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CRÍTICAS - CINE

El Avispon Verde, Según Cecilia Tedesco

El Avispón Verde fue creado por George W. Trendle, en una serie radial de 1936, al igual que su antecesor, El Llanero Solitario (1932), donde un justiciero enmascarado luchaba contra criminales en el lejano oeste. En ese entonces el personaje de Britt Reid era el sobrino nieto de John Reid, nombre real de El Llanero Solitario. Debido al éxito de la emisión radial, El Avispón Verde inspiró dos seriales cinematográficos en la década del 40’ con un estilo más oscuro y dramático, acorde al clima de la época, y varios libros de comic.

Pero en los 60’, se convirtió en una serie televisiva, al igual que Batman, y contaba con las actuaciones de Van Williams como Britt Reid / El Avispón Verde, y de un joven llamado Bruce Lee en el personaje de Kato, que lo llevó a la fama; en esta versión se mantuvo el estilo serio anterior para diferenciarla de Batman, y los villanos eran corruptos y sobrios. Ahora este vigilante nocturno llega a la pantalla grande y en 3D, con mucha más acción, efectos visuales y humor que sus versiones anteriores.

Tratar no es lo que importa cuando siempre fracasas“… era lo que James Reid le decía a su hijo Britt de pequeño cuando este se metía en problemas en la escuela por defender a los débiles de los abusones. Reid dirigía su propio periódico, “El Centinela”, del cual se decía era un faro de la verdad, ya que a través de sus palabras exponía la corrupción y la violencia  que iban carcomiendo la ciudad, sumiéndola en la decadencia moral y el desenfreno de los vicios humanos. La relación entre Britt y su padre empeoró al morir su madre, y cuando el joven Reid se convirtió en adulto el vínculo casi no existía; mientras Britt desperdiciaba su vida en fiestas, alcohol y mujeres, su padre era asesinado misteriosamente y su hijo heredaba su fortuna y el periódico. Entonces la vida de Britt Reid cambió para siempre.

No se debe tener miedo a morir, sino que se debe tener miedo a no haber vivido primero“… Con estas palabras Britt convence a Kato, el mecánico de su padre, un genio del diseño y experto en artes marciales, de unirse a él en una gran aventura. Britt adopta la identidad secreta de El Avispón Verde para convertirse en héroe; al menos eso era lo que él deseaba y, como decía parte de la canción de David Bowie: “We can be heroes…” (podemos ser héroes…). La relación fraternal entre Britt y Kato, quien aseguraba que ambos eran “shon-di” (como hermanos) se ve trastocada con la llegada de Lenore Case, la hermosa secretaria de Reid, periodista y criminología, quien se irá interponiendo entre ellos, sacando a la superficie los problemas de ego de ambos que deberán superar si desean preservar su amistad. El personaje de Britt evoluciona a lo largo del relato y el de Kato lo complementa correctamente, ya que cada uno posee lo que al otro le falta y esa es la base de cualquier sociedad.

Para ser héroes, Britt y Kato, primero deben pasar por villanos desbaratando los negocios de los verdaderos criminales; es así como sus actividades nocturnas llegan a oídos de Chudnofsky, el peligroso rufián a cargo de todos los crímenes de la ciudad, quien se convertirá en su mayor enemigo, resultando en otra brillante actuación por parte de Christoph Waltz, quien se consagró por su caracterización del Coronel nazi Hans Landa en la obra maestra de Quentin Tarantino Bastardos sin Gloria. Las audaces publicaciones de El Centinela también llaman la atención del fiscal Frank Scanlon que intenta convencer a Britt Reid de unir fuerzas para “mutuos beneficios”.

El último personaje esencial en esta historia no es de carne y hueso, es el automóvil utilizado por El Avispón Verde y su compañero enmascarado, un Chrysler Imperial 1964-66, llamado “la belleza negra”, un vehículo blindado fabricado por Kato, repleto de armas y trucos por doquier, que será de vital importancia para salvar la vida de sus ocupantes en más de una oportunidad, sin duda una verdadera obra de arte del rubro automotor.

Su director, el frances Michel Gondry, empezó dirigiendo videoclips musicales para artistas como The Rolling Stones, de quienes se escucha el tema “Live with Me” en la primera parte del film. Su primer largometraje fue Human Nature (2001), comedia dramática protagonizada por Tim Robbins con guión de Charlie Kaufman, con quien volvió a trabajar luego en Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos (2004), drama romántico con ingredientes de genero fantástico que tuvo como protagonistas a Jim Carrey y Kate Winslet; otro film para destacar fue Soñando Despierto (2006), una comedia dramática con un toque de fantasía, estelarizada por Gael García Bernal. El último trabajo de Gondry que se vio en nuestro país fue Rebobinados (2008), comedia con Jack Black y Mos Def.

La banda sonora de la película cuenta con canciones conocidas, no solo las de los Stones y Bowie, sino también “Twisting The Night Away” por Sam Cooke, “Feel Your Love Tonight” por Van Halen, “I Hung My Head” por Johnny Cash, y “Read Death at 6:14″ y “Blue Orchid”, ambas por The White Stripes, de quienes Gondry también dirigió videos. A estas se suman dos temas interpretados por Jay Chou, cuyo personaje Kato adora la música clásica.

Me impactó una escena en particular por lo ridícula de la situación, pero a la vez original, cuando Britt y Kato deben eyectarse del automóvil semidestruido a punto de estrellarse y el asiento se eleva colgado de varios paracaídas; hasta ahí, todo normal y lógico, pero lo más extraño de todo es que en su parte trasera aun permanece intacta una bandeja giradiscos, con un disco de vinilo que toca música clásica… ¡¡realmente esa imagen no tiene desperdicio!!

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