Pater, de Alain Cavalier
Reseña previamente publicada con motivo de exhibición en el 64º Festival de Cannes, Competencia Oficial:
Con apenas saber que Cavalier, uno de los precursores del uso de cámara en mano en la Nouvelle Vague, de quien hace tan solo dos años atrás pudimos ver Iréne en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, ya bien podríamos tener una idea de cual podría ser una posible puesta en escena de sus proyectos, aquí repite este enfoque cinematográfico pero sin constituir su voz un elemento relevante en el film, sino su figura también.
Acompañado por Vincent Lindon, el duelo de cámaras utilizado entre ambos a modo de interrogatorio donde uno hace pasarse por un Ministro y quién sino el director como Presidente, juntos tratan mientras disfrutan de una vianda integrada por trufas, atun, espárragos y conservas, temas políticos candentes de la sociedad francesa, entre ellos la inmigración, el desempleo, las condenas que deberían tener los políticos actuales. El film funciona prioritariamente dentro de un contexto del cual deberíamos conocer de antemano circunstancias que hacen al país europeo y sus problemáticas, de lo contrario pueden pasar por alto algunos detalles sobre menciones de políticos actualmente en pleno ejercimiento de sus facultades. Nociones como el quiebre de la brecha entre riqueza y pobreza pocas veces se ha argumentado con esta noción tan emblemática a partir del cine, una mirada audaz sobre la actualidad con un director que frente a cámara y quizás por su edad, no tiene el más minimo temor de platicar y decir lo que venga en mente. “Político que robe 1 Euro, debe cumplir una condena máxima”.
