CRÍTICAS - CINE

El Secreto de Albert Nobbs (Albert Nobbs)

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El Secreto de Albert Nobbs (Albert Nobbs, Inglaterra /Irlanda 2011)

Dirección: Rodrigo García. Guión: Glenn Close, John Banville, Gabriella Prekop, basado en el cuento corto de George Moore adaptado por István Szabó. Producción: Glenn Close, Bonnie Curtis, Julie Lynn, Alan Moloney. Elenco: Glenn Close, Mia Wasikowska, Aaron Johnson, Pauline Collins, Brenda Fricker, Brendan Gleeson, Janet McTeer, Jonathan Rhys Meyers. Distribuidora: Alfa. Duración: 113 Minutos.

¿Glenn o Glenda?

¿Qué sería del cine sin los actores? ¿Cuántas películas malas y banales fueron salvadas por grandes elencos y cuántas fueron hechas al servicio de los dotes interpretativos de ciertos actores? Miles, millones.

Sin embargo, hay trabajos que, más allá de pensar en la repercusión en la taquilla producto del fanatismo que el público tiene por ciertos actores, sirven para que un intérprete sea ubicado o reubicado en el mapa cinematográfico. Después de todo, hay obras que son hechas pensando especialmente en cómo se vería tal actor en el papel de tal figura -muchas veces con vistas al premio mayor de Hollywood-. Es así como Meryl Streep se llevó de nuevo un Oscar el año pasado por interpretar a Margaret Thatcher. Un reconocimiento que debería haber ido a las manos de Michelle Williams por su retrato de Marilyn Monroe o quizás de Glenn Close por El Secreto de Albert Nobbs.

Aquí, sin embargo, no estamos ante una biopic, sino ante una creación original de la propia Close, inspirada en un cuento y una obra de teatro. Si bien se basa en ciertos hechos reales, el personaje Albert Nobbs es original y sirvió para que la actriz esté de nuevo entre las más codiciadas de Hollywood.

Close interpreta, escribe y produce Albert Nobbs, la historia de un mayordomo que trabaja en un hotel del centro de Dublin a fines del siglo XIX. Teniendo en cuenta la discriminación hacia el rol femenino durante esa época, Albert es en realidad una mujer disfrazada de hombre. Tiene un sueño: poner un negocio de venta de tabaco. Para eso quiere emplear a una mesera del hotel -Helen (Mia Wasikowska)- a quien además desea como vínculo romántico. Pero Helen tiene una relación con Joe (Johnson), el muchacho que cuida las calderas del hotel.

Ese es el punto de partida para que se desarrolle una trágica historia de amor que muestra el travestismo un siglo y medio atrás. Albert Nobbs es un film de qualité, con una cuidadosa puesta en escena, trabajada fotografía, escenografía y vestuario; pero más allá de la reconstrucción de época y el impresionante maquillaje de Close, lo que más se destaca de Albert son las actuaciones.

Rodrigo García viene demostrando hace varios años que lo suyo son las películas y series en las que el actor pueda construir personajes con matices, conflictos internos y dudas existenciales. Albert Nobbs seguramente es la más superficial de las obras de García pero contiene personajes que resultan creíbles.

Close logra metamorfosearse en este personaje diminuto, concretando una transformación física y vocal meticulosa. Esta actriz tiene que condensar expresiones, reprimir sentimientos, decir lo máximo posible con la menor cantidad de palabras y usando como mayor vehículo expresivo los ojos, una mueca con la boca o una forma determinada de desplazarse.

Cada mínimo movimiento dice algo de su ser. Mientras tanto, a Close la acompaña un elenco sólido, empezando por Wasikowska -que se trata de despegar de la Alicia de Tim Burton-, Johnson -completamente distinto al adolescente nerd de Kick Ass-, y enormes actrices como Pauline Collins, Brenda Fricker o Janet Mc Teer -más que convincentes en sus pequeños roles-. Estos tres últimos nombres no son figuras demasiado reconocidas, pero cada pequeña participación suya ayuda a brindar escenas elegantes y líricas en lo que respecta al lenguaje.

Pero así como vale la pena destacar la sensibilidad de García para entender la idiosincrasia del personaje y unirla a la del actor, hay que decir que en lo narrativo no logra esquivar los lugares comunes del guión, los golpes bajos y la falta de sorpresa. Es una historia demasiado lineal que no profundiza en los diversos dilemas que vive Albert. En vez de eso, llega a ser una obra sentimentaloide que abre numerosas tramas para cerrarlas en forma predecible.

García hace énfasis en la psicología del personaje: el deseo de Nobbs de poder desplegar su feminidad y los prejuicios internos relacionados con el amor homosexual (en una época en la que eso era condenado). Pero Albert Nobbs también habla de la soledad del protagonista, su miedo a relacionarse con las personas y a salir del molde de sirviente masculino. García siempre ha preferido posar sus ojos en el punto de vista femenino, y no es de extrañar que los hombres de esta obra sean los personajes más débiles, menos desarrollados y destacables. El retrato de Joe es muy básico, y los personajes del doctor (a cargo del gran Brendan Gleeson) o el Lord que interpreta, como si fuese un cameo, Jonathan Rhys Meyers no son demasiado prominentes.

Estamos antes una propuesta apenas emocionante que no esconde sus raíces teatrales pero que se destaca por el trabajo contenido y la transformación física/psicológica de Glenn Close.

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