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CRÍTICAS - CINE

Glee 3D, según Marianela Maidana

Cuando me enteré de que llevarían la serie Glee a la pantalla grande me pregunté con qué sorpresa me encontraría. Es bastante raro pensar en series como Doctor House, Lost, Two and a half man, etc siendo adaptadas para que un pequeño capítulo se extienda a 120 min. Aproximadamente, en un guión que se diferencie del de los episodios como para justificar su llevada a la pantalla grande. Tras una serie exitosa no esperamos menos que un guión cinematográfico super cuidado y exitoso también.

En el caso de Glee, particularmente, tal vez esperaba una especie de High School Musical para un público más crecido (ya camino a la adultez). Esperaba una película con un argumento obviamente, con canciones inéditas y – tal vez- algunos personajes nuevos. Pero no fue así. Glee, la película 3D debería o – bien podría- haberse llamado Glee, el recital 3D para ser más francos con todos los espectadores. Aunque tampoco se presenta como un recital puro sino como un género híbrido que desea mostrar un poco el “fenómeno Glee” en una especie de reportaje a la gente (un semi-documental, tal vez, si bien no sabemos si creer que Glee le cambió la vida o no  a 3 jóvenes que nos exponen sus problemas con sus actuales mejoras.
Lo que quiere evidenciar la película es que Glee le ha dado ánimo a muchas personas jóvenes – y no tanto- que generalmente son rechazados por sus pares por considerarlos “los raros”. Las “rarezas” de las que se hablan son aquellas características que los alejan del standard de perfección que la sociedad impone en el imaginario de todos a través de los distintos medios. Así, cualquier joven, oriental, negro, gordo, bajo, con acné, con una discapacidad física, conflictos familiares, con inclinaciones sexuales hacia otro del mismo sexo, puede sentirse acompañado por este grupo de jóvenes que sienten la discriminación a diario y se han unido – pero no para hacer la guerra- sino para intentar comprender los que les pasa, intentar quererse y aceptarse tal cual son y – también- hacer de la estadía en el colegio un lugar menos hostil por el cual deben atravesar.
La fórmula es sencilla: expresándose a través de la música de distintos artistas ( y a veces también a través del baile. Convirtiendo algunos temas en pequeños musicales), se identifican con las letras que cantan, tratando sobre distintos temas de la vida (amor, amistad, tristeza) y tomando como ejemplo distintos aspectos positivos de la vida de estos músicos a los que admiran y a los que le rinden una especie de homenaje en cada capítulo, a veces pasando por varios de los temas más conocidos de su carrera.
La serie – con la ya mencionada fórmula – deja un buen mensaje para la autoestima de cada joven, y la película será un pequeño resumen de todo esto (aunque no supera las expectativas de la mayoría ): la mayoría de los temas musicales (no sé si todos porque me he perdido algunos episodios de la serie) ya han sido cantados a lo largo de la temporada y ,además, la selección de los mismos para ser llevados a la gran pantalla parece ser arbitraria ya que no me parecen ni los mejores para que cada chico luzca su voz ni parecen perseguir una temática en particular.
El 3D – por supuesto como sucede en los últimos tiempos- es un condimento que no aporta nada. Sólo intenta hacer una pequeña diferencia que le sume a la del tamaño de la pantalla una razón más para elegir ver la película en el cine.
El único dato nuevo – para los que no sabemos nada de la vida personal de los protagonistas de la serie – es que Artie que supuestamente es paralítico, no lo es. Por eso en un tema se levantará de su silla y mostrará sus dotes como bailarín. Este hecho – para mí- rompe totalmente con el mensaje que la serie siempre trató de transmitir: creer en uno mismo porque somos valiosos aunque no somos perfectos.
