A Sala Llena

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30º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata: Día 4

30º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata: Día 4

Lunes 2 de noviembre.

Proyecciones, mar, presentaciones especiales, importantes presencias, salas que rebalsan. El festival funciona a pleno.

En paralelo a las funciones, las actividades especiales no detienen su marcha. En la Sala Nachman se realizó la charla El cortometraje como formato de inclusión social, que incluyó la proyección de cortos de alumnos de la escuela de Yavi (La Quiaca), de Tapiales y del Taller de Guion de la Villa 21, de Barracas. Antología de cine de animación argentino, que reúne, por primera vez, films animados realizados en el país, en distintos formatos fílmicos y variadas técnicas de animación. También se presentó el libro 50 Películas que Conquistaron el Mundo, de Leonardo D’Espósito. Además, el británico Steve Oram, director de Aaaaaah, dio una charla en la que desplegó su buen humor.

¿Cómo resistirse a tanta oferta festivalera, cuando cada una tiene su atractivo?

 

Mecánica Popular, de Alejandro Agresti (Argentina, 2015 – Competencia Internacional), por Carlos Federico Rey

Agresti vuelve a filmar en Argentina después de mostrar a John Cusack puteando contra el sistema del Hollywood en No Somos Animales, y lo hace con un potente relato donde Alejandro Awada es Mario Zavadikner, un editor de libros consagrado que decide suicidarse, plan que es interrumpido por una joven chica que pretende que le editen su libro a punta de pistola. La interrupción sirve como excusa para la ejecución de un duelo de citas literarias y morales, una especie de western de escritores planificado en un salón oscuro, vidriado y con una fuerte tormenta que lo acecha , donde las referencias se vuelven circulares para Mario y regresa al punto donde había conocido a su mujer y comenzado su debacle. La película pivotea en Garcia/Gonzalez que pone en el plano terrenal el exceso de discurso que plantea Agresti desde el personaje de Mario, donde, en ocasiones, las afirmaciones remarcadas lastiman profundamente la narración de la película, y es él con su saber de revista Mecánica Popular, que le dará un giro inesperado y sorprendente a la noche.

calificacion_2

 

 

 

Campo Grande, de Sandra Kogut (Brasil / Francia, 2015 – Competencia Latinoamericana), Por Enrique D. Fernández.

La realizadora Sandra Kogut nos presenta un drama citadino (el crecimiento de la urbe en Brasil está muy implicado) que pasea por ámbitos humildes de la periferia brasilera y que se debate entre la moral y el egoísmo social. En Campo Grande, dos menores son abandonados en un domicilio específico, desconociendo la relación entre su propietaria y la madre de ambos. A continuación, pasa a generarse un juicio de valor un tanto ambiguo que sortea sensaciones encontradas, hasta que cada uno podrá, o no, emparentar con las decisiones de la mujer que queda al cuidado de estos hermanos, quienes nunca pierden la esperanza de volver a su hogar. Un argumento que todo el tiempo interactúa con la realidad económica del país, basándose en la metáfora conocida del huérfano sin rumbo y sin destino. Además del logrado trabajo actoral por parte del crédito infantil, se destacan los instantes de impotencia y disconformidad social.

calificacion_3

 

 

 

Chant D’Hiver, de Otar Iosseliani (Francia, Georgia, 2015 – Panorama), por Jose Luis De Lorenzo

Canción de Invierno es tan fría y melancólica como el invierno mismo. Un retrato irónico sobre la sociedad y los integrantes que la componen. Entre ellos, un par de viejos amigos / vecinos, que son tomados como eje para poder abordar a distintos personajes característicos de una ciudad. La sarta de ridiculeces que acontecen hace recordar al cine de Tati, ejemplificado al incluir en el casting al nonagenario capo cómico Pierre Etaix, quien demuestra que todavía tiene mucho para dejar en pantalla. Mientras que otras participaciones, como la de Mathieu Almaric, pasan desapercibidas. El cometido de Iosseliani, por el contrario, no se ve ensombrecido por pequeños detalles que hacen que la narrativa del film por momentos queda atascada. Quizás el retratar la ciudad de París desde un lugar sombrío con destellos de comicidad produzca un efecto contrario al avasallamiento, algo que esta ciudad produce en determinada cantidad de historias llevadas al cine al considerarse como un personaje más.

calificacion_3

 

 

 

