(Estados Unidos, 2013)
Dirección: Simon Barrett, Jason Eisener, Gareth Evans, Gregg Hale, Eduardo Sánchez, Timo Tjahjanto, Adam Wingrad. Guión: Simon Barrett, Jason Eisener, Gareth Evans, Gregg Hale, Eduardo Sánchez, Timo Tjahjanto, Brad Miska, John Davies, Jamie Nash. Elenco: Lawrence Michael Levine, Kelsy Abbott, Adam Wingrad, Hannah Hughes, Jay Saunders, Fachry Albar, Hannah Al Rashid, Oka Antara, Andrew Suleiman. Producción: Gary Binkow, Brad Miska. Distribuidora: Energía Entusiasta. Duración: 96 Minutos.
Crónicas Marcianas.
Tras el fenómeno de El Proyecto Blair Witch hace casi 15 años atrás, el cine de horror found footage se ha convertido en una especie de moda, tendencia efectiva del cine independiente estadounidense. El resurgimiento del género a partir de la saga Actividad Paranormal, sumado al éxito de otras sagas de muertos vivos, fantasmas, demonios, etc provocan que continuamente se pruebe suerte con nuevas franquicias. La ecuación es fácil: bajo presupuesto, grandes ganancias. La calidad del producto y las pobres interpretaciones son lo que menos importan.
Todo podría indicar que esta franquicia llamada V.H.S que debutó el año pasado con sorpresivas críticas positivas y una repercusión moderada, pero que provocó que la obra sea considerada de culto en poco tiempo, se convierta en una nueva costumbre anual como lo fue El Juego del Miedo o Destino Final. El morbo está presente continuamente en el espectador, y parece que aún la sed de sangre no se ha agotado del todo. Aunque admito no haber visto la primera entrega, habiendo visualizado innumerables fragmentos y leído varios comentarios puedo concluir que la pretensión de los realizadores fue crear una clásica obra de horror para asustar espectadores sensibles y nutrir el hambre del fanático del género. Es por eso que resulta sorprendente lo que los productores decidieron gestionar en esta secuela: una comedia. Bueno, no es exactamente una Scary Movie, pero esta vez, el horror es llevado a un terreno absurdo, donde es imposible no encontrar una clara intención satírica en los directores. La premisa es parecida a la anterior.
Dos detectives privados deben buscar a un joven en una casa abandonada y terminan encontrando una pila de VHSs. Cada uno tiene un video snuff (supuestas grabaciones que registran asesinatos, violaciones o torturas reales). Esta historia, que es un pilar que atraviesa toda la película, es a la vez un corto de terror más, ya que mientras uno de los personajes visualiza los VHS, se van sucediendo diversos e inexplicables acontecimientos. Si bien los cuatro cortos individuales tienen un nivel de calidad diferente, hay algunos factores en común que le dan integridad al total del film: las explicaciones son casi nulas, el absurdo es total, nunca sabemos de donde proviene o porque surgen las características sobrenaturales de las historias, y una sorprendente creatividad para poner las cámaras: ya sea encima de una gorra, una muñequera, un ojo biónico o la correa de un perro.
Es un producto bizarro, berreta, pero con total autoconciencia de ello. De por sí, es muy extraño, que videos grabados con cámaras digitales de última generación sean reproducidos en VHSs. Ese tipo de incoherencia domina en todas las historias. Las interpretaciones son demasiado inverosímiles – excepto por el personaje del “Padre” en Safe Haven – y continuamente la acción bordea el ridículo. Adam Wingrad, que participó en la edición anterior, protagoniza y dirige la historia de un hombre que ve fantasmas después que le instalan un ojo biónico con cámara incorporada. ¿Les habrá pedido derechos a los hermanos Pang? Si bien causa cierta tensión, el pobre maquillaje de los fantasmas atenúa el nivel de miedo. Pero tiene momentos genuinamente risibles.
Eduardo Sánchez y Gregg Hale (uno de los directores y el productor de la Blair Witch original) crean una divertida sátira a los films de zombies, pero desde la subjetiva de un muchacho que es mordido y se va convirtiendo en un muerto vivo: La Dama del Lago, versión George Romero. El resultado es como un video juego en primera persona. No hay demasiado ingenio, pero divierte la idea. El tercer segmento es sin dudas, el mejor de todos. El asiático Timo Tjahjanto y el galés Gareth Evans, director de la película indonesa de culto, The Raid: Redemption, crean un tensionante pero bizarrísimo relato que incluye una secta suicida, fantasmas de J-Horror, la llegada del anticristo y otras locuras. Es una historia llena de ideas y sorpresas que se va volviendo más absurda e innovadora a medida que progresa el relato. Llena de gore, sangre, tripas y cierta tensión. Para concluir Jason Eisener dirige un episodio menor con unos extraterrestres anfibios – mezcla del Tritón de La Cabaña del Terror y los aliens del corto de culto U.F.O. Porno – atacando adolescentes ávidos de sexo en medio de un pijama party. Con menos ingenio y sorpresa, sigue siendo un episodio divertido si tenemos en cuenta que la cámara está puesta en la cabeza de un perro pequinés.
Las Crónicas del Miedo 2, no pretende revolucionar el género y muestra el agotamiento del material found footage, sin embargo la liviandad, el tono satírico, el gore, las tripas y la autoconciencia de lo bizarra que resulta la propuesta en sí, la convierten en una obra divertida y entretenida para dejar el cerebro afuera de la sala.
Por Rodolfo Weisskirch
