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FESTIVALES

1er Festival BACI – La Passione

La Passione (Italia, 2010)

Director: Marco Mazzacurati. Guión: Umberto Contarello, Doriana Leondeff, Carlo Mazzacurati, Marco Pettenello. Duración: 105 minutos.

Está película la hemos visto ya cientas de veces, en teatro y en cine, me refiero a la historia de la pasión de Cristo (pero siempre será mejor la de Scorcese, no la de Mel, ya lo sabemos). Hemos visto cientas de veces la historia del cineasta/escritor/artista consagrado que hace rato que no trabaja y cuando finalmente consigue un proyecto no se le cae una idea.

Pero lo que quizás no hemos visto con demasiada frecuencia es a estas dos historias siendo contadas dentro de un mismo eje, bajo la idea en común de la redención y de la pasión artística. Sin embargo, esto no es lo más sorprendente e interesante del metraje: la sorpresa más grande, quizás por, personalmente, estar tan acostumbrado a tener que soportar el efecto contrario, ¡es que esta comedia funciona!. Las risas abundan, las situaciones ingeniosas son moneda corriente, los personajes despiertan tanto lástima como simpatía, y, a su vez, aprovecha para tirar unos cuantos palos a la industria de cine actual.

Como mencioné antes, el film cuenta sencillamente la historia de Gianni, un director de cine con un proyecto cinematográfico entre manos luego de cinco años de sequía laboral; el cual no consigue encauzar debido al archiconocido bloqueo creativo, lo que le impide trabajar. A su vez, en Toscana, donde el hombre posee una casa, por un defecto en la cañería que jamás reparó, arruina una pintura histórica de la capilla vecina. Como castigo, es obligado a quedarse y dirigir la representación teatral de la última tentación de Cristo, como siempre hacen todos los viernes santos en dicho pueblo.

Varado en el medio del pueblo, el director se ve obligado a dirigir la obra y replantearse interrogantes acerca de su profesión. Duda acerca de si esta dispuesto a dirigir una película más que para llenar las salas (con perdón de este sitio) y trabajar junto con una actriz famosa. Tiene continuos encontronazos con su productor, el cual lo ningunea y ridiculiza sistemáticamente, reclamándole ideas, cual escorpión que no puede evitar chuparle la sangre a la rana que lo debe cargar.

Al mismo tiempo, y en consonancia casi simbólica, un exalumno y exconvicto, Ramiro, de un curso que Gianni dictó tiempo atrás en un penal donde este cumplía condena, algo torpe e ingenuo, se cruza con él en el pueblo y termina siendo su asistente principal en la obra sobre Cristo. Este personaje es clave, ya que motoriza el elemento cómico hasta el extremo, por su forma rebuscada y casi absurda, pero insólitamente eficaz, de conseguir todo lo necesario para la obra, desde vestuario, guión y actores; y constituyendo a su vez algo así como un homenaje a los asistentes de dirección por el increíble sacrificio (y esperen al final para ver como esto es claramente ilustrado) que asumen en proyectos como estos.

En el medio, observando una joven polaca, se revela una historia interesante, pero no hablaré más.

Es una comedia que a su vez reflexiona sobre la redención y las pasiones; sobre la figura del director de cine como alguien que debe lidiar con los mil contratiempos antes de poder dedicarse a su obra con comodidad (algo que parece ser imposible); y sobre el sacrificio por una pasión.

Pero por sobre todo, una vez más, es una comedia que funciona. Y muy bien.

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