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51° New York Film Festival – Día N°4 – The Square / Burning Bush

51° New York Film Festival – Día N°4 – The Square / Burning Bush

Fotografía entrevista a la directora y productor de The Square (Jehane Noujaim y Karim Amer)

Cobertura exclusiva
desde NY por Carla Cuesta


The
Square
,
de Jehane Noujaim

The
Square

es un documental que sigue a un grupo de activistas egipcios que arriesgan su
vida para construir lo que ellos denominan una “nueva sociedad de conciencia”.
Comienza con la caída del líder del gobierno militar, Mubarak, en 2011, y
concluye en junio de 2013 con la remoción del presidente del grupo Hermanos
Musulmanes, Mohamed Morsi.

Situada principalmente en la plaza de Tahrir
en Cairo (que recuerda a la Plaza de Mayo, por ser un centro de protesta
popular frente a circunstancias opresivas), The Square es una experiencia inmersiva que transporta al
espectador a los dramas personales detrás de las noticias. Lo ubica entre los
manifestantes y centra la narración en seis protagonistas, diferentes en edad,
origen e ideología: el actor británico de origen egipcio Khalid Abdalla (Kite Runner, Vuelo 93), que hace de portavoz de la revolución frente a los
medios occidentales; Madgy Ashour, miembro de los Hermanos Musulmanes, cuyas
creencias se ven puestas en jaque cuando el grupo opera contra la revolución;
Ahmed Hassan, joven activista con un rol clave en la defensa y ocupación de
Tahrir; Ragia Oram, abogada de derechos humanos y activista; Ramy Essam,
cantante de protesta que fue torturado en el Museo Egipcio; y Aida El Kashef,
directora de cine y actriz que documenta los hechos que ocurren a su alrededor.

Movilizada por el clima popular de discusión
política que encontró por primera vez en su vida, la directora, Jehane Noujaim,
supo que tenía que hacer esta película luego de que el “héroe” de la revolución
encerrara y torturara a manifestantes en el Museo Egipcio, y los medios no
hablaran del tema. Entonces se alió con el productor, Karim Amer, a quien había
conocido en la plaza. Prácticamente todo el equipo de producción, así como los
protagonistas, se conocieron allí.

The
Square

cuenta los vínculos que se desarrollan en el contexto del activismo social, el
momento inicial de acuerdo y unidad, y las diferencias que surgen con la
evolución del conflicto. Muestra la pluralidad de voces e ideas y los distintos
actores políticos que contribuyen a los hechos. Otro elemento importantísimo
del documental es el rol que la tecnología juega en el conflicto. En el
contexto de la era digital, los manifestantes contribuyen con sus cámaras de
fotos, filmadoras y celulares para registrar su propia versión de los hechos y
hacer llegar su voz al mundo a través de plataformas como You Tube.

Durante tres años la película se fue
actualizando constantemente. Se presentó un primer corte en Sundance, en enero
de 2013. Allí ganó el premio del público en la categoría de “documental
internacional”. Pero simultáneamente, Morsi, presidente electo
democráticamente, se adjudicó más poder que el dictador anterior. Por eso, la
producción sintió que el documental no estaba terminado y decidió volver a
Tarhir para narrar este nuevo giro en los acontecimientos.

The
Square

resulta imprescindible para comprender mejor la historia egipcia reciente.
Aporta el valor agregado de estar contada por sus ciudadanos y analizar la
situación sociopolítica en todos sus matices. Fácil de seguir, coherente y con
una edición impecable, transmite la emoción, esperanza y frustración de sus
protagonistas ante los avances y retrocesos de la lucha por la democracia. La
experiencia nos permite ser parte del crecimiento de los individuos -así como
de la sociedad en conjunto- y testigos privilegiados de un proceso del cual todavía
desconocemos el desenlace.

 

Burning Bush, de Agnieszka Holland

La última producción de Agnieszka Holland no
dejará a nadie indiferente: impacta desde el primer momento. Situada en la ex
Checoslovaquia, la producción para HBO Europa trata un tema hasta ahora
ignorado por el cine checo. Comienza con el estudiante universitario Jan Palach
prendiéndose fuego en la plaza Wenceslas en Praga, en protesta por la ocupación
soviética. A través de la historia de la abogada Dagmar Buresova, quien
defendiera el legado de Palach en un juicio condenado al fracaso, la película
analiza las transformaciones atravesadas por la sociedad luego de la invasión
de los ejércitos del pacto de Varsovia en agosto de 1968.

Para Holland, que estudiaba en Praga cuando
estos hechos sucedieron, era importante mostrar la lucha por la libertad pero
también la facilidad con la cual la gente se resigna y se acostumbra,
decidiendo que no tiene sentido luchar por aquello en lo que cree. En
definitiva, la película trata sobre las familias, la sociedad y las
consecuencias personales de la política. Éste es su principal aporte: al
mostrarnos la cara humana de los hechos, nos permite sentir sus consecuencias
tanto más poderosamente e identificarnos con el dolor, la valentía y la
frustración de sus personajes.

Un elemento distintivo de Burning Bush es la fuerza de sus
personajes femeninos: por un lado, la madre de Palach, que debe sobrellevar la
tragedia de su hijo y luchar contra su difamación. Por otro, Dagmar Buresova,
en su cruzada contra la corrupción. Pero también ciertos personajes
secundarios, como la médica a cargo de Palach durante su estadía en el hospital
o la jueza que lleva el proceso. Todas estas personas tienen en común una
voluntad férrea orientada a defender su lugar y luchar hasta las últimas
consecuencias.

La reconstrucción histórica es extremadamente
detallada e incluye elementos auténticos de la época (vestuario, televisores, equipo
médico, etc.). También se utilizaron material de archivo y locaciones reales,
como el hogar de Palach en Vsetaty. Burning
Bush
impresiona por la crudeza de su relato, evitando los golpes de efecto
y confiando más bien en la fuerza intrínseca de las situaciones que desarrolla
y en la pericia de sus actores. El profundo realismo de la narración -especialmente
en los silencios- logra que el espectador se sienta junto a los personajes, convirtiéndolo
por momentos en cómplice y por momentos en testigo impotente de los avatares de
la historia.

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