Los Viejos (Bolivia, 2011, 73´) de Martin Boulocq
Una buena película es mucho más que exhibir hermosas imágenes, se debe contar mínimamente una historia, sea del modo que sea, desde lo clásico, hasta el más desconcertante onirïsmo. En Los Viejos falta la historia, bah hay un intento muy fallido de relatarla, dice mucho más la breve sinopsis del festival que el film en sí.
Obsesionado por mostrar bellas postales, el director recurre a planos largos, larguísimos, interminables, estáticos, que no dicen nada, solo muestran, alguna flor, nube, montaña, etc. Hay un abuso de recurrir al fuera de foco, los diálogos son tan escasos, demasiados fuera de campo, mucho juego con el reflejo de los vidrios o espejos.
Mientras tanto, se intentaba contar el duro regreso que tiene su protagonista, luego de haberse ido obligado y volver cuando su tío está muy enfermo, se vincula esta historia con la dictadura boliviana que expulsaba del país a aquellos traidores ideológicamente.
Lo más agradable es la canción pop que cierra la película que desentona bastante con todo el metraje. Un desperdicio de la adaptación de esta novela y el film resulta un verdadero bodrio solo apto para snobs o para aquel adicto de darse buenas siestas en las butacas de cine.