Sin embargo, acá el personaje de la serie no es “perfecto” pero parece que el actor sí lo es. ¿ Acaso era muy difícil encontrar un chico que verdaderamente tuviera parálisis pero una voz increíble como para poder darle la posibilidad de convertirse en actor y/o cantante?. Parece que el hecho de no poder mover las piernas los discapacita en más de un sentido. Y la filosofía de los creadores de la serie parece quedar también en un plano ficcional al no darle lugar a un verdadero discapacitado en el casting de la serie. Esto resulta una lástima porque, en el caso de esta serie, creo que era importante que los personajes se parecieran a los actores (o los actores a los personajes que interpretan) ya que muchos jóvenes los han tomado como verdaderos modelos para enfrentar sus problemas al creer que aún con distintos defectos se puede llegar a ser una estrella (simbólicamente hablando), es decir, tener éxito en la vida (lo que no quiere decir estar en la televisión o adquirir fama por otro medio.
Bueno, por lo menos uno de los chicos que es gay sí resulta serlo en la vida real (aunque lejos de creer que fue por bondad de los creadores de la serie creo que se debe a que para interpretar a un verdadero joven afeminado quien mejor que un verdadero joven afeminado, que encima tiene una increíble voz que llega a los agudos). Está bueno que por lo menos esta verdad se haya respetado ya que tanto la serie como la película hablan varias veces de la idea de “salir del closet”, dejar de esconder las verdaderas inclinaciones que – a partir de los distintos testimonios- sabemos que el silencio acentúa el sufrimiento ante una realidad que, muchas veces, ya está dicha implícitamente. Pero hay que ponerle palabras.
Varias cosas que la película decía las pude corroborar en la sala de cine al compartir la función para la prensa con jóvenes del club de fans de Glee.
Realmente esta serie da fuerza y transmite valores. Los personajes se hacen queribles justamente por ser “imperfectos”, son valorados por el modo en que afrontan la vida y tranquilamente cualquiera de ellos puede ser tomado como ejemplo. Pero ¿son imperfectos a los ojos de quienes?
Este sería el punto en el que debemos conscientizarnos y hacer una autocrítica y una crítica social. Los jóvenes son – muchas veces- los que hieren a sus pares más abiertamente (es lo que podría llegar a pensar) o, por lo menos, son quienes lo hacen en la edad en que se es más vulnerable y la autoestima a veces pende de un hilo. Por eso, creo que esta serie también es una oportunidad de trabajo para las escuelas, partiendo de un docente que guíe adecuadamente el trabajo.
Me hubiera gustado calificar la serie pero debo abstenerme de hacerlo. El estreno está en la película que no logra méritos como la serie ni una síntesis de la misma. Pero si justamente esta película cuestiona la idea de perfección…¿qué esperar de esta película sino que salga de los cánones de la película perfecta?. Por eso habrá que destacar que si bien la película carece de trama e incluso de esfuerzo en alguna idea fuerte, transmite mucha energía haciéndonos sentir – por momentos- que estamos viviendo el recital en vivo.
Si bien, para mi gusto, se nota la ausencia del profesor del coro (llamado ficcionalmente Will Schuester) que es quien impulsa el grupo de los chicos y también a veces canta y lo hace muy bien, o la aparición de la profesora de gimnasia – especie de antagonista- que no resulta ser tan mala como parece sino simplemente una persona con una vida difícil, que indudablemente aporta una gran cuota de comicidad a la serie. Habrá una estrella de cine que cantará una canción con los chicos (como ya lo ha hecho en un episodio de la serie) y también se mostrará a un pequeño fan de Glee que – con su video casero- colma de ternura la pantalla (recordar que después de los créditos, si nos quedamos, nos dará una yapa).
Entonces, para concluir, podemos decir que la película logra un producto económico en recursos (utilizando partes de un recital y entrevistando a algunos fans), escueto en creatividad, que no se esfuerza en sorprender o innovar sino tan sólo da la oportunidad a sus fans de ver a sus ídolos en otro lado que no sea en el living de sus casas y convertirse en un producto de éxito garantizado que, tal vez, promocione aún más la serie, logrando más adherentes al “club Glee” que vayan a ver la película por casualidad o, tal vez, por curiosidad, lo que – a su vez- dará curiosidad por la serie. Y bien, sólo me queda por decir:
“Bienvenidos a la – quizá- imperfecta película de Glee que, como sus protagonista, no se averguenza de serlo”.
Ojalá el Films sirva para llevar esta filosofía aún más lejos: romper con ciertos estereotipos e ideales ilusorios que no llevan absolutamente a nada positivo. Ese es mi deseo.

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