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CRÍTICAS

Frustrados en Baires

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Frustrados en Baires

Dirección general: Valeria Ambrosio. Dirección Musical y arreglos: Gaby Goldman. Idea Original: Bruno Zampardi. Producción General: Maxi Ambrosio. Iluminación: Juan García. Arreglos Corales: Gabriel Giangrante. Diseño de vestuario: Marcelo Giaccobe. Coreografía: Sebastían Codega. Escenografía: Ana Repetto. Dirección de Producción y Producción Ejecutiva: Constanza Miguel. Elenco: Luz Cipriota, Juan Gentile, Juan José Marco, Mariana Jaccazio, Eliz García, Esteban Mastruini, Belén Pasqualini, Roberto Peloni. Prensa: Sandra Beerbrayer.

Frustrados en Baires se presenta como un homenaje a la obra de Charly García, sin embargo es mucho más que eso.

Tragedia musical en un solo acto, que voltea, angustia al espectador, cuestiona, se queja, que grita; un musical que deja con la boca abierta, que invita a cantar, aunque uno prefiera escuchar esas voces impecables. Todo, en un solo acto de una hora cuarenta donde es imposible sacar los ojos del escenario.

Hay ocho artistas en escena de talento indiscutible. Cuatro de ellos son los frustrados (Luz Cipriota, Juan Gentile, Juan José Marco, Mariana Jaccazio), víctimas de un sistema que los excluye pero no los deja escapar. Un drogadicto, un gay tartamudo, una depresiva y la chica bonita, estúpida y sin éxito. Los otros cuatro (Eliz García, Esteban Mastruini, Belén Pasqualini, Roberto Peloni) representan ese sistema que los desmerece, los humilla, les exige, los observa, los destroza, los viola y los atrapa.

Es así que con los temas de Charly García se cuenta la historia de los cuatro jóvenes frustrados que se conocen luego de una audición. Luz (Cipriota) deslumbra en el primer número, ella es la mejor plantada del elenco, al menos al comienzo. Juan José (Marco) y Juan (Gentile) empiezan con un perfil bajo. En el caso de Juanjo con un tartamudeo poco creíble que hace imaginar una actuación pobre y chata durante todo el espectáculo, teoría que cae frente a un número de baile virtuoso, pasional y prolijo. Mariana (Jaccazio) se mantiene en la misma línea durante toda la obra sorprendiendo positivamente su voz a lo largo del desarrollo.

Los cuatro opresores los observan desde arriba de una escalera, incluso el espectador llega a sentir esa mirada penetrante y esa superioridad asquerosa. Ellos destrozan  con facilidad lo que los frustrados logran construir con su angustia y sus frustraciones tras numerosos esfuerzos y los dejan de nuevo sumidos en la angustia y el despojo.

En escena hay una pantalla que mientras sucede la acción proyecta diferentes imágenes: los frustrados riendo, juntos; la vorágine de buenos aires; los ensayos de la obra; los jurados de Bailando por un sueño, el programa American Idol o Gran Hermano, entre otros, que son criticados desde el comienzo mediante ironías;  y un electrocardiograma, al comienzo, que baja de frecuencia hasta que se detiene, tal vez anticipando la tragedia.

La obra cuenta con una escenografía despojada y simple, pero con distintos espacios propios de los dos grupos propios y representativos de cada uno de ellos: los superiores arriba, observando y todo el escenario para los frustrados. En varias oportunidades los del sistema bajan y se cruzan con los frustrados en números musicales de alta tensión, donde los últimos luchan para escapar, para liberarse. Un sector en el piso a modo de pileta donde Juanjo y Mariana bailan juntos y con el agua utilizándola como un buen recurso aunque en un espacio físico que resulta reducido y que deja con ganas de un poco más. Otro recurso curioso, original son las frustraciones y los karmas de los frustrados materializados en elementos a modo de exteriorización de esas cruces que atraviesan su vida.

Hay sin dudas una excelente dirección y adaptación musical de las obras de Charly y otros temas de Spinetta, Aznar y Lebon.

La iluminación es contundente, precisa y al mismo tiempo integra, incomoda y participa al espectador que es iluminado en varios momentos para dejar de estar en las sombras y ajeno como en el común de los espectáculos.

Del mismo modo, el final integra al espectador. Tranquilo, no les voy a contar el final pero sí que es un giro interesante, que da la opción y nos invita a salir de la sala con una sonrisa que anestesia todo lo que nos dejó la obra.

Frustrados en Baires no tiene desperdicio en lo más mínimo. Una crítica al sistema y al mundo en que vivimos a través de un grande de la música nacional como es Charly García. Un musical talentoso y una obra profunda y consistente en su mensaje.

Teatro: Ciudad Cultural Konex – Sarmiento 3131

Funciones: Jueves a Sábados 21 Hs – Domingos 20 Hs

Entradas: desde $80

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