El pasado 10 de septiembre daba comienzo en Buenos Aires el 9º Festival de Cine Alemán. Como en otras oportunidades dio en realizarse en el Village Recoleta (Vicente López y Junín), patrocinado por la Embajada de la Rep. de Alemania, Goethe Institut y Village Cinemas S.A.
La muestra contó con once películas de ficción, más un documental y un ciclo de cortos. Cada año la cinematografía alemana viene acogiendo más adeptos en nuestro país, y muestra de ello eran las salas llenas de espectadores y la consiguiente dificultad que era encontrar una localidad (fuera cual fuera la película) en los horarios centrales.
Historias atrayentes, personajes por demás carismáticos, actores y actrices inolvidables y directores (nuevos y otros más experimentados) poseedores de un gran talento narrativo, son solo algunas de las características de este festival. Todas las producciones exhibidas este año en mayor o menor medida- y por motivos muy diferentes- son propicias para abrirnos camino a nuevas perspectivas.
A continuación, les presentamos algunas notas de las películas que hemos visto y en dos obras puntuales, dos miradas diferentes (y no tanto) sobre las mismas.
Berlin Calling (Hannes Stöhr, 2008), por José Luis De Lorenzo
Sin objeciones uno de los mejores films presentados en el festival, con alta dosis de adrenalina surgida de los spins de DJ Ickarus, la movilidad de la gente en sus fiestas electrónicas y la movilizante historia a narrar casi al ritmo de sus melodias.
Ickarus es un DJ, artista nato, llega al instante de su vida en que no puede trasladar sus vivencias a su trabajo musical, la empresa discográfica que lo patrocina comienza a escuchar más de lo mismo al igual que su relación de pareja con Mathilde.
El excesivo consumo de todo tipo de drogas lleva a DJ Ickarus al punto donde el frenesí lo apabulla, lo deja tirado balbuceando frenéticamente en clubes y hoteles, su adicción repercute en su truncado nuevo disco que no puede ver la luz de lanzamiento ya que debe ser internado en un tratamiento en una clínica psiquiatrica.
Paul Kalkbrenner interpreta al DJ, encargado también de la banda sonora y con una excelente labor, 100% en el rol, quizás por similitudes en la vida real, pero, verborragico y enérgico como el film requiere.
Dentro del psiquiátrico, nos encontramos con una directora fría, demasiado alejada de sus internos, un rol que trae reminiscencias al de Louise Fletcher en Atrapado Sin Salida, interpretado por Corinna Harfouch, referente en el nuevo cine alemán, vista en varios films presentados en este festival como Whisky con Vodka y Hace un Año en Invierno.
Carta Norte (Nordwand; Philipp Stoelzl, 2008), por Romina Gretter
Dinámica y atrapante desde su mismo comienzo- a través de un interesante uso del fuera de foco- está basada en un hecho real que narra la historia de dos alpinistas alemanes, Toni y Andi, obsesionados por escalar la cara norte del Eiger. Su aventura no es sólo seguida de cerca por su amiga Luise, una joven periodista en ascenso, sino también por el propio ministro Goebbels, quien pretende usar lo que se supone una hazaña inminente a favor de la propaganda nazi. A pesar de las condiciones poco convenientes renace entre Toni y Luise un viejo amor.
Con escenas de escaladas increíblemente reales y una fotografía impactante con preponderancia del color verde (acentuada en los exteriores), Cara Norte logra que sintamos el agobio, el frío y el cansancio de los protagonistas. A su vez, Stoelzl no duda en apelar a un inteligente montaje alterno para mostrar aquello que sucede en la montaña y en el hotel, dejando en evidencia la frivolidad del periodismo como de los seguidores del nacionalsocialismo, en contraposición al esfuerzo y sacrificio de los deportistas.
