Dirección y dramaturgia: Enrique Piñeiro.Jefe de iluminación: Adolfo Gómez. Jefe de sonido: Guillermo Perulan. Jefe de maquinaria: Gustavo Ruiz. Jefe de sala: Horacio Cortés. Prensa: Duche y Zárate. Actúan: Enrique Piñeyro
Las turbulencias del debut
Es sabido lo contraproducente que puede resultar a veces asistir a un estreno teatral. Y más si esa premiere está destinada a aglutinar una considerable cantidad de periodistas en la sala. Los nervios siempre le juegan una mala pasada a los intérpretes, lo que redunda en ocasiones en una buena dosis de indulgencia por parte de los críticos a la hora de escribir. En este caso el problema transgrede lo meramente actoral, dado que se conjugan un número de factores que hacen que la propuesta pensada por el director de peliculones tales como Whisky Romeo Zulú o El Rati Horror Show tenga más errores que aciertos.
La idea de contar a través de un gigantesco simulador de vuelo una serie de accidentes emblemáticos de la historia de la aviación parece –a priori- interesante. El problema es el cómo: muchos detalles técnicos terminan complicando la situación y una puesta sofisticada se vuelve así una lucha por entender el audio en inglés, o tratar de leer el subtítulo en español que aparece a destiempo, a la par que el espectador se esfuerza por prestar atención a detalles del relato que son ofrecidos en el más puro vocabulario técnico.
Luego de cuatro luctuosos ejemplos de tragedias aéreas, Piñeyro se posiciona tras un estrado para dar inicio a una charla con visos de comedia, en donde despliega su sapiencia de médico, investigador de accidentes y –sobre todo- habitante de la sociedad argentina. Este es sin dudas el punto alto de la obra, y aunque la calificación de “stand up” no sea la más adecuada, el monólogo del piloto, médico y cineasta arranca risas y algún aplauso de aprobación por parte de la platea. Un tercer momento lo constituye el espacio para preguntas y respuestas, en donde los aficionados a la aeronáutica y –por qué no decirlo- los cholulos, tienen la oportunidad de saber algo más sobre el funcionamiento del transporte sindicado como el más seguro del mundo.
Volar es humano tiene buenas intenciones pero falla en cuanto a los tiempos. Cada sonido, cada situación recreada requiere de una explicación y una traducción para los legos, que tratándose de la industria de la aviación son muchos. Las aclaraciones llegan tarde y todas juntas, con lo que las aeronaves se confunden y se mezclan, como dentro de una densa cortina de niebla. Un reordenamiento, un mayor ensayo y un aún mejor timing se hacen indispensables para que esta obra pueda levantar vuelo y alcanzar así las altas expectativas con las que los fanáticos de Piñeyro concurren a la sala mayor del Maipo.
Teatro: Teatro Maipo – Esmeralda 443
Funciones: Jueves 9, 16 y 23 de octubre a las 20:30 hs.
Entrada: Desde $150
Por Pilar González