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CRÍTICAS - CINE

Lo que tenemos

El estilo experimental característico de la obra (casi) completa del cineasta y periodista Paulo Pécora adormece la voluntad rupturista que suele regar con mayor asiduidad y emprende su primera película de larga duración de corte narrativo. Lo que tenemos es una “long play” independiente de verdad en cuanto que no dependió de nadie para iniciar y culminar su existencia, bajo ningún aspecto. Hay que recordarlo seguido, en tiempos de maleabilidad conceptual con fines ulteriores de apreciación estéticos. Independencia es no depender, punto.

Este nuevo estreno fue filmado “de manera autogestiva”, para emplear precisiones del propio Pécora, por un equipo de seis personas en La Lucila del Mar durante diez días de espíritu “okupa” de propiedades prestadas –la de la abuela de Maricel Santin y la de la directora de arte, Maru Tomé. “Ceropesismo” extremo con monedas para comida, típico de los emprendimientos filmados así, en la búsqueda de la libertad sin lazos éticos con expedientes, escarbando entre las posibilidades de lo espontáneo, esta vez (y citando un adjetivo que Pécora utiliza) para describir el devenir lúdico de la realización. En rigor tecnológico, exceptuemos y digamos que Lo que tenemos -filmada con lo que tenían- fue en realidad “grabada”, ya que Pécora también suspende la exploración con el soporte fílmico al entregarse a las factibilidades de lo digital que imponía este proyecto en particular. (Aunque “grabada” es uno de los verbos más espantosos que se escucha en algunos rodajes, por suerte es proferido desde un ala burocrática minoritaria, afecta a entregarse a la lógica tecnológica factura y recibo en mano). Pécora peca de ser un cineasta que no pierde tiempo ni respeto discriminando formatos ni formas para anteponer la curiosidad, el motor de ignición de todo signo de gestación; es uno de los baluartes más firmes y constantes del cine experimental de Argentina en términos generales. A lo dicho podríamos acoplar su vocación de cortometrajista: Pécora hizo cortos no “para empezar” y continúa haciéndolos no “para foguearse”, como se subestima el formato desde las bases del sustento económico y financiero al sector audiovisual, sino como nervio central de su filmografía, al margen de su hasta ahora escueta producción en otras duraciones (este es su cuarto largometraje y tiene un mediometraje). 

Así fue: con un equipo técnico y artístico minúsculo pero con las ínfulas inflamadas por el deseo de entregar una historia audiovisual hecha entre amigos de manera express, sin costear la burocracia que admiten casi “cine-qua non” (como diría Cabrera Infante) los proyectos con presupuestos literalmente normales, Pécora y equipo (respetemos a rajatabla el carácter “vincular” de la iniciativa: Pécora & Amigos) navegaron las aguas de una exigencia de improvisación ligeramente estructurada (el cine es un callejón sin salida para el abandono total de las responsabilidades pragmáticas durante un proceso artístico y puede terminar en la catástrofe más temida: la no concreción) que suele aplicarse como modus operandi en los emprendimientos colectivos del cine, y este gesto, alineado con la espontaneidad que está en la raíz de la película, puede también implicar un hálito de subversión contra el sistema, no imbuido con un espíritu de disolución anárquica sino como voz y voto de una disconformidad que cristaliza su disidencia con la prédica del ejemplo: diciendo y haciendo. 

Estructura giratoria de encuentros y desencuentros triangulares en los que la figura isósceles termina siendo la vencedora del teórico equilibrio sentimental, “Lo que tenemos”, si bien es claramente naturalista, es también engañosamente simple. Dirime las tensiones del argumento asumiendo un rasgo principal de escritura donde resulta más importante transmitir una descripción sensible de lo que ocurre bajo la piel que contar los avatares cárnicos de las atracciones que ofrecen seis latidos, que laten más que uno. 

 

 

 

Permitida su reproducción total o parcial, citando la fuente.

(Argentina, 2019)

Dirección: Paulo Pécora. Guion y producción: Paulo Pécora, Mónica Lairana, Alberto Rojas Apel, Maricel Santin. Elenco: Mónica Lairana, Alberto Rojas Apel, Maricel Santin. Sonido: Germán Chiodi. Dirección de arte: Maru Tomé. Duración: 65 minutos.

Disponible desde el martes 8 de septiembre en www.colectivodecineastas.com

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