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38º MDQ FILM FEST | Entrevista a Prano Bailey-Bond y Anthony Fletcher, responsables de Censor

38º MDQ FILM FEST | Entrevista a Prano Bailey-Bond y Anthony Fletcher, responsables de Censor

Censor está enmarcada en el fenómeno de los video nasties, las películas de terror -o de contenido extremo- censuradas en Gran Bretaña durante el gobierno de Margaret Thatcher. Y la directora Prano Bailey-Bond cuenta la historia a la manera de una de esas producciones tan cuestionadas por las autoridades de la época. Tuvimos el privilegio de hablar con ella y su coguionista, Anthony Fletcher, quienes visitaron Argentina con motivo de las proyecciones del film en el 38 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Una entrevista que incluye datos sobre un proyecto que los conecta con este país. 

¿Cómo fue tu primer contacto con los video nasties?

PBB: Son dos historias, en realidad: cómo entré en contacto con los video nasties, y por otro lado, cómo entré en contacto con la censura. Mi primer contacto con los video nasties fue sin saberlo. De chica vi The Evil Dead y me obsesioné. Fue en la época en la que empecé a estudiar teatro que incorporé diferentes partes de la película a producciones teatrales que hacíamos en el college. Pero me enteré bastante tarde de la existencia de los video nasties. Cabe señalar que provengo de un entorno rural, donde las noticias no llegaban demasiado. Fue recién cuando me mudé a Londres y me involucré con la realización de películas de terror, a los 20 años, que me enteré de la era de los video nasties. Cuando era chica, mi verdadero miedo era la realidad. 

Pasamos a hablar de mis primeros contactos con la censura. Tenía 8 o 9 años, y cerca de mi casa había un videoclub. Solía ir con mi mamá a alquilar películas. Una vez noté que uno de los videos que alquilamos tenía la clasificación de prohibido para menores de 12 años. Al principio del video aparecía un señor de traje, detrás de un escritorio, que decía: “Es un delito que un niño de menos de 12 años vea este video”. Me sentí aterrorizada. Se me quedó pegada la imagen y pensé que vendría la policía a arrestar a mi mamá por alquilar el video. Por suerte ella estaba informada y me dijo que no había nada de qué preocuparse. Si bien viendo esa ficción, que era una película de miedo, me dio miedo, sabía muy bien discernir entre lo que era ficción y lo que era realidad. Ahí me interesé en el tema de la censura. El verdadero miedo me surgía por la realidad, no tanto por la ficción.

Ya habías hecho un corto sobre el tema de los video nasties: Nasty. ¿Cómo surgió la posibilidad de expandir el concepto a un largometraje? 

PBB: La idea para el largometraje surgió primero. Esto fue en el año 2012. Había leído mucho sobre la era del estudio Hammer Films y los problemas con la censura. La clave de la censura en ese momento era que ninguna película podía mostrar sangre sobre el pecho de una mujer porque eso podía incitar a los hombres a cometer violaciones contra las mujeres. Una cosa superinteresante era que la mayoría de los censores eran hombres. Si estos censores, siendo hombres, estaban expuestos a estas imágenes para censurarlas, ¿cómo uno puede asegurarse de que estuvieran protegidos contra la tentación de violar? Era muy hipócrita, porque había una serie de reglas diferentes. Por un lado, reglas para los censores, que al parecer la tenían clara, y por otro, las reglas para el gran público, a quienes tomaban por tontos. Me interesó mucho la idea de explorar los films y la censura. Cuando pensé en qué era ubicarla, se me ocurrió que la de los video nasties era clave. Otra cosa que se me ocurrió era explorar la situación moral. La situación de un personaje con cuestionamientos morales que, de alguna manera, encuentra su eco en una época atravesada por cuestiones morales.

Entonces empezamos a hablar de la posibilidad de hacer Censor, pero se nos ocurrió que antes podíamos hacer un corto. estuve haciendo investigaciones sobre el tema y, en esa época, uno de los principales miedos era el efecto que esas películas podían tener sobre los chicos. Entonces pensé que podíamos hacer una historia protagonizada por un niño. El corto también serviría para hacer una prueba de concepto, para después apostar a más y hacer el largometraje. La historia era diferente, pero estaba todo inserto en el mismo mundo. A través de Nasty decidimos algunos conceptos, como la narrativa y el look. Empezamos a trabajar en Censor en 2016, cuando llegó el financiamiento, y con ideas que ya estaban flotando. 

¿Cómo fue el proceso de escritura del guión?

AF: Nunca nos detuvimos en nuestro intercambio. Prano y yo estamos intercambiando ideas todos los días. Hablamos todos los días, escribimos. A veces yo escribo primero y ella luego hace su aporte. A veces es al revés. Siempre hacemos revisiones juntos. La interacción es constante. Hay un momento donde se detiene la escritura del guión, que es cuando pasa a manos de los productores. Ahí tenemos que hacer una pausa. Pero más allá de eso, la interacción es constante.

¿Hablaron con censores de la vida real durante la investigación?

PBB: Sí. Actualmente, a estos censores se los llama examiners, como si fueran examinadores. Pertenecen al directorio nacional cinematográfico del Reino Unido. Hablamos con ellos para la creación del guión, y también con los censores que trabajaron en aquella época. Fuimos al British Board of Film Classification (conocida por las siglas BBFC) y pedimos acceso a los archivos de censura de diferentes películas, como La masacre de Texas y Possession. Es interesante porque al lado del guión hay notas de los censores, con sus nombres o iniciales. Uno podía notar un patrón ahí, reconocer sus personalidades, detectar qué tan estrictos eran… Hablamos con los censores de ese período, y una mujer que era psicóloga dijo que como censor se adopta un punto de vista diferente al de un espectador común. 

Uno de tus próximos proyectos es una adaptación del cuento “Las cosas que perdimos en el fuego”, de Mariana Enriquez. ¿Qué se puede contar al respecto?

PBB: Sí, justamente estamos adaptando “Las cosas que perdimos en el fuego”. Estamos trabajando con una productora brasileña. Mucho no puedo contar ahora, porque estamos desmenuzando el guión, pero tuve la oportunidad de conocer a Mariana en un festival, hace un año. La admiro, la respeto profundamente, y es muy copado que ahora, mientras estamos trabajando en el guión, tengamos la oportunidad de estar en Argentina y embebernos un poco de la cultura.

 

Foto: Festival Internacional de Cine de Mar del Plata

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