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CRÍTICAS

Cuarteto Néstor Astarita – Tributo a Astor Piazzolla y Miles Davis

Cuarteto Néstor Astarita – Tributo a Astor Piazzolla y Miles Davis en Notorious (14 de Enero de 2015):

Nicola Bernardelli | Trompeta y Flugelhorn.

Alejandro Kalinowski | Piano.

Pablo Tozzi | Contrabajo.

Néstor Astarita | Batería y Percusión.

El show comienza a las 22:10 con un concierto a sala llena. Tan llena que los organizadores tuvieron que agregar una mesa e inventar un par de lugares para hacer posible esta nota. Uno de los encantos de Notorious es su tamaño reducido, que permite presenciar eventos con un ambiente intimista, tener a los músicos cerca, ver cada gesto de sus caras y, en muchos casos, hasta interactuar con ellos por la cercanía que permite el espacio. La desventaja es que para shows como éste el lugar resulta chico, y queda mucha gente afuera.

Para ir entrando en clima, la noche arranca con “Prepárense”, de Piazzolla. Enseguida, Astarita comienza con sus comentarios y anécdotas que tanto aportan a estas situaciones musicales, y llenándonos de nostalgia asegura: “Astor está vivo, nunca murió. Sigue vivo como todos los grandes artistas.” A continuación, el baterista ejecuta una pequeña base rítmica de jazz, otra de milonga, y explica que de allí parte su música, introduciéndonos al clásico “Autumn Leaves”, de Miles Davis. La versión que hace el cuarteto del tema otoñal tiene mucha más energía que el original y unos contrastes rítmicos entre los cuales Néstor introduce un increíble solo de batería que demuestra que para él los años no pasan. O, si queremos verlo desde otra perspectiva, podemos decir que sí pasan, y que a su paso le otorgan más y más experiencia musical. El solo de batería culmina suavizado por la entrada de la trompeta, volviendo a la melodía del tema original.

La lista sigue con “Years of Solitude”, en una versión muy ecléctica con unos juegos muy interesantes de Bernardelli en la trompeta con sordina, que se asemejan a efectos especiales de la banda sonora de una película de ciencia ficción con reminiscencias floydianas. Néstor continúa con sus anécdotas de los tiempos del boliche Jamaica, en el que tocaba con el quinteto del que también formaban parte Piazzolla y Agri, y menciona con cariño y respeto al “Pichi” Mazzei, destacándolo como el mejor batero de la época. El show sigue con otro tema de Miles, en el cual Astarita hace juegos rítmicos con el aro del tambor y termina con una improvisación sobre bossa nova, homenajeando a los vecinos de Brasil.

Después viene el famoso “Chiquilín de Bachín”. Néstor afirma que el mítico chiquilín del que habla la letra tenía nada más que 56 años, que es cierto todo lo que se dice sobre el tema, y que Ferrer escribió la letra en una servilleta en el boliche Jamaica. También cuenta que diversos músicos de todas partes del mundo caían ahí, y que tuvo la suerte de cruzarse y poder tocar con músicos de la talla de Ella Fitzgerald, Duke Elligton, Dino Saluzzi, Paco de Lucía, y Dizzy Gillespie; y que en muchos casos se perdieron oportunidades de tocar con grandes músicos porque durante la dictadura les prohibían tocar.

La noche avanza con “On Green Dolphin Street”, otro de Miles, en el que Néstor arranca golpeando un vaso con la baqueta. Luego se para, da una vuelta por el lugar haciendo percusión con las mesas, platos, vasos e incluso con la cabeza de un espectador. Se roba una sartén de la cocina y la incorpora a su batería como un instrumento más. Después viene “Oblivion”, tema de Astor en el que Kalinowski tiene lugar para lucirse mientras el baterista baila al ritmo de la milonga con su mujer. Antes de continuar con más música, Astarita anuncia que el próximo tema es “So What?” y nos incita a comprar el “disco azul” (Kind of Blue), diciendo que nos enseña a escuchar el sonido del silencio. Tras elogiar el disco un rato, admite su enorme admiración por Miles Davis, John Coltrane y Bill Evans diciendo: “Yo me quedé con ellos, la historia de la música siguió”. Para cerrar la velada nocturna, nos deleitan con “Vuelvo al sur” de nuestro querido Piazzolla.

Soy de esas personas que creen que para hacer algo realmente bien, el secreto está en encontrar el equilibrio justo entre el orgullo y la humildad, y saber cómo transmitir la pasión por lo que se hace. Néstor Astarita es la demostración de que se puede seguir siendo una persona sencilla, a pesar de tener un gran virtuosismo y una trayectoria de la ostia.

calificacion_4

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