Con excelentes actuaciones como suele tenernos acostumbrados casi toda producción alemana, destacan Benno Füermann (a quien vimos este año en Jerichow proyectada en el Bafici) y Florian Lukas (quien aparece nuevamente en un papel menor en Los Buddenbrooks, exhibida también en este ciclo) tanto por su trabajo interpretativo como por su destreza física.
Cara Norte es sin dudas una de las mejores películas del festival, por la fluidez del relato, aún con una duración de 126 minutos, y por las riquezas técnicas y estéticas que despliega.
Los Buddenbrooks (Buddenbrooks; Heinrich Breloer, 2008), por R. G.
Basada en la novela homónima de Thomas Mann escrita en 1901, retrata la caída de una familia ilustre de Lübeck dedicada al comercio. En ella se vislumbran muchas características del autor- que aparecen también en otras obras- como la pulsión entre el deseo y el deber, la lucha entre el arte y el mercantilismo.
La película, muy académica en su puesta en escena hace ostentación de planos bellos y de un excelente manejo en los movimientos de cámara, que sobre todo en la escena del baile recuerdan mucho a Madame D o Lola Montes de Max Ophüls. Si hay algo que reprocharle, es que por momentos se hace obvia. Resaltando situaciones que al parecer el director no confía que el espectador pueda entender por si solo, de allí su necesidad de subrayarlas.
Los Buddenbrooks es tan fastuosa como sus personajes, ya sea por sus escenarios, vestidos, peinados, cantidad de extras, etc. Una historia que aún con su fuerte carga de previsibilidad, atrapa y entretiene.
Nota: cuenta con la participación estelar del veterano Armin Mueller- Stahl y la de quien a mi parecer es una de las revelaciones de este festival: August Diehl.
Dr. Alemán (Tom Schreiber, 2008), por R. G.
Es una de las películas más potentes y originales que se ha presentado en el festival. Cuenta la historia de Marc, un joven médico alemán que viaja a Cali (Colombia) para trabajar en un hospital público. Una vez allí, debe familiarizarse con el ruido de las balas y el daño que estas producen en sus pacientes. Poco a poco ese mundo inexplicablemente violento comienza arrastrarlo hasta verlo envuelto en situaciones extremas.
Sin lugar a dudas, la presencia de August Diehl es uno de los hallazgos más interesantes con los que he dado en este 9º festival de cine alemán. Hace poco hemos tenido la posibilidad de verlo en la última obra de Tarantino (Bastardos sin Gloria) interpretando a un verborrágico nazi, y también aparece en Los Buddenbrooks de Heinrich Breloer, como un noble caballero más dispuesto a la noche y la diversión que a los negocios serios de la familia. En estos tres trabajos da vida a personajes muy diferentes, y en cada uno de ellos da sobrada muestra de su versatilidad y carisma.
La fotografía, los encuadres, los tipos de planos, la puesta en general y claro está, el casting de actores colombianos, hacen que Tom Schreiber nos acerque a esa realidad vertiginosa del barrio Siloé sin necesidad de caer en la mirada condescendiente que suelen tener muchos realizadores europeos. Quizá tenga mucho que ver con esto el que haya estudiado Cine en Cuba.
Otra cuestión a destacar es la solidez del guión. Marc sufre de principio a fin una verdadera transformación que logra sustentarse narrativamente a lo largo de toda la película. De allí, un uso cada vez más conciente del primer plano, que remarca en un doble juego tanto la importancia como la insignificancia de las personas de ese mundo caleño.
Desde las primeras cenitales mostrando los techos de la ciudad, hasta el primer plano del protagonista en el final, Dr. Alemán inquieta, interesa y sorprende en partes iguales.
Dr. Alemán, por José Luis De Lorenzo
Un viaje de pasantía encara a Marc (August Diehl, visto en la reciente Bastardos sin Gloria ), un estudiante de medicina a trabajar en un hospital publico sito en Cali, Colombia.
