Happy Mondays
Miércoles 22 de mayo de 2012
Anfiteatro de Puerto Madero
Happy Mondays:
Shaun Ryder: voz
Rowetta Satchell: voz
Paul Ryder: bajo
Mark Day: guitarra
Paul Davis: teclado
Gary Whelan: batería
Mark “Bez” Berry: baile y animación
Había una vez en Manchester, Inglaterra, un grupo de bandas que generó un movimiento vibrante, fresco, influyente, que por suerte no envejeció ni un poco: “Madchester”. Precisamente una de esas bandas era Happy Mondays. Al igual que New Order, The Stone Roses e Inspiral Carpets, la agrupación liderada por Shaun Ryder mezclaba el rock con ritmos bailables como el funk y el house, el cual recién estaba despuntando por aquella época. Este combo irresistible los llevó a una posición mainstream a fines de los ’80 y principios de los ’90, principalmente gracias a discos como Bummed y Pills ‘n’ Thrills and Bellyaches; pero las drogas y otros excesos provocaron una infinidad de peleas y la pronta disolución del grupo. Todo esto -por lo menos, una versión libre- se ve en la excelente e indispensable película de Michael Winterbottom 24 Hour Party People (conocida en Argentina como Manchester 1970-1990: La Fiesta Interminable).
Sin embargo eventualmente limaron asperezas, se reunieron y el miércoles 22 de mayo estuvieron presentes en el Anfiteatro de Puerto Madero en el contexto de un show organizado por Movistar. Es cierto que una parte del grupo estuvo en Argentina en 2007 pero en esta ocasión tocó la agrupación original completa, incluyendo a Paul Ryder, hermano de Shaun, con quien hasta hace poco estaba peleado a muerte.
Unas horas antes, dos bandas teloneras estuvieron más que bien: We Have Band (beats simpáticos) y Wild Beasts (pese a su nombre, lo suyo es un rock más climático). Pasadas las 21 horas los “Lunes Felices” subieron al escenario. Primero, a modo de presentación, apareció él, el personaje que termina de darle identidad a la banda: Mark Berry, más conocido como “Bez”, el jovial animador que bailó con sus fieles maracas en mano. La edad pasó para los integrantes y salta a la vista cuando se acomodan los instrumentos; sin embargo conservan la forma (sobre todo Rowetta Satchell, la vocalista) y cuando empezaron a tocar rejuvenecieron, transportando al público a una de las épocas más fascinantes de la música británica.
Arrancaron con arsenal pesado: el segundo tema fue “Kinky Afro” y el pogo nos hizo olvidar del viento y de la amenaza de lluvia. Bez se puso a bailar como en sus mejores tiempos, arengando a la gente, contagiando su alegría y entusiasmo. Vale recordar que estuvo retirado de la música aunque incursionó en televisión, donde fue ganador de la edición 2005 del Gran Hermano Famosos inglés. Bez también se movió al ritmo de “Step On”, cerca del final, cuando aprovechó para tirarles sus maracas a un público que no paraba de bailar y vitorear.
Hacia la mitad del recital se sucedieron otros grandes hits, “24 Hour Party People” y “Hallelujah”, puntos máximos de felicidad y verdaderas “máquinas del tiempo” musicales: uno se siente en The Hacienda, aquel boliche creado por el manager y productor Tony Wilson para que los Mondays y todo Madchester pudiera desarrollarse y alcanzar su plenitud, sin duda una impresión que ya experimentamos cuando New Order tocó por estas tierras.
Lejos de sus locuras juveniles, Shaun es ahora un frontman experimentado y maduro (“Estás intacto, papá”, le gritó alguien, muy acertadamente) que entona como el primer día y hace reír cuando admite su desconocimiento del idioma castellano: de hecho, sacó una hoja y leyó a duras penas frases como “hola, amigos” y “un gusto estar con ustedes”. En suma, fue un show excelente e inolvidable que duró aproximadamente una hora y media -sólo hubo un bis- pero que nos dejó a los fanáticos con la sensación de haber estado de fiesta durante 24 horas… y más también.
Por Matías Orta
Foto: Julio Di Liscia (Diluss)