600 Millas, de Gabriel Ripstein (México, 2015 – Competencia Latinoamericana), por E.D.F.

Otra prueba de que Hollywood te usa y te abandona. En 600 Millas, la opera prima de Gabriel Ripstein, vuelve a resonar el aspecto crudo que envuelve al tráfico de armas en la frontera que separa a México de los Estados Unidos. La cinta presenta al pueblo norteamericano como benefactor directo para su consumo, con negocios y ferias comercializando, y a las mafias mexicanas aguardando el ingreso de esta mercancía mientras evaden los controles fronterizos. Pareciera que lo único capaz de prevalecer es el discurso moralista frente al mercado (la primera secuencia con dos jóvenes adquiriendo rifles es una denuncia directa) pero la entrada de Tim Roth como un agente que investiga estos tráficos convierte todo en una road movie tensa y oscura. ¿Por qué poner a una estrella como Roth para el papel? La respuesta, al final de la película.

calificacion_4

 

 

 

Desacato a la Autoridad, Relatos de Punks en Argentina 1983-1988, Capítulo 2, de Patricia Pietrafesa y Tomás (Argentina, 2015 – Hora Cero), por Ernesto Gerez

Desacato a la Autoridad es un testimonio de una de las últimas juventudes analógicas; de la sangre en movimiento de la era preinternet. La autogestión como bandera, Stirner y Bakunin como profetas, el punk como biblia. Todo lo que se palpa en el documental se volvió tan mítico, al menos en el submundo rocker, que no podía contarse de otra manera que no fuera hablando, con la cámara reemplazando al fuego. Seguramente el motivo de basar la película en entrevistas y efectos de posproducción haya tenido más que ver con una limitación por falta de material audiovisual de ese momento que con una decisión estética, pero de todos modos funciona, y deja que el espectador imagine aquellos primeros festipunks y las reuniones libertarias. Esta segunda parte se centra en la movida anarco-punk local de mediados de los ochenta, de la cual Patricia Pietrafesa fue parte fundamental junto a sus colegas de Cadáveres de niños y otros punks de aquel momento; hace pata en ese costado más político y algo naif de los primeros punkrockers autóctonos que comenzaban a formarse, tanto en la calle como en aquel depósito de libros de Villa Crespo: la legendaria biblioteca José Ingenieros. En las entrevistas desfilan leyendas del punk argentino como Pocavida, la propia Patricia, Wallas, Chary, Alakran –dueño de ese genial puesto que sigue vivo en el Parque Centenario- y otros menos conocidos para el público general pero igual de imprescindibles.

calificacion_3

 

 

 

Love & Peace, de Sion Sono (Japón, 2015 – Panorama), por J.L.D.L.

A modo de distracción dentro de la multifacética filmografía de Sion Sono, con Love & Peace, logra un film en el que pareciera querer plasmar un capricho personal. La historia, un tanto infantil y boba, va acerca de un joven al que se le hace bulling constante en su ambiente de trabajo y adquiere como manera de escape una mascota: la tortuga Pikadon.

Pikadon simboliza el contacto con el mundo al que no pertenece, luego de una circunstancia fantástica en la que la tortuga adquiere poderes como el de componer melodías y hablar, fuera de incrementar su tamaño corporal. Una hermosa escena traslada instantáneamente a otros referentes como el viaje de El Pingüino en Batman Vuelve por las cloacas de la ciudad en un moisés, al igual que la tortuga, y así emparejar con la idea de un renacimiento. Pikadon termina su viaje en un reducto donde la cercanía con un escuadrón de juguetes con “dones” dirige al film hacia un ambientación con marionetas (puppets) incluidos, donde hombres como Jim Henson se quedarían a vivir.

Esta fabula contemporánea culmina con un final bestial y complaciente, donde la transformación como en El Profesor Chiflado o una nueva reversión de Cenicienta, logran crear una digna y complaciente visión. Algo a lo que Sion Sono nos tiene acostumbrados.

calificacion_3

 

 

 

Lace Crater, de Harrison Atkins (Estados Unidos, 2015 – Hora Cero), por E.D.F.

El mumblecore se nos puso fantasmagórico. Un grupo de amigos decide pasar el fin de semana en una casa de las afueras, cargados de drogas alucinógenas y hormonas latentes. Hasta acá parece una de terror que sigue los estereotipos al pie de la letra, hasta que el fantasma encargado de espantar (o asesinar) a la protagonista, la termina conquistando de manera sentimental y carnal. Este disparate independiente selecciona los condimentos del género para fusionarse con la metodología de su productor Joe Swanberg (el gurú del indie canchero que acá también se suma en el elenco) y perpetuar una metamorfosis que coquetea con el humor y los dilemas relacionales. Así como Te Sigue representaba el conflicto generacional mediante una enfermedad venérea distribuida por una joven promiscua, en Lace Crater se contemplan los prejuicios hacia el género femenino, demostrando que siempre existe un roto para un descocido. Venia bien, pero ese final nos dejó gusto a poco.

calificacion_2

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