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CRÍTICAS - CINE

London River

London River (IIdem, Argelia, Reino Unido, Francia, 2009)

Dirección: Rachid Bouchareb. Producción: Muriel Merlin, Jean Bréhat y Richard Bouchareb. Guión: Rachid Bouchareb, Olivier Lorelle, Zoé Galeron. Elenco: Brend Blethyn, Sotigui Kouyate, Roschdy Zem, Sami Bouajila, Bernard Blancan, Marc Bayliss, Gareth Randall, Aurelie Eltvedt, Francis Magee, Mathieu Schiffman, Diveen Henry. Distribuidora: Primer Plano. Duración: 87 minutos.

Un film marcado por la angustia muestra una búsqueda desesperada y una verdad insoportable. Elizabeth Sommers, encarnada por Brenda Blethyn y el señor Ousmane –en una interpretación excepcional de Sotigui Kouyate- pertenecen a culturas y religiones absolutamente diferentes. Inglesa y protestante ella, africano y musulmán él, comparten la terrible experiencia de no saber en dónde están sus respectivos hijos (Jane y Alí). Elizabeth contactó a Jane por última vez dos semanas antes del comienzo de la historia; Ousmane no ve a Ali desde que este tenía seis años, pero su madre le pide ayuda porque no tiene noticias de él desde hace varios días.

La historia se desata a partir de los atentados ocurridos el 7 de julio de 2005, en los que extremistas suicidas hacen explotar bombas en medios de transporte público en Londres. A partir de allí comienza una búsqueda que parece interminable, pero con una luz de esperanza siempre prendida.

Es entonces cuando Sommers y Ousmane se cruzan, se desencuentran, se juzgan, se comprenden, se acompañan. Y comparten los peores días de sus vidas.

London River es un film de búsqueda en muchos sentidos: de los hijos desaparecidos, del equilibrio, de la tolerancia y de la fuerza interior. Los dos protagonistas son completamente dispares entre sí; sin embargo, de a poco descubrirán que esas diferencias son justamente lo que juntas los hace fuertes y capaces de seguir adelante.

Una película dolorosa, inquietante; una historia posible. Con excelentes actuaciones y un ritmo adecuado a la historia, London River no tiene desperdicio.

 

Por María Eugenia D’Alessio

Con una excelente actuación de Brenda Blethyn, quien encarna a una madre que vive en una hermosa isla británica solitaria del Canal de la Mancha que viaja a Londres el 7 de Julio del año 2005 al no recibir respuesta a las llamadas que le ha hecho a su hija ese mismo día.

Ousmane es musulmán, vive en Francia y viaja a Londres la misma fecha en busca de su hijo, para reconocerlo y volver junto a él al África.

La fecha que marca la película y es el escenario de todo suceso es  día  en que los transportes públicos de Londres sufrieron una serie de atentados durante una mañana en hora pico, provocando la muerte de 56 personas y un total de 700 heridos: 07.07.05

Son cuatro las explosiones que se fueron sucediendo, en el metro, en la estación de tren y también en un autobús de dos plantas, la ciudad entra en pánico, todo esto es lo que la señora Sommer ve por Tv y se preocupa llamando durante diferentes momentos del día a su hija Jane que vive en Londres, quien nunca le responderá ningún mensaje.

Ousmane es pacifico, habla solo francés y al llegar a la gran ciudad se contacta con miembros de la comunidad musulmana que lo irán guiando para encontrar a su hijo Alí, el cual vio por ultima vez cuando tenia 6 años.

Lo que une a estos personajes es la desesperación, la incertidumbre y la esperanza.

Cada uno a  su manera va manejando la situación, Ousmane, con una tranquilidad que asombra, emprende la búsqueda casi desde cero, ya que no conoce el rostro de su hijo ya adulto y entiende que lo encontrara si dios quiere.

La señora Sommers descubre que Jane vive en una parte de la ciudad habitada en su mayoría por pakistaníes y musulmanes, va conociendo a su hija poco a poco, tiene su foto, conoce su rostro, sin embargo  no sabe nada de ella, de su vida.

Un tema como es “Ataques Terroristas” ;“Atentados suicidas” ; “Alqaeda” derivan en 11 de septiembre, derivan en una suerte de películas que nos cansamos de ver por cable.

Este no es el caso.ya que  director se concentra en las reacciones de cada personaje, sus miedos, muy parecidos pese a la diferencia cultural . 

