Si se trata de dramas realistas, intensos, perturbadores, pero siempre humanos, imposible eludir a los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne. Oriundos de Bélgica, consiguieron la Palma de Oro en Cannes, primero con Rosetta y más tarde gracias a El Niño. Lo suyo es mostrar realidades duras, y Dos Días, una Noche es otro fiel exponente de esa premisa.
Tras un tiempo de licencia, Sandra (Marion Cotillard) quiere volver a su trabajo. Pero el viernes anterior a su pretendido regreso, una de sus colegas le comunica que el capataz hizo votar a sus compañeros de trabajo para dejarla afuera para cobrar una prima de mil euros. Pero no todo está definido: el lunes siguiente habrá una nueva votación que permitiría revertir la historia. Sandra, madre de dos hijos y con problemas de depresión que la obligan a estar constantemente medicada, tendrá el fin de semana para convencer a sus colegas de cambiar de opinión.
La estructura tiene puntos en común con la de A la Hora Señalada. En el clásico western de Fred Zinnemann, Gary Cooper era un sheriff que debía acudir a los ciudadanos de un pueblo para que lo ayuden a enfrentarse a un vengativo criminal, recibiendo negativas por diferentes motivos. De la misma manera, Sandra irá casa por casa de sus compañeros, implorando por ayuda, obteniendo muchas veces rechazos entendibles: cada individuo necesita el dinero extra por diferentes motivos, principalmente para sobrevivir, y cualquiera que pueda aliarse con ella corre el riesgo de ser despedido. Un dilema moral tras otro.
La acostumbrada cámara inquieta de los Dardenne acompaña a la protagonista en su lucha por mantener el trabajo. Y Sandra no tendría cuerpo y alma si no fuera por otra enorme labor de Marion Cotillard, capaz de transmitir vulnerabilidad y fuerza; un ser que, pese a sus tormentos, sale a luchar como una leona.
Sin estar a la altura de Rosetta ni El Niño ni de otras de sus gemas, los Dardenne vuelven a lograr en Dos Días, una Noche otra película que pone a prueba al espectador y lo deja pensando y discutiendo.
Por Matías Orta