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CRÍTICAS

Se estrena Espiando en Inboccalupo

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El próximo lunes 10 de Septiembre a las 20 Hs se estrena en el Teatro Inboccalupo (Virrey Arredondo 2495) la nueva obra experimental de Alejandra Rubio, Espiando.

Se trata de un singular proyecto que incluye dos escenas: El Cumple y El Baño.

El Cumple: La Fiesta. La familia se reúne por el cumpleaños de Niki, padres, madres, hermanos, abuelos, primos, esposos y amigos. Amores y rencores ocultos. Secretos y mentiras, se suceden unos a otros en un sin fin.

El Baño: La Intimidad. Algunas personas del cumple viven secuencias muy privadas. Podés espiarlas en el baño… si te animás.

Elenco: Marcela Peña, Silvia Merli, Gisell Badín, Stella Trezza, Mónica Ascar, Juan Antonio Fleitas, Rosalía Padías, Delfina Conde, Verónica Roux, Gabriela Harrison, Carlito Gluck, Jade, Nicole Balella, Agustina Navonne, Luly Palacio Acosta, Lu Lerman. Actores invitados: Alejandro Álvarez, Victoria Arderius, Diego Benedetto, Franco Kuma La Pietra, Maribel Chiapetti y Raquel Ameri.

Trabajo Corporal: Leticia Vota. Dirección Actoral: Leticia Vota, Walter Bruno, Alejandra Rubio. Idea, Puesta en Escena y Dirección General: Alejandra Rubio.

A continuación, unas palabras de su directora:

Teatro de Instantes

La vida que fluye. Cuando “es” solamente lo que miramos. El movimiento de una estética orgánica. Un arte de la continuidad y no de la ruptura. Un arte de la unidad y no del fragmento.

El arte en el fondo no tiene más que esa opción: rehacer la naturaleza o alejarse de ella. Procurar las sensaciones de la realidad tal como la naturaleza misma nos la procura. Sin reproducirla o imitarla. Redescubrir la maravilla de la vida orgánica. Para que haya ingenuidad y originalidad es necesario que la naturaleza obtenga la victoria sobre el arte. Intentar captar la vida. En la simplicidad total, se puede hallar la verdad.

El arte vivo. Tan vivo como irrepetible.

Todo lo que surge en el aquí y ahora, sin pensar, sin definir, sin calcular, sin planificar, Absolutamente verdadero porque sencillamente acontece.

En este tipo de teatro  que propongo no hay principio ni final. No hay momentos definidos ni definitivos, no hay límites y todo puede suceder.

El director propone un lugar, un tiempo, y algunos detalles de una historia que se irá armando y sucediendo con la impronta de cada actor.

El director habla previamente sobre los personajes y ciertos conflictos o características.

Las consignas son propuestas por el director, unos minutos antes de que comience la acción. También puede intervenir en algún momento de la acción y dar alguna indicación específica si lo cree necesario, a la vista del espectador.

El actor puede salir o entrar del espacio escénico cuando así lo crea conveniente.

Desde el punto de vista del actor, la acción comienza en un momento determinado por el director. Y luego finaliza en un orden caprichoso y azaroso definido por el director.

El objetivo para el actor,  en la escena es:

ESTAR VIVO, PRESENTE, CONECTARSE CON EL OTRO Y LA SITUACIÓN PREDETERMINADA.

DEJARSE FLUIR POR LO QUE VA SINTIENDO.

No hay intención de provocar nada, ni obligación de hacer o sentir nada.

Solo dejarse penetrar por lo que a cada artista le sugiere el espacio y los demás seres que habitarán ese espacio.

ES EL DEVENIR.

ES LA SUMA DE INSTANTES.

ES UN LATIDO Y EL OTRO Y EL OTRO Y EL OTRO.

Desde la dirección, las consignas son pocas, y pueden tener que ver con acciones, colores, sabores, olores, situaciones, vínculos. Lo que suceda dependerá de cada actor y de lo que surja.

Desde el punto de vista del espectador:

La acción comienza en cualquier momento de la historia y termina en cualquier momento también. Ya que puede ingresar a ver el espectáculo cuando quiera e irse cuando lo crea conveniente. Asimismo puede regresar al rato e incluirse nuevamente.

No hay tiempos para que el espectador se quede o se vaya del lugar.

El espectador tiene que adaptarse a la idea de asomarse, espiar, algo que ya viene aconteciendo y adaptarse a lo que ve. Dejarse fluir en esa energía que el espectáculo propone. Adivinar, imaginar, activar su creatividad, poner en juego su propia forma de ver las cosas. Ya que no hay una historia contada desde un comienzo. Cada uno arma su propia historia.

Algo que comenzó no se sabe cuándo y terminará no se sabe cuándo, y que el espectador irá construyendo.

No hay  principio, ni conflicto, ni desenlace, ni final predeterminado.

Solo el devenir de las cosas.

El devenir de las vidas.

INSTANTES IRREPETIBLES.

Alejandra Rubio

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