Un Poco me Molesta, Pero un Poco No
Dirección General: Carlos Belloso. Dirección Artística: Ricardo Rodríguez Miró. Dramturgia: Pablo Picotto. Escenografía: Julia Isnardi. Vestuario: Julia Isnardi, Nancy Gay. Producción: Germán García. Intérprete: Pablo Picotto. Prensa: Tehagolaprensa.
Paradigma Familiar
No creo que Pablo Picotto sufra de esquizofrenia, lo cuál sería un interesante motivo por el cuál se cargó al hombro el unipersonal que él mismo concibió. Pero, en cambio Picotto se ha dedicado a observar de cerca a la familia de clase media argentina contemporánea, y crear a partir de ahí, un retrato humorístico bastante ingenioso que parte de los estereotipos, para terminar analizando el desenvolvimiento de las relaciones familiares en el Siglo XXI.Saliendo de un antiguo lavarropas, que tiene diferentes funciones y miradas, según el personaje lo esté usando, el actor crea 6 miembros, que bien podrían pertenecer a la familia de cualquiera.
Un padre ferretero, madre ama de casa chismosa, hija mayor empleada de un call center, el adolescente vago, y el pequeño “accidente” de cuatro años que no para de jugar e imaginar mundos. Usando modelos que remiten un poco a la cultura popular nacional, remitiéndose a nombres como Quino, Cossa, Langster o Paolo, el rockero, Picotto de a poco, va demostrando su propia creativad e identidad.
Lo que empieza simplemente como un juego del absurdo y grotesco, se convierte en un reflejo de la mentalidad, ideología y razonamiento de los porteños de los últimos 25 años. Picotto hereda la facilidad de trasformarse en múltiples personajes con la sutileza de cambiarse un saco o la peluca, aplicando el humor autoconciente de Antonio Gasalla, Alberto Olmedo, Fernando Peña, Diego Capusotto o incluso los Les Luthiers.
Y no solo se queda en un simple retrato familiar, sino que, a través de los personajes, se da rienda suelta para elaborar divertidas visiones sobre el trabajo en el call center, la ferretería y especialmente una relectura cotidiana, bastante fumada e incluso creíble sobre el génesis, el nacimiento de Cristo y la escritura de los Diez Mandamientos.
Sin embargo, tampoco denota detrás de cada sketch, una intensión de filosofar o criticar realmente a la familia típica argentina, sino hacer un humor sano, sutil, pero directo, sin golpes de efecto, honesto, clásico. Es realmente admirable la velocidad que tiene el intérprete para cambiar de personaje; un cambio en donde la transformación física y vocal, son imprescindibles y fundamentales. Picotto, aprovecha también esta transformación para generar un triple diálogo entre sus personajes y el espectador.
El registro de cada personaje a la vez es bien distinto uno de otro. Mientras que el padre ferretero está llevado a un terreno más realista (y le sale brillante), otros personajes como los hijos, están más sobreactuados y ridiculizados, para generar otro efecto humorístico. Estas diferentes capas de humor, permiten que la obra tenga más colores, otros tonos.
La puesta en escena de Ricardo Rodríguez Miró (director de El Mundo Ha Vivido Equivocado de Roberto Fontanarrosa, que se representa en la Sala Teatro Terraza del Paseo La Plaza, también con Pablo Piccotto) es sencilla, pero aprovecha efectos muy sutiles, como juegos lumínicos y humo para recrear el mundo en el que vive la familia del intérprete.
Piccotto se independiza de anteriores trabajos y logra un unipersonal divertídismo, disfrutable, ingenioso y efectivo. Aseguro que se pasa un buen momento. Cualquier semejanza con la realidad, no es pura coincidencia.
Teatro: Sala Julio Cortazar – Paseo La Plaza – Corrientes 1660
Funciones: Viernes 21:30 Hs
Entrada: $50
