La Sociedad de la Nieve (Uruguay, Argentina, Francia – 2007)
Dirección: Gonzalo Arijón. Guión: Gonzalo Arijón. Distribución: Mirada. Duración: 126 minutos
La historia de la denominada Tragedia de Los Andes es por demás conocida en todo el mundo, lo cual hace difícil contarla una vez más sin aburrir. Sin embargo, el trabajo logrado por el uruguayo Gonzalo Arijón, sobre la novela de Pablo Vierci, es formidable.
Por primera vez en casi 40 años los sobrevivientes hablan a cámara, lejos de la banalidad de la que se tiñó la tragedia con el correr del tiempo. Quizás nuestros padres, o hermanos mayores, vivieron esta historia más de cerca, siguieron la búsqueda, el rescate, y todas las posteriores confesiones que conmovieron al mundo entero. Pero para los jóvenes como yo (tengo 23 años) sucedió una suerte de “teléfono descompuesto”, y llegamos a acercarnos a este acontecimiento a través de la versión hollywoodense, o viendo a los protagonistas contando alguna que otra anécdota superficial en el living de Susana o la mesa de Mirtha, sin olvidar nunca a ese fantasma que sobrevoló cualquier relato: la antropofagia.
Este documental es comparable a lo realizado en La Secretaria de Hitler. El solo testimonio es más fuerte que cualquier representación. Los primeros planos de estos hombres, contando su versión, sin filtros, sin ataduras. La verdad como nunca la habíamos escuchado, esas miradas y esos silencios que en más de una ocasión valen, a pesar del cliché, más que mil palabras. Como espectadora, nunca antes me había pasado al oír esta historia sentir la piel erizada durante más de dos horas. Es impresionante la manera en que estos hombres recuerdan y cuentan sin miedo a ser juzgados, lejos del amarillismo y del espectáculo que los años montaron en torno a esta tragedia, cada uno de los días que vivieron en medio de la nada, cómo lograron organizarse, convertirse en una nueva sociedad, con sus propias reglas, por las cuales llegamos a entender y justificar el por qué de todas sus acciones.
Justamente, es tan fuerte el testimonio en primera persona, que el film pierde un poco de interés en los momentos en que se ficcionalizan determinados episodios de la historia, a pesar de que las imágenes son impecables, así como el sonido, pero en el contexto parecen sobrar.
Un documental sin desperdicio, con una estructura clásica, pero aprovechada como nunca antes para contar una de las historias de vida más emblemáticas de la humanidad entera.