El film ahonda en los conocidos peligros y problemas que suceden en Colombia actual, la violencia a manos de sicarios, confrontaciones entre mafias, la guerra de narcos. Visto desde un extranjero, con diferentes códigos, frente al ejemplo de lo vivido en su país, con otro orden, otras dificultades, Marc se encuentra entre dos mundos diversos, con convicciones propias que no alcanzan a poder mantenerlo en una posición confortable, el hacer lo correcto no es bien visto, siquiera por sus pares médicos. No obstante, el valor humano de Marc, lo lleva a actuar permitiéndole una entrada a un lugar del cual no reparará, lo cambiará por vida.
El film emprende un viaje al igual que el protagonista, desde el sector de visitante en tierras no natales, viendo todo desde afuera hasta lograr involucrarse, desde la banda sonora nos damos cuenta que la dirección del film no pertenece a alguien originario de Colombia.
Hace un Año en Invierno (Im Winter ein Jahr; Caroline Link, 2008), por J. L. D. L.
Caroline Link, ganadora del Oscar a Mejor Film Extranjero en 2001 con Nowhere in África, aquí nos brinda un trabajo mucho más intimista. Una mujer (Corinna Harfouch) encarga a un pintor, una obra plástica, un retrato precisamente donde se vean reflejados sus dos hijos, uno recientemente fallecido y su hija.
La relación de padres e hijos ante esta perdida y el pintor, un tipo desolado, solo, despojado de la sociedad frente a las situaciones que ha padecido en su vida, crea un vinculo con la hija a retratar, permitiéndole salir de sus estructuras.
El film tiene un alto voltaje sensitivo, un mínimo resquebrajamiento en la trama ocasiona fuertes reacciones en el espectador por la manera, los altibajos de los ricos personajes involucrados.
Niña de Noviembre (Novemberkind; Christian Schwochow, 2007), por J. L. D. L.
Inga, no es niña ya, mujer veinteañera, fue criada por sus abuelos en Alemania tras la guerra. Un día es visitada por un profesor, instante dentro del cual, su mirada denota que algo ha encontrado. Inga vivió toda su vida teniendo una falsa historia acerca de su madre, el profesor sutilmente comienza a relacionarse de tal manera que va dejando indicios que sólo Inga puede descubrir.
El vivir una mentira durante tantos años, impulsan a Inga a internarse en una búsqueda imparable por conocer su no solo su historia sino la de su madre, el resultado es inesperado e interesante.
Schwochow maneja un lastimoso suspenso frente al apabullante drama que se presenta, la búsqueda de identidad frente a periodos lastimosos como es una guerra que solo dejan heridas.
Hilde (Kai Wessel, 2008), por R. G.
Seguramente esta sea la obra más emblemática o al menos más representativa de este festival. Marcelo Stiletano comentaba en la introducción a este ciclo que había tres ejes temáticos: viajes, figuras femeninas fuertes y familias disfuncionales. Podemos decir entonces que Hilde los contiene a todos.
Una mega producción que retrata la vida de la actriz y cantante Hildegard Knef, desde sus comienzos como estudiante de arte dramático, pasando por los sinsabores de la guerr
a y la posguerra, hasta los éxitos y fracasos que fueron signando su carrera (y su vida personal) tanto en Alemania como en Hollywood.
Dueña de una estética impecable, esta película cuenta a su vez con la participación de Heike Makatsch una actriz talentosa que sabe dar vida con creces a la heroína en cuestión.
La banda sonora y el uso del material de archivo son otros de los baluartes de esta biopic– basada en la autobiografía de la misma Knef- que pese al encanto de su protagonista y a la espectacularidad de ciertas imágenes se hace densa en su última media hora.
Hilde, por J. L. D. L.
Biografía de la actriz devenida en cantante Hildegard Knef, desde su Alemania natal donde vivió las últimos momentos de la Segunda Guerra Mundial, debido a su temprana edad. Sus continuos fracasos y la ayuda masculina a ir definiéndola como una artista, vieron que Hilde pudo migrar y conquistar frente a demasiados altibajos a un publico hollywoodense, a cargo de Henry Selznik, el mogul de estudio cinematográfico, quien no supo aprovecharla frente a contratos que no la beneficiaban en su carrera.
