A Sala Llena

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CRÍTICAS - CINE

Tu Amor, mi Perdición (Au Galop)

(Francia, 2012)

Dirección y Guión: Louis-Do de Lencquesaing. Elenco: Louis-Do de Lencquesaing, Alice de Lencquesaing, Valentina Cervi. Producción: Gaelle Bayssiere, Didier Creste y George Fernandez. Distribuidora: CDI Films. Duración: 93 minutos.

No podemos domar al corazón.

Louis-Do de Lencquesaing, a quien vimos como actor en Cache de Haneke, en Elles, junto a Juliette Binoche,  realiza su ópera prima. Podría decirse que uno de los temas preferidos del cine francés es el amor. Y el sexo.  Acá se mezclan además de los nombrados, la infidelidad, la muerte y el duelo. Ada (Valentina Cervi) trabaja como ilustradora de una editorial, que publica el libro de Paul (Louis-Do de Lencquesaing), un escritor que vive con su hija. Luego de perder a su padre, Paul se involucra sentimentalmente con Ada, que está por casarse con su pareja y padre de su hija de 4 años. Una cosa va de a poco llevando a la otra, y sin que nos demos cuenta, la película fluye, como la vida.  Si bien la historia de amor parece ser la principal, da la sensación que todo tiene la misma importancia, porque es una película de momentos, de pequeñas intimidades, como el que tiene lugar cuando el protagonista junto a su hermano y su hija, vuelve del funeral de su padre y comparten risas. El director logra capturar esos momentos verdaderos de la vida, la esencia de cada situación, cada sensación que atraviesan los personajes, y con las que nos podemos identificar.

Como en el cine de Cassavetes, parece que la película ya está empezada  y presenciamos a penas un instante en la vida de los personajes, en el cual los conocemos por un rato y luego, cuando la película termina, siguen sus vidas. El director nos entrega un cine sincero, abierto, libre y desprendido de prejuicios. Jamás enjuicia a sus personajes: Paul no cuestiona a Ada por su infidelidad. La hija de Paul –que realmente es la hija del director- si bien cuestiona en un principio a su padre por su romance, termina entendiéndolo porque también cree en el amor. En esa pulsión  que irrumpe en nuestras vidas cuando todo parece estar en orden y creemos tener el control de nuestros sentimientos. Louis-Do de Lencquesaing nos invita a sentir, a despojarnos de cualquier culpa y dejarnos llevar por la belleza de estos personajes y de un cine que comparte esa sensación de libertad con la Nouvelle Vague.

calificacion_4

Por Elena Marina D’Aquila

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