La esperanza es Abrams.
El buen cine de ciencia ficción o aventuras parece ser una especie de eslabón perdido en estos tiempos. Aquella esencia mágica con la que realizadores como Steven Spielberg, George Lucas y Robert Zemeckis hacían décadas atrás ese tipo de películas resulta casi olvidada, en tanto que esa conjunción entre tópicos como arte y entretenimiento – que supieron materializar en diversas historias – cada vez toman más distancia entre sí. Pero por suerte hay una esperanza: J.J. Abrams. El realizador estadounidense supo cómo revitalizar esa clase de films demostrando una gran capacidad narrativa a la hora de situar sus creaciones en diversos universos fantásticos, siendo Star Trek y Super 8 un claro ejemplo de esto.
Con Star Trek: En la Oscuridad, Abrams logra imponer nuevamente esa esencia olvidada y, a través de una de las franquicias más destacadas de la historia del cine de ciencia ficción, hacer un producto más que destacable. Hay que tener en cuenta que no es simple realizar algo original en base a una historia que trascendió todo tipo de medios: cine, televisión, historietas, video juegos, etc. La cuestión es que el director capta lo fundamental de la obra y a través de un impacto nostálgico en relación a ésta, desarrolla una película sumamente destacada.
Pero hay ciertas cuestiones para indicar que Abrams es un realizador consolidado y con Star Trek: En la Oscuridad esto queda demostrado y con creces. Este nuevo film se acentúa por su excelente proceso narrativo, ya que tanto la historia como el desarrollo de los personajes resultan impecables y hacen mantener la tensión a lo largo de todo el film, que con la suma de interesantes acoples humorísticos hacen que se genere un clima atrapante. Es muy destacado como el realizador manifiesta un relato en el que primorea el lazo entre la amistad de dos de sus protagonistas – el Capitán Kirk (Chris Pine) y el Spock (Zachary Quinto) – en un marco de una imponente aventura intergaláctica en la que las emociones no escasean en ningún tipo de sentido.
Otro punto para destacar de este nuevo film es su espectro visual, Abrams construye un mundo sumamente verosímil al universo Star Trek y entre un adecuado desarrollo arquitectónico como efectos visuales que no resultan incómodos al no querer estar sobre lo narrativo, hacen que la película sea imponente, siendo que también es para tener en cuenta que hasta el 3D funciona en esta ocasión, cumpliendo la función de exponer una destacada profundidad de campo y una acorde perspectiva en cada escenario.
En conclusión, hay que decir que Star Trek: En la Oscuridad es una obra imprescindible para el cine de ciencia ficción en tiempos en los que el género se encuentra casi perdido y atrapado en un abismo entre lo intrascendente y el abuso de la tecnología CGI. Abrams lo hizo una vez más y cada vez consolida más su figura, cuestión fundamental, más precisamente debido a que será el realizador de la próxima entrega de otra saga histórica: Star Wars.
Por Tomás Maito