La Vie Parisienne
Dirección Ejecutiva: Alejandra Murri Ganchev. Dirección de Escena: Alejandro Cervera. Dirección Musical: Santiago Chotsourian. Diseño de Vestuario y Escenografía: Julio Suárez. Audiovisuales: Victor González. Intérpretes: Marcela Sotelano (Soprano), Carlos Ullán y Walter Castillo (Tenores), Daniel Wendler (Barítono), Miguel Maidana y Lucas Villalba (Contratenores), Camila Lorenzo (Mezzosoprano). Prensa: Raquel Flotta.
París, más sombras que luces
El Teatro Maipo decidió dedicar la temporada 2012 a la ópera. Por eso, todos los martes del año se desarrollarán diversos musicales en homenaje a la variedad operística de diferentes partes del mundo. Cada mes le corresponde a un país. No solamente se desarrolla Masterclass con Norma Aleandro, sino que se agrega La Vie Parisienne, con un repertorio de números que engloban obras de Léo Delibes, Jacques Offenbach y Christoph Willibald von Gluck, pero también canciones de Jacques Brell, Cole Porter y el tango Canaro en París de Scarpino y Caldarella.
Sin lugar a dudas, la variedad es interesante y la destreza vocal de los talentosos intérpretes es innegable.
El problema de este homenaje a las operetas parisinas es la puesta en escena.
Tradicionalmente París, es conocida como la ciudad de las luces. El Moulin Rouge representa una evocación del color, el espectáculo, la bon vivant, el contraste entre el burdel y la elegancia de Francia.
Pero este es un espectáculo oscuro y desprolijo. En primer lugar es incomprensible porque el vestuario tanto de hombre y mujeres es frac, y vestidos blanco y negro, porque el único decorado es una pantalla donde se suceden continuamente sombras de la Torre Eiffel sobre fondos fríos, y porque si las canciones son tan alegres, la iluminación es tan centrada en la mayoría de los números.
La elección en el orden de los temas es un poco fortuita a la vez. La sucesión de números operísticos está bien llevado rítmicamente, y cuando aparece “I Love Paris” de Cole Porter, termina interrumpiendo la armonía musical. No discuto que es un tema bellísimo, pero meterlo a la mitad del repertorio, hace ruido. Queda desprolijo, forzado. Lo mismo con el Can Can, que deja bastante que desear. Es completamente grotesco y parece más una sátira al Can Can tradicional, un número típico de burdel, que le saca el encanto a la versión más popular, que se refleja en las pinturas de Toulosse Loutrec.
Los elementos escenográficos le aportan muy poco a los números musicales y distraen de las notables performances de los intérpretes.
Algo falla en la sencilla puesta en escena: falta luz, falta color, falta vida. Este París es muy oscuro.
En lo musical y actoral, la obra se destaca un poco más. Daniel Wendler es un notable y versátil artista, que sirve como maestro de ceremonia (personaje poco aprovechado). Canta con gracia, aporta humor y resalta. Los tenores Carlos Ullán y Walter Castillo tienen notables voces y logran momentos memorables. Soberbia es la actuación e interpretación de la soprano Marcela Sotelano especialmente en los números inspirados en Los Cuentos de Hoffmann de Offenbach, acaso los que le agregan mayor color a todo el espectáculo.
Hay una hermosa coreografía de ballet, fragmento de Symnopédie de Eric Satie. Uno de los mejores momentos.
Sin embargo, y aunque el espectáculo mejora en la segunda mitad, el resultado es bastante desparejo. Por suerte, tenemos grandes cantantes líricos y artistas versátiles.
Aún así, la intención de Lino Patalano por rescatar la ópera y llevarla nuevamente a uno de los teatros emblemas de Buenos Aires es para resaltar y difundir.
Por suerte, quedan numerosos espectáculos líricos programados para el resto del año.
Teatro: Teatro Maipo – Esmeralda 443
Funciones: Martes 17 y 24 de Abril – 8, 15, 22 y 29 de Mayo – 5 de Junio
Entrada: Desde $80
weisskirch@asalallenaonline
