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CRÍTICAS - CINE

Los Hombres que NO Amaban a las Mujeres

 

 

Los Hombres que NO Amaban a las Mujeres

 

Dirección: Niels Arden Oplev Guión: Nicolaj Arcell y Rasmus Heisterberg Elenco: Michael Nyqvist, Noomi Rapace, Lena Endre, Peter Harber, Sven-Bertil Taube Producción: Soren Staermose Distribuidora: Doble E Duración: 140 minutos

La trilogía literaria Millennium ha vendido millones y millones de ejemplares en todo el mundo, su autor Stieg Larsson, periodista devenido en escritor, murió antes de ver como su obra se convertía en auténtico best seller. Soren Staermose, un productor, que imagino, ávido de aumentar su cuenta bancaria, contrata al director Niels Arden Polev para que lleve a la pantalla grande, la primera parte de estos tres libros que han cosechado tanto fanáticos alrededor del planeta.

Los Hombres que NO Amaban a las Mujeres  es el producto cinematográfico que inaugura la mega-exitosa trilogía sueca, se trata de un thriller psicológico con altos contenidos dramáticos, policiales y muchos giros en la historia que por momentos se transforma en un perturbador rompecabezas. Debo ser sincero y admito que no he leído el libro, con lo cual es una ventaja, porque me encuentro con ante una narrativa nueva, libre de prejuicios, pero una desventaja a la hora de analizar la calidad de la adaptación respecto a la obra original.

Mikael Blomkvist es un periodista que ha denunciado a una multinacional por sus negociados ilegales, pero el poder económico se encargó de borrar cualquier tipo de prueba y es condenado a prisión por investigación falsa. Todos los pasos de Blomkvist, son seguidos por  Lisbeth, experta hacker informática, un tanto border, con rasgos antisociales y un pasado que la condena, por lo cual está a su cargo un tutor, ya que ella se encuentra inhabilitada para administrar de sus propios bienes.

 Un integrante del clan Vanger, contrata a Blomkvist para que investigue la desaparición de su sobrina, hace ya 40 años, debido a que la justicia no ha hecho nada, confía en las habilidades de este incorruptible periodista investigador. Mientras Mikael avanza en la enredada investigación, Lisbeth no lo pierde de vista y comienza  una averiguación paralela, hasta que inevitablemente se crucen en la reconstrucción del entramado siniestro que oculta esta familia.

Lo más interesante del film es la primera hora, cuando se van presentando los personajes, donde adquiere un alto monto de intensidad e incertidumbre, en especial, el modo en que se va relatando la vida de Lisbeth, joven oscura y enigmática, aunque un tanto estereotipada, interpretada de manera muy lograda por Noomi Rapace. Las escenas en la cual es violada por su tutor y la posterior revancha son los puntos más elevados del metraje, su magnitud es tal que uno no deja de sentirse incómodo pero atraído a la vez por lo que está presenciando.

Luego decae un poco, se hace largo, dura casi dos horas y media, aunque hay que tener en cuenta que el libro consta de unas 600 páginas. Aparecen innumerables pistas que sólo pueden resolverse en una ficción en la que el azar tiene que estar del lado de los heroicos protagonistas. Los malos terminan siendo muy malos y a los buenos no les queda otra que enfrentarse a la “Legión del Mal”, compuesta por una variada constelación de personajes perversos, donde desfilan violaciones, incesto, sadomasoquismo, misoginia y antisemitismo.

La estética del film, no parece ser una película oriunda de la tierra de Bergman, excepto por los paisajes geográficos con su eterna nieve escandinava  y el idioma. Se resaltan mucho los primeros planos y abundan las imágenes de escenarios naturales. Tanto la edición, como la fotografía y la música por momentos resultan muy televisivas, también hay un par de actuaciones un tanto obvias y mediocres.

En síntesis, un film por momentos entretenido pero que puede acotarse a los amantes del género; a los fanáticos de la novela que quieran conocerles las caras a esos personajes que imaginaron, con lo decepcionante que esto pueda llegar a ser; o para ver en dvd, algún domingo a la tarde, ese tipo de películas donde hay que encontrar al asesino y todos son sospechosos, incluida la víctima.

Emiliano Román

Apostarle a una película que se llama “MILLENIUM 1: LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES”, es ya de arranque una locura.

Apostarle como productor, una demencia.

 

Salvo, que claro, sepas que es un Best Seller, que podés y vas a hacer una trilogía y que tiene el ingrediente fundamental para ser un suceso: mujeres, asesinatos, sangre y el autor del libro, muerto.

 

Durante las más de dos horas sentado en el cine tuve varias sensaciones encontradas pero hay una que resaltó sobre todas las demás: la furia absoluta.

 

Notar a medida que avanza la película que el título es una enorme ironía, y que lo que vemos es a un montón de señores que no aman a las mujeres sino que las vejan en nuestras caras y en pantalla gigante, no nos hace más que convertirnos en fanáticos barrabravas de la dupla protagonista y pedirles, por lo menos, justicia.

 

Tenemos: una chica cyberpunk extraña, bien definida, dura y sexy, como investigadora underground. Y a su lado, a un periodista de un diario (Millenium), que es acusado de mentir en un informe sobre un político y que luego de que su credibilidad cae (obviamente, en verdad es inocente y es todo una enorme trampa), es contratado por un misterioso hombre que le propone resolver el caso de su hija desaparecida hace decenas de años.

 El periodista, es EXACTAMENTE IGUAL A ROLANDO GRAÑA, lo cual hace que la película a veces sea graciosa: en muchas de sus apariciones, actúa como actuaría Rolando Graña, sin ninguna virtud actoral.

 

Luego, la historia: es grato encontrarse con buenas vueltas de tuerca, con aquella añorada oscuridad de El Silencio de los Inocentes y con realismo del bueno en la resolución de los casos. Ahora: no le pidamos al director que filme bien una escena de acción. Parece salido de la Vieja Escuela de Brigada A, primera camada.

 En líneas generales, esta película sueca tiene todos pero todos los ingredientes para que la agarre un norteamericano y haga una innecesaria remake que será técnicamente “parodia”, dentro de muy poco tiempo. Y la iremos a ver de nuevo, claro está. Me relamo de sólo pensar el título que le pondrán: “Los Hombre Malos”, o algo así. Y aquí la titularán “La Venganza”, mientras en el más allá, Stiegg Larsson, el autor de los libros, se revolcará en su tumba y se preguntará porqué.

 

En fin. Es algo digno de ver. Dinámico. Con buenos recursos de edición. Con la cara enorme de la víctima apareciendo siempre, en un zoom lento a la única foto que hay de ella, la víctima del caso a resolver. Y a medida que va develando y se acercan a una resolución (o no), esa misma foto, siempre ella, siempre igual, se ve… diferente aunque sea siempre la misma toma, la misma foto, la misma velocidad del zoom. Y ese es merito para el director.

 En un año, o antes, llegará a la Argentina “Millenium 2: La chicaba que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”. Y estaremos ahora sí, ante, posiblemente, la película con el título más largo en la historia del cine. Pero a no preocuparse. Acá seguro, le ponen “La Venganza 2”.

Juan Soriano

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