Ambientada en su mayor parte en una gris oficina de Nueva York, la primera ficción de la documentalista Kitty Green gira en torno al día a día de la nueva asistente de un poderoso productor de cine, cuyo rostro nunca vemos, pero a quien el film triunfa en retratar como una amenaza circundante, incluso desde su ausencia. Como si de una película de terror se tratara, Green evita develar al monstruo que atosiga a su protagonista y, en cambio, lo construye a partir del fuera de campo, mediante el sonido de su iracunda voz y a partir de aquello que el resto de los empleados dice sobre él. Invisible para la cámara, no así para los personajes, es el exacto opuesto de la protagonista: presente en prácticamente todos los planos, su presencia pasa desapercibida por todos los que la rodean. Sus colegas la ignoran, rara vez la miran cuando ella les habla, la hacen esperar constantemente y las pocas veces que efectivamente le prestan atención es para retarla, explicarle cómo hacer algo o simplemente para humillarla: por ser nueva, por tener una conciencia, por ser mujer.
Así es, The Assistant es una película de denuncia. Sin embargo, a diferencia de muchas de sus contemporáneas, no apela a subrayados innecesarios o a un compendio de frases vacías acompañadas por el hashtag #MeToo para llevar a cabo su cometido. Green entiende que no hace falta vociferar con un megáfono a la manera de Black Christmas (2020) para expresarse. Por el contrario, The Assistant confía en sus elementos y, por ello, erige su denuncia en torno a la invisibilización de la mujer a partir de gestos mínimos, similares a aquellos que Julia Garner usa para encarnar a la protagonista. Conforme a la progresión de la trama, las preocupaciones que la aquejan cobran un mayor peso dramático de escena a escena —así como también lo hacen su soledad e inquietud al interior de la oficina—, pero la actriz demuestra estar en pleno control de sus expresiones y, lejos de dejarse llevar por tales incrementos, hace de su contenido registro interpretativo uno de los principales fuertes del film, además de uno de sus voceros más efectivos. En este sentido, la fotografía desaturada de Michael Latham también prueba ser fundamental, aunque probablemente no tanto como la precisa puesta de cámara de Green que, con sus angulaciones picadas que empequeñecen a la asistente del título y sus encuadres llenos de aire que la aíslan y asfixian, logra potenciar la destacable labor de Garner.
Contrariamente, la estructura de The Assistant no parece hacer mucho por ella. La cuidada dosificación de la información durante su primera mitad —las migajas que la joven acumula con paciencia, recolectando objetos perdidos, prestando atención a lo no dicho y tratando de vislumbrar aquello que los demás intentan ocultar— da lugar al punto medio del relato y a su momento de mayor tensión: harta del cuestionable accionar de su jefe y de la indiferencia de sus colegas, la protagonista toma las riendas del asunto y decide confrontar a la autoridad (no al monstruo per se, sino a uno de sus secuaces, de Recursos Humanos). Pero lo que en un comienzo parecería ser empatía y apoyo rápidamente se vuelve censura y opresión: su acto de bravura es anulado, su futuro es puesto en jaque por el orden establecido y la epifanía de su invisibilización toma lugar. Un baldazo de agua fría que sacude a la protagonista y al espectador, pero que —sorprendentemente— no provoca mayores alteraciones en la estructura y el devenir del relato: silenciada, la asistente se ve obligada a retomar sus tareas mientras todo permanece exactamente igual, tal como su polera rosa.
De esta manera, la opresión continúa y el esperado momento de liberación jamás llega: el objetivo de la protagonista cesa de ser el de señalar y derribar para pasar a ser el de aceptar, el de bajar los brazos y seguir adelante, aunque ese adelante jamás deje de sentirse como un atrás. Es cierto, tal vez los modos de esta hija ilegítima del caso Weinstein sean mucho más refinados que los de otras películas de denuncia; pero, en su defensa, estas últimas supieron compensar sus trazos gruesos con una naturaleza subversiva y apasionada, esa misma que les impidió conformarse con el mero hecho de visibilizar la triste realidad de muchas mujeres. Con una mirada pesimista y un corazón frío, The Assistant no se atreve a hacer mucho más y, para colmo, da por perdida la guerra cuando la batalla de su protagonista recién comenzaba.
(Estados Unidos, 2019)
Guion, dirección: Kitty Green. Elenco: Julia Garner, Matthey Macfadyen, Makenzie Leigh, Kristine Froseth. Producción: P. Jennifer Dana, Scott Macaulay, James Schamus. Duración: 87 minutos.