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CRÍTICAS - CINE

3 Días para Matar (3 Days to Kill)

3 Días para Matar (3 Days to Kill, Estados Unidos, 2014)

Dirección: Joseph McGinty “McG” Nichol. Guión: Adi Hasak y Luc Besson. Elenco: Kevin Costner, Amber Heard, Hailee Steinfeld, Connie Nielsen, Richard Sammel, Eriq Ebouaney, Tómas Lemarquis. Producción: Luc Besson, Adi Hasak, Marc Libert. Distribuidora: Distribution Company. Duración: 117 minutos.

¿Matar o reír?

No viene al caso determinar ahora el lugar y momento exactos donde se pronunció la muy conocida y -en mi opinión- exasperante frase “todos los caminos conducen a Roma”.  En particular no creo que sea así de ningún modo. En todos los contextos no funciona de igual forma. Es cierto que uno tiene la posibilidad de tomar distintos recorridos, pero la realidad es que existe uno que siempre es el mejor, el más seguro, el que parece corresponder. ¿Risa o llanto? ¿Amor o indiferencia? ¿Thriller o drama? ¿Acción o comicidad? Todas estas preguntas emergen y concurren en el mismo sitio e instante: 3 Días para Matar (3 Days to Kill, 2014).

Esta llamativa y nada inocente indefinición que nos presenta el director del filme, Joseph McGinty “McG” Nichol, es a fin de cuentas lo que le otorga a la obra su especial distinción. Aquello que la configura como entretenida le otorga también cierta desprolijidad. Tiene la capacidad de convocar un gran abanico de movimientos dramáticos en la mente del espectador, y también simplemente es divertida, con escenas de “una típica familia norteamericana”. Naturalmente se observa aquí el trabajo de los guionistas Adi Hasak y Luc Besson, otro “par”, siguiendo el hilo de nuestra argumentación.

3 Días para Matar trae nuevamente a la acción a Kevin Costner interpretando a Ethan Renner, un veterano agente de la CIA que se ve forzado a alejarse de la institución por una enfermedad terminal. Decide entonces intentar recomponer la relación con su hija Zooey (Hailee Steinfeld), tras pasar años separados. Cuando lo único que le quedaba en su escaso tiempo de vida era cumplir con su postorgado rol de padre, en su camino aparece la sensual y persuasiva agente especial Vivian DeLay (Amber Heard), quien le ofrece una droga experimental que podría detener su inevitable muerte a cambio de llevar adelante un último encargo.

Matar para conseguir su antídoto y conquistar el corazón de su hija son las dos premisas fundamentales que guían la historia. Dos remos que permiten a McG pasar dignamente por el océano peligroso de la acción y la comedia simultáneas sin naufragar. El primer género construido desde los enfrentamientos armados, peleas cuerpo a cuerpo y persecuciones en pos de su objetivo: matar a “El Lobo” (Richard Sammel). El segundo, basado en el conflicto entre padre e hija, donde la diferencia generacional y el doble rol de asesino profesional/ papá celoso da lugar a situaciones tan desopilantes como incoherentes.

Así las cosas, aquellos que crean que se puede acceder a Roma por todos los caminos percibirán en 3 Días para Matar una entretenida confluencia de géneros y recursos, donde cuantas más escenas de distinto tono se acumulen, más entretenido será el resultado. Los que pensamos distinto a esta posición igualmente tenemos grandes chances de divertirnos con Kevin Costner y compañía, no sin antes considerar que el constante juego de visitar los extremos genera una angustiante indefinición que puede convertirse en un gran defecto para el producto.

Por Darío Cáceres

Los okupas de la CIA.

El agente especial de la CIA, Ethan Renner (Kevin Costner) se ha distanciado de su esposa e hija los últimos cinco años debido a su riesgosa y estresante profesión. Cuando le es diagnosticado un cáncer cerebral y es dado de baja del servicio secreto, Renner intenta recuperar a su familia que vive en París, así descubre que su casa ha sido ocupada por unos inmigrantes africanos que le ofrecen compartir el derruido y abandonado hogar con una lógica de convivencia muy distinta a la del protagonista.

Renner parece abatido por la enfermedad y sus consecuencias físicas y acepta con entereza y resignación que le quedan unos meses de vida, pero la agente Vivi Delay (Amber Heard) lo recluta para realizar una nueva misión: asesinar a un contrabandista alemán conocido como El Lobo, a cambio del acceso a un tratamiento experimental que lo puede curar, en una forma de también redimirse del desastre de su último trabajo en Belgrado.

Ambas misiones, rehacer su vida familiar con su esposa y reencontrase con su hija, quien lo considera un padre ausente, y el asesinato de El Lobo y su cómplice, El Albino, se convierten en una odisea debido a los corolarios del cáncer, los efectos secundarios alucinógenos de la droga experimental y la dificultad de mantener ambos como compartimentos estancos.

Con una amalgama de acción y comedia, el guión de Adi Hasak y Luc Besson combina la violencia y el mundo del terrorismo internacional y los servicios secretos con dosis importantes de humor. 3 Días para Matar mezcla escenas de violencia innecesaria con la paternidad, convirtiendo al rol de agente secreto o “asesino en una misión peligrosa” en una cuestión socarrona que le quita todo el carácter áspero al género de acción.

Con una batería de bromas que van desde la imposibilidad de mantener un rol de padre tradicional hasta los conflictos generacionales alrededor de una juventud acomodada que cree ser el centro del mundo, el film dirigido por McG genera una sensación de entretenimiento agradable y ligero que elimina las barreras entre los amigos y enemigos, resaltando su calidad de padres, sus métodos de educación y la importancia de estar presente para los hijos en los momentos críticos de su formación y su paso a la adultez.

Por Martín Chiavarino

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