Hilde, volátil, sensual, vio que su carrera también fracasaba debido a sus interpretaciones controversiales en films como La Pecadora, humanizando el rol de una prostituta y así, como en la vida real, sus amoríos mal vistos para esa época y para el acoso mediático hacia una estrella.
El film atrae desde su perspectiva cálida y atrayente reconstrucción de época, junto a una banda sonora por demás carismática y colorida. Me recordó mucho a La Mome o La Vie en Rose como se la titulado al film, con menor tragedia.
Heide Makatsh interpreta a Hilde, una hermosa mujer que indudablemente luego del film en cuestión será vista por ojos de productoras multinacionales para encarnar nuevos proyectos, su labor cuenta con demasiados guiños actorales, pasando por diversos estados de ánimo de un minuto a otro al igual que el film.
Whisky con Vodka (Whisky mit Vodka; Andreas Dresen, 2009), por J. L. D. L.
Inusual comedia, irreconocible de pertenecer a su origen alemán.
Una parodia sobre el rodaje de un film que tiene como protagonista a Otto, una estrella antigua de cine, irresistible para las mujeres, quien, luego de su apogeo tiene un grave problema de adicción alcohólica.
El conflicto se desata cuando el director decide contratar a un actor mucho mas joven para filmar escenas paralelas a las interpretadas por Otto. El joven no llega a la altura de la performance y cuenta con todo el rechazo del cast, falta de química. No obstante, los disparates que tienen a lugar va acercando a ambos actores a mantener una relación arbitraria.
La comedia tiene un aire de films dentro de films como solo Hollywood ha concretado al momento, me viene a la mente un recuerdo vago de State and Main de Mamet y tantas otras.
El resultado se plasma en lograr un film querible, sobre todo hacia el personaje de Otto, quien tras sus constantes caídas mantiene en pie su actitud y enfrenta a todo un sistema de producción.
Espías (Spione; Fritz Lang, 1927), por J. L. D. L.
Presentada como cierre del festival, este atractivo film restaurado recientemente por el Instituto Murnau, actualmente donde se trabaja sobre el material encontrado en Argentina de Metrópolis, llega como una función única, irrepetible, acompañada con música en vivo por el grupo TRIO Sigiloso a cargo de Marcelo Katz, quienes ya han trabajado anteriormente con exhibiciones de cine mudo gracias al Instituto Goethe.
Espías fue el film posterior a Metrópolis, cual en su momento había sido un fracaso comercial, data de 1927 y con la duración de 150 minutos tras la ardua tarea de encontrar metraje que no estuviese deteriorado, Espías pudo verse en su versión completa, un clásico perdido.
La trama es acerca de un banquero misterioso, que tiene armada una red de espías tras el Servicio Secreto, espías de uno y otro lado, de distintas nacionalidades, corriendo, traicionando y matando por cartas secretas, hasta que una espía cae enamorada de su objetivo de misión.
Es muy gratificante ver como Lang manejaba el humor en obras como Espías, era una herramienta fundamental para el lograr que sus producciones fluyan y atraigan. Sin olvidar la cuidad estética del film, cuyos planos asombran y dan que hablar frente a la tecnología que se tenia a mano en esa época.
La intervención musical es austera como presentada en la proyección de Hamlet en la 8va entrega del festival, con solo tres integrantes en escena, imaginar musicalmente momentos de un film de 150 minutos de duración no debe de ser una tarea muy fácil.
*Otros títulos que formaron parte del programa del festival:
EFFI BRIEST
(Effie Briest; Hermine Huntgeburth; 2008)
LOS COCODRILOS
(Vorstadtkrokodiele; Christian Ditter, 2008)
pereSTROIKA (Documental)
(Christiane Buechner, 2008)
NEXT GENERATION 2009
(Ciclo de cortos, 2009)