A Sala Llena

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CRÍTICAS

Paraná Porá

Paraná Pora 

Dramaturgia y Dirección: Maruja Bustamante. Objetos: Carolina Villacorta. Músicos: Sonia Alvarez. Diseño de vestuario: Candelaria Aaset. Diseño de luces: Javier Casielles. Escenografía: a77 .Puesta en escena: Maruja Bustamante. Elenco: Monina Bonelli, Iride Mockert  Prensa: Debora Lachter.

Varias notas se han hecho ya, sobre el estreno de esta obra de Maruja Bustamante (Fugu, Sapitos, Adela está Cazando Patos) en Ciudad Cultural Konex el año pasado. Sobre el argumento la propia autora y directora expresa: “pensaba en dos mujeres del mismo hombre que estaban en el fin del mundo”. Tamaña imagen utilizada como disparador para su texto no podía producir nada remanido, nada que no fuera especial, incluso si se quisiera tratar del modo más grotesco.

El estilo históricamente ecléctico de Maruja, habitualmente naturalista pero con toques más grandes o más pequeños entre bizarro-fantásticos, tiene que ver con su personal gusto por mostrar las cosas “tal cual son”, pero amar a la par la poesía.

Este estilo durante algún tiempo, para algunos quizá demasiado emparentado con lo popular, crece profundamente con Paraná Porá, en donde tanto puesta como texto se encuentran tratados con un cuidado artístico remarcable. Así es como la directora llega a esta extraña y encantadora “mezcla entre el costumbrismo autóctono con elementos de ficción”, que yo denominaría más cercano al “realismo mágico” literario. La puesta de Maruja se muestra muy bien pensada. El trabajo de realización escenográfica y los vestuarios hacen una composición estética perfecta con los sentimientos de desolación o alma rasgada de los personajes. En dónde lo rasgado y lo derruido no se contrapone a lo bello. Es una pena la sala del reestreno que siendo de gran ancho pero poca profundidad, deja algo en evidencia el artificio, que no tiene orden de ser mostrado en este caso. Visualmente la escenografía así como los movimientos que en ella se operan, hubieran requerido una mayor distancia en lo que a mirada del espectador se refiere. Y no ayuda a esto tampoco la escueta cantidad de tachos del teatro SHA, que impide un trabajo de mayor contraste y claroscuros. Sin embargo y justamente por ello, es admirable que con lo que se contaba estuviera tan bien manejada la coloratura, que prefirió los cálidos para remarcar la dulzura de los personajes, pese a la oscura situación en la que se encuentran. Maruja no se inmuta ante una supuesta “necesidad” de representar el agua que cubre toda la escena y es todo el conflicto, ya que ésta se encuentra perfectamente delimitada en los textos que describen el lugar de situación y la angustia “pasada por agua” de las protagonistas.

El elemento fantástico y relacionado con el “fin del mundo” que mencionaba la autora – la vaca escamada que llaman “mutante”- toca no tan de soslayo una posible realidad apocalíptica que es una seria denuncia de actualidad. Lo que se ejecuta mediante gran sutileza poética dentro del género.

Los personajes son entrañables desde la dramaturgia, y el manejo del comportamiento en el trabajo de composición de las actrices lo eleva a la máxima potencia. Es impresionante la actuación de Valeria Lois, que no debería sorprendernos conociendo su amplia y exitosa trayectoria, pero que aún así lo hace; y no se queda atrás Monina Bonelli. Ambas conectadas profesional y pasionalmente en todo momento.

La música en vivo -incidentales incluidos- tratada sólo con un arpa, es el toque sofisticado, pero que no rompe con el realismo pasional de la historia viva. La arpista (Sonia Alvarez) se encuentra en el medio de la escena con un vestuario acorde a la puesta y opera cual engranaje escenográfico o articulación narrativa de la historia aportando belleza u oscuridad desde el sonido, a la vez expuesta e invisible.

Diría que en este caso como frente a todo lo que vale la pena, como el amor -amoroso, de amistad o filial- el lugar es lo de menos…

Por Natasha Ivannova


Río que vas creciendo,

río que vas naciendo,

vuelve a los brazos de tu dios:

y que te devuelva más de lo que esperás.
(fragmento canción “Rio”  Como Diamantes Telepaticos)

Dos mujeres viajan en bote sobre el rio Paraná, un rio apasionado y revuelto, que las llevara a  soltar sus sentimientos y pescar sus emociones, mientras van en busca de tierra firme, en Córdoba: Alto en las montañas. Las acompañan una brujula, que parece que no anda, una vaca acuática, un embarazo avanzado, una lanza y mucha querencia. Todo esto viajara sobre este torrente que atravieza mucho más que la mitad de Nuestra América. Maruja Bustamante vuelve a sorprender con una obra futurista, lejana pero cercana a la vez, con personajes entrañables, duras, pero por sobre todo: traicionadas.

La travesia se realiza sobre un barco muy particular, el cual es timoneado de diversas maneras, siempre al ritmo del arpa – musicalización en vivo muy intensa- a cargo de las gloriosas manos de Sonia Alvarez, lo cual alimenta todo lo fantástico que contiene el texto y agrega un elemento autóctono. La Gringa y la Polaca comparten un viaje y antes compartieron un hombre: el gran amor de ambas. Una esta embarazada, otra no y durante este periplo coordinaran de manera exquisita monologos recordando aquellos tiempos de noviazgo, de amor zonzo, cuando el brillo de los ientes blancos de aquel que ya no esta, las enamoró.

La Gringa es encarnada por Monina Bonelli, lleva en su vientre el fruto de su amor infinito, un tanto naif, maestra de escuela con ciertos temores, intenta sobrevivir a La Polaca, interpretada por Iride Mockert, de armas traer, como tambien recuerdos y resentimientos.  El duo que conforman estas dos mujeres tan diferentes entre si, pero con tanto en común, es coronado con un perfecto monologo al unisono que despliegan cada vez que recuerdan ese amor único.

Sin duda Bonelli y Mockert dejan todo sobre el escenario, dando todo de si para contribuir a este microcosmos tan de Maruja Bustamante, quien nos regala un texto maravilloso que recorre todos los climas, los estados animicos y las etapas de una odisea imperdible.

Teatro: El Extranjero – Valentín Gómez 3378-

Funciones: Domingos 21.00 hs

Entrada: $50 y $70.

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