A Sala Llena

CRÍTICAS - CINE

Las cosas indefinidas

EL CINE, EL DUELO, LA CEGUERA

Fue el gran Orson Welles el que profirió una expresión que contendría más de una interpretación. “Lo que me interesa del cine es la abstracción” dijo alguna vez, acaso sonriendo entre el consumo de tabaco acompañado de un whisky. Abstracción, creo entender, como complejidad, escasa certeza, ambigüedad en lo discursivo.

Eva es editora de películas y junto a su asistente Rami trabajan en un documental sobre ciegos. Pero Eva sale un duelo o lo sigue viviendo con intensidad, el de su amigo Juan, con el que también participaba activamente desde la imagen y debido al montaje. 

Es decir, dos ejes temáticos surgen en la nueva película de la directora cordobesa, dos films incompletos, piezas sueltas a armar de un rompecabezas donde se entremezclan la pérdida, los relatos de los ciegos en el documental, la poca fe de Eva en relación al cine, las preguntas a resolver que le plantea Rami, el descubrimiento de los materiales que dejó Juan, las imágenes en blanco y negro que hablan de un pasado pero cercano y luctuoso, el rol que ella ocupa como editora (¿un trabajo más?, ¿un papel menor o poco decisivo?).

Encerrados ambos, Eva y Rami, reflexionan sobre las imágenes, él cita a Bresson y a Las damas del bosque de Boulogne, ella llora a solas y, en tanto, los objetos cobran relevancia, objetos que están presentes pero parecen remitir a un pasado mejor feliz para la editora Eva (a propósito, otra estupenda interpretación de Eva Bianco).

Las cosas indefinidas interpela al espectador desde el lenguaje del cine, ya que se habla del cine, de materiales, de soportes fílmicos, de relaciones entre editores y directores, a través de un transparente planteo teórico que los personajes principales expresan en voz alta, a solas frente a las pantallas, buceando en el pasado de Juan, en aquello aún desconocido, a punto de actuar como revelación para Eva. Justamente, el inicio de la película se situaba en un velatorio, con ella acercándose a un féretro.

Pero Aparicio no necesita reforzar el aspecto sentimental desde los lugares comunes sino decidirse por mostrar el paso del tiempo. Un tiempo que arrecia a los personajes entre preguntas todavía sin resolver. Un tiempo donde se combinan la ficción con el documental. Un tiempo donde las palabras con más certezas parecen pertenecerles a los ciegos que testimonian en el documental. Un tiempo donde Eva dejó de ser feliz por el dolor frente a la pérdida. Todo ello matizado con un bienvenido uso de la voz en off que clarifica los sentimientos y la actividad que conllevan los dos personajes centrales en relación al montaje y/o a la edición de películas.

Pero la vida sigue y allí Eva, justamente en el cementerio, se cruzará con los ciegos del documental. La vida, la muerte, el ramo de flores, el florero, el tiempo, los recuerdos. El cine desde la abstracción y a partir de los sentimientos fusionados a la teoría. O teoría y práctica. O la vida y el cine, en ese orden, no al revés.

(Argentina, 2023)

Guion, dirección: María Aparicio. Elenco: Eva Bianco, Ramiro Sonzini, Pablo Limarzi. Duración: 81 minutos.

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