A Sala Llena

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CRÍTICAS

Sofocados

Puesta en escena y Dirección: Verónica Edye. Dramaturgia: Fernando Álvarez, Diego Serlín. Colaboración autoral: Emiliano Basile. Producción ejecutiva: Diego Serlín. Escenografía: Pablo Calmet. Asistencia en Escenografía: Martín Díaz. Iluminación: Rodrigo González Alvarado. Vestuario: Ana Sellán. Maquillaje: Ana Pistritto. Música: Sebastián Romero. Gráfica y fotos: Artemia. Actúan: Fernando Álvarez, Valeria Blanco, Ezequiel Iuorno, Gabriel Zuccarini.

Después de hacer de artífices de las obras Frente a tus ojos y Q.M.D. ¿Quién mató al director?, el realizador Diego Serlín y el periodista radial Fernando Álvarez volvieron a reunirse para poner en escena Sofocados. En su caso, la tercera no fue la vencida, y una vez más, los autores decidieron recurrir al género de suspenso para afectar a su público. En esta oportunidad, el universo de los medios de comunicación del que Serlín es parte en su vida cotidiana se hace presente en el escenario, con los escollos de la escritura de ficción para televisión como punto de conflicto.

Al encenderse las luces luego del primer apagón que da inicio a la función, la escena suena familiar incluso hasta para quienes conocen las típicas construcciones que rodean los canales del Delta del Paraná sólo por relatos de ajenos. La primera en aterrizar en la cabaña de madera con muelle propio es Jazmín, interpretada por Valeria Blanco, quien hará las veces de asistente del premiado escritor de ficción Omar Pouzán, en la piel de Álvarez.

Desde el comienzo hasta el final, la carga de tensión sexual reinante entre los protagonistas no cede en ningún momento de los 70 minutos de obra. La tirantez entre Omar y Valeria sube un escalón con la entrada de Federico, un joven guionista encarnado por Gabriel Zuccarini. El trío, regido por la envidia, el deseo y la venganza, tendrá la tarea de escribir un guión semilla de éxito televisivo en sólo un fin de semana. Plantado el desafío, sucesos inesperados y situaciones inexplicables -principalmente, para la audiencia- irán entorpeciendo el camino de los personajes.

A Omar, Valeria y Federico se suma Santiago, un joven que vive en el Delta y trabaja como casero de las cabañas que allí se alquilan. El personaje, interpretado por Ezequiel Iuorno, tendrá un perfil aún más difícil de descifrar que el del resto del elenco. Aunque resulta el más novato arriba de las tablas, Iuorno convence al espectador en su representación, y cerca del final de la obra, es quien más sorpresas genera.

En la construcción del clima de suspenso, la sobrecarga de elementos típicos -por no decir trillados- del género hará que por momentos, el esfuerzo por generar intriga apabulle a la audiencia. La música en clave misterio casi no abandona las escenas, y la aparición de personajes camuflados hace por demás inentendibles algunos fragmentos de la pieza.

Quienes disfruten de los thrillers encontrarán en Sofocados un combo con los ingredientes básicos para replicar la fórmula en escena. Aunque el resultado provoque algunas confusiones en el entendimiento de la historia contada, aquí lo prometido no se adeudará: habrá sexo, misterio, sangre, y un desenlace más que inesperado.

Teatro: Hasta Trilce – Maza 177

Funciones: Sábado – 20:00 hs

Entradas: $ 130,00 / $ 80,00

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Por Carolina Potocar

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