Música para tocar frente a la caja boba
Una imagen pone en movimiento las manos de los músicos, y surgen las composiciones como si toda la orquesta habitara los tablones de un Hollywood imaginario.
La proyección será entonces, un seleccionado repertorio de films que ahondan tanto en distintos géneros cinematográficos como musicales.
Se inicia con una escena de cine fantástico, junto al recordado actor Dana Andrews. En un auto junto a una mujer mucho menor, huye de una fuerza siniestra que los persigue. En ese momento, el accionar de platillos de la batería será incesante. El grupo Jue Mandinga, en la primer parte del show, nos acerca a la experiencia de las bandas sonoras para un elemento cinematográfico, tarea mucho más que deliciosa.
El poder trabajar sobre el trabajo de otros, reinventando y creando una visión propia, ha tenido en Argentina excelentes ejemplos, como son, los de Marcelo Katz, recurrente musicalizador de films mudos (en especial aquellos presentados anualmente en el marco del Festival de Cine Aleman); Nora Sarmoria, quien también participó dos años atrás sobre la musicalización de clásicos mudos en la Biblioteca Nacional y/o Fernando Kabusacki, quién recientemente presentó a The National Film Chamber Orchestra en “Notorious”, musicalizando el mitico film Nosferatu.
Pero en Jue Mandinga, no es solo un film lo que se desarrolla en la pantalla, sino un collage. La blackexplotation del brazo de Pam Grier a los tiros limpios por la calle en Sheeba Baby y una persecusión de automóviles, presentó una vertiginosa ejecución a lo Isaac Hayes y la utilización de sintetizadores. O el sonido progresivo sinfónico, en una escena de la película de Hitchcock, Cuentame tu Vida (Spellbound) con Cary Grant e Ingrid Bergman, seguidos de la ejemplar secuencia del perseguidor sueño, provista por el surrealismo español de Salvador Dalí. Esta escena fue controversial para su época. Dalí nunca atinó a comentar acerca de ella debido a los cortes que el productor David O’Selznick le propició, estando Hitch de vacaciones. En la visión original de Dalí, se incluía la construcción de una estatua cubierta por 2000 hormigas, en cuyo interior se situaría Bergman (la secuencia se logró con tan sólo U$S 4000). Esta escena nunca se pudo ver.
En estas imágenes la orquesta, de más de una decena de músicos estará inmersa en paisajes oníricos y psicodélicos que exploran con afinada improvisación. Y así deviene un jazz de los años 40, mezclándose con un cha cha cha, , todo con un tinte muy característico y personal, que define a Jue Mandinga como una banda de vanguardia, como asi lo fuera (salvando las diferencias) en su momento Pink Floyd o Emerson Lake and Palmer, si lo mezclásemos en una batidora de ritmos, con Rubén Blades y Héctor La Vo. Todo esto, al servicio de crear climas, para intensificar imágenes y que recibamos una buena dosis de sensaciones.
En la segunda parte del show, cual olvidándose de la rockola de un hipotético bar en Connecticut, comenzarán a bajar por América, y conjugarán sones cubanos, merengues y salsas, ya sin pantalla de fondo, abocados a explorar con un buen equilibrio de originalidad y tradición, la escena musical de Centroamérica. Para este fin y para contrastar lo que venía siendo la presentación, subirá al escenario, el caribeño Luis Mina, de voz primera en un abanico de coros y sabor. En esta instancia, solos demoledores de pura fuerza vital donde la partitura ya no cuenta, harán que el espectáculo termine en un placer colectivo.
Conclusión: La orquesta bien podría estar participando como banda sonora de altas producciones cinematográficas, dado que poseen un perfecto equilibrio entre calidad y carácter o bien podría subirse al escenario de una de esas salseras de lujo y gritar Jue Mandinga a una multitud de bailadores!. A disfrutar todos los jueves de febrero!
Todos los Jueves de Febrero en Espacio NoAvestruz, Humbolt 1857. Horario: 21hs.
Entrada: $30 Pesos