Rachid Bouchareb fue nominado en el 2006 por el film Indigénes (Days of Glory), una de las películas más vistas en Francia.

London River ganó el Oso de Plata al mejor Actor, Sotigui Kouyaté por su asombrosa actuación como Ousmane.

 Por Julia Panigazzi

Crítica anteriormente publicada en el sitio ante exhibición en el ciclo “Les Avant Premieres 2010”

http://www.asalallenaonline.com.ar/festivales/les-avant-premieres-2010/589-london-river.html

Lo peor de ser “crítico” de cine o mero cinéfilo que va a ver cualquier cosa que se le cruza por el camino es el deja vu.

Encontrar propuestas que a pesar de atraparle, estar sobriamente interpretadas y dirigidas, dan la sensación de haberse visto previamente… está sensación va acompañada de un presentimiento, que el cinéfilo tiene acerca de cómo va a terminar el realizador la historia. Es saber cazar los códigos, los tiempos, encontrarle el truco a la estructura dramática.

Es por eso, que London River, nueva película del director Rachid Bouchareb, de rica filmografía (Días de Gloria) no puede disfrutarse plenamente, ya que guarda similitudes con varias propuestas similares, y que fueron vistas hace poco tiempo en la cartelera.

Se podría emparentar con Al Otro Lado (Fatih Akin, 2007) o alguna película que ahora no se me viene precisamente a la memoria, relacionada con el 11 de Septiembre en Nueva York.

Elizabeth (Blethyn) es una mujer de 60 años, cuyo esposo murió en la guerra de Malvinas. Ella vive en un pequeño pueblo inglés con riscos y bosques. Sigue las tradiciones típicas rurales. Va a la iglesia todos los domingos, trabaja como agricultora en su jardín. Su hija, vive en Londres. Cuando estallan las bombas del atentado del 2005 en la estación de tren y el colectivo en Londres, tiene un mal presentimiento, y ante la falta de respuesta de su hija, decide salir a buscarla. Situación similar le pasa a Ousmane, un inmigrante del norte de África, que vive en Francia. A pedido de su ex esposa, sale a buscar a su hijo que estudia en Londres, y al que no ve desde que tiene 6 años, tras abandonarlo. Ambos caminos convergen en medio de comunidad musulmana londinense. Pronto, se dan cuenta que ambos chicos se conocen previamente y deben buscarlos juntos.

Sino fuera por las excepcionales, sutiles, austeras, creíbles y emocionantes interpretaciones de Blethyn y Kouyaté (ganador al mejor actor en Berlín 2009) es posible que la película no trascienda demasiado. Las situación que Bouchareb crea para ambos personajes es la más convencional, aún cuando no deja de tener un contexto verosímil y contemporáneo: Elizabeth se comporta de forma prejuiciosa, no entiende como su hija, puede involucrarse con un joven negro y aprender árabe. Su mente conservadora se irá abriendo a medida que avance su relación con Ousmane, quién, a pesar de aspecto físico, que atemoriza a Elizabeth, termina siendo un alma gemela, un personaje emotivo, cálido y de comportamiento más razonable que el de ella .

Bouchareb trata de construir un típico relato del cruce de dos mundos distintos, pero a la vez con demasiadas similitudes en principios más básicos como la formación de una familia y educación. Los prejuicios, la discriminación son los temas principales de la narración pero nunca subraya sobre ellos, ni da un discurso obvio. Trata de manejar el dramatismo con un pulso firme, sin que se desborde a lo lacrimógeno, pero también atento a mantener la tensión, procurando que nunca la relación entre ambos personajes divague hacia vínculos románticos, y así caer en el lugar común.

A pesar, de que trata de evadir los clisés, y aún con un tono solemne y austero, no puede evitar que el río siga su curso natural y termine en un final previsible. El desenlace, igualmente es coherente con el resto de la narración y muestra la diferencia entre ambas culturas.

Construido sobre los pilares del relato cuya moraleja, es aprender a no discriminar, y que no importa cual sea la religión o raza de cada persona, todos nos relacionamos de la misma manera, tenemos los mismos sentimientos… o sea básicamente somos todos iguales, London River, es una película que da la sensación que ya vimos varias veces, pero con una narración sólida, personajes creíbles, diálogos que no suenan forzados; es visualmente impecable y, por supuesto, destaca gracias a las impresionantes actuaciones de la pareja protagónica.

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