A través de los textos de cuatro colaboradores, ASL ha venido cubriendo una parte significativa de las más de cien películas que integran las diversas secciones que integran el Festival de Cannes.
Como es natural hay cierta preferencia en comentar los films de la Competencia Oficial, mientras que el espacio dedicado a las restantes secciones este año ha sido menor.
Tal es el caso de la Un Certain Regard (UCR), donde compitieron este año diecinueve producciones de unos quince países, cuyos directores no son a menudo conocidos, a tal punto que siete de ellos presentaron su opera prima, compitiendo por la Cámara de Oro.
El presente texto no pretende ser una cobertura completa de UCR, sino de algunos títulos de la misma, incluyendo a varios que ganaron uno de los seis premios otorgados por el jurado presidido este año por el actor John C. Reilly, a quien acompañaron las actrices Emilie Duquenne (Rosetta de los hermanos Dardenne) y la alemana Paula Beer (preferida últimamente por Christian Petzold), la realizadora Alice Winocour (Revoir Paris) y el director David Chou (Retour to Seoul).
La sorpresiva ganadora fue How to Have Sex, debut de Molly Manning Walker, quien se atrasó unos pocos minutos durante la ceremonia de entrega lo que llevó a que Reilly improvisará y cantara dos canciones, muy festejadas por el público presente. No vista por este cronista, sólo se puede adelantar que otros colegas no fueron muy elogiosos en una trama que tiene a tres jóvenes inglesas, a punto de terminar el liceo, disfrutando de ardorosas vacaciones en una playa del Mediterráneo.
El premio a la mejor dirección recayó en Asmae El Moudir, cuya producción marroquí (The Mother of All Lies) es en cierta medida autobiográfica y es la propia realizadora y actriz la que intenta revelar hechos del pasado, particularmente las mortíferas protestas acaecidas en su país en 1981. A falta de documentos visuales (apenas una foto en blanco y negro de la época), Asmae las sustituye por una maqueta (miniatura) de su barrio en Casablanca, que logra transmitir lo que su familia (madre, abuela) oculta.
Otro film marroquí (Les meutes) fue premiado con el Grand Prix del jurado. Su título podría traducirse como “jaurías” (en inglés la película se llamó Hounds), logrando su realizador (Kamal Lazraq) transmitir, en los suburbios de Casablanca, una dramática historia en que un padre y su hijo se unen, para sobrevivir, aceptando los encargos de la mafia local para secuestrar a un hombre.
Otro film visto (Crowra/The Buriti Flowers) es una coproducción entre Portugal y Brasil, de donde proceden respectivamente Renée Nader Messora y Joao Salaviza. El Jurado le otorgó un premio al mejor Ensemble (en inglés fue llamado al mejor Team), enfocado en la tribu Krahó y su lucha para sobrevivir, sobre todo en la época cuando Bolsonaro era presidente. Ambientado en territorio amazónico, con “no actores” (como diría Sorin), este film bien pudiera haber participado de la Competencia Oficial o al menos ganar el premio mayor de Un Certain Regard.
Entre las películas no premiadas de UCR, se destaca la argentina Los delincuentes de Rodrigo Moreno. Sorprende gratamente la duración del film (tres horas), cuando se la compara con la mayoría de los films argentinos, cuya mayoría raramente sobrepasa los noventa minutos. Los personajes centrales son dos empleados de banco. Morán (Daniel Elías) urde un plan, junto a su colega Román (Esteban Bigliardi), para robar el banco. El primero se entrega a la policía con la idea de juntarse a la salida de prisión con su colega, que ha escondido el botín en Córdoba, cuyos bellos paisajes son bien aprovechados por Moreno. La música destaca el tema de Pappo’s Blues (Adonde está la libertad) y hay buenas interpretaciones de otros actores como Germán De Silva, Laura Paredes y la joven Margarita Moltino. Los delincuentes fue muy bien recibida por la crítica internacional y uno hubiese deseado que se llevará alguno de los seis galardones que otorgó el Jurado.
Otro film no premiado y destacable es If I Could Only Hibernate, producción de Mongolia de la debutante Zoljargal Purevdash. Con una trama simple pero impactante la película sigue a Uri, un joven de un barrio carenciado de Ulan Bator. Su objetivo es ganar una beca para proseguir sus estudios de Física en una universidad de primer nivel. Cuando su madre consigue un trabajo lejos del hogar, abandona a Uri y a sus hermanas menores, las que quedan a cargo del joven aspirante científico. Bellos y exóticos paisajes, bien captados en imágenes “scope”, y una historia donde se evitan los golpes bajos otorgan atractivo a esta historia de superación que atrae por su profundo contenido humano.
Pese a tener cuatro películas en CR en competición y una quinta fuera de ésta, pero como cierre (Une nuit con Karin Viard y Alex Lutz, también su realizador), Francia no se llevó ningún premio. Dos de ellas, que tuvimos oportunidad de ver, se comentan seguidamente.
Rien a perdre, de la debutante Delphine Deloget, se beneficia al contar con la actriz belga Virginie Efira en el rol central de una madre soltera (Sylvie), que vive en el norte de Francia, junto a sus hijos Jean-Jacques y Sofiane, de padres diferentes. Ella trabaja de noche en un bar y deja al menor (Sofiane) para ser cuidado por su medio hermano adolescente. Un descuido de este último, que llega tarde al hogar, hace que Sofiane en forma inadvertida sufra quemaduras en soledad. Será entonces cuando el Estado se haga presente y decida que el niño sea enviado a un hogar, pese a los esfuerzos de Sylvie para recuperarlo. Con una trama con algunos elementos en común con Anatomie d´une chute, la ganadora de la Palma de Oro, en cuanto a que en ambos films una mujer se debate contra el poder del Estado, Rien a perdre sólo se valoriza por la interpretación de Efira, una actriz en notable ascenso, que también actúa en L´amour et les forets de Valérie Donzelli, donde interpreta a dos hermanas gemelas (sección Cannes Premiere).
Rosalie, de Stéphane Di Giusto, es un film extraño ambientado en la campaña francesa en 1870. Quien la interpreta es Nadia Tereskiewicz, que veremos pronto en Mon crime, el nuevo film de Francois Ozon, premiado en Berlin. Rosalie no es una mujer joven común, ya que guarda un secreto: a su cuerpo y a su cara le crecen pelos. Pese a que trata de remediar dicho inconveniente “afeitándose”, no logrará ocultarlo cuando se case con Abel (Benoit Maginel), al que le interesa principalmente su dote. Cuando este último descubra que su esposa no es como las demás mujeres, se desatará un drama que seguramente impactará en más de un espectador, generándole un sentimiento de piedad ante tal situación. Entre los actores secundarios se destaca el actor y cantante Benjamin Biolay, cuya hija Anna (la madre es Chiara Mastroainni) también participa en este curioso largometraje.
Las películas mencionadas sólo representan la mitad de la sección Un certain regard y vale mencionar algunos títulos más, no vistos como la chilena Los colonos, opera prima de Felipe Gálvez y otra francesa (Le regne animal) comentada por Luis Zas en ASL. Por último, señalar que esta sección se beneficia al ser sus films proyectados en la amplia sala Debussy, contigua al Gran Teatro Lumière, con la habitual presentación del equipo de producción de los films (director/a, intérpretes, etc.).
