A Sala Llena

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CRÍTICAS

El sanatorio de Waverly Hills

Leyendas sobre la tuberculosis y el terror

Las historias de terror tienen un componente inefable e inasible que aborda las experiencias paranormales para recrear el misterio de la existencia a través de todo lo que la ciencia aún no comprende sobre la física y la vida. Mientras el Sanatorio de Waverly Hills se yergue como un elefante blanco abandonado por el utilitarismo de los vivos, los muertos lo han convertido en un lugar de peregrinación para los investigadores de lo paranormal pero también,  para los amantes del género del espanto.

La nueva puesta en escena de Matías Montero que continúa con la estética y la búsqueda de un teatro de terror comenzada con la obra El Circo del Dolor es una reconstrucción ficcional sobre las leyendas que circulan alrededor del edificio clausurado conocido en la actualidad como Sanatorio de Waverly Hills, ubicado en el sudoeste de Kentucky, cerca de Louisville.

La obra retoma las  distintas experiencias que marcaron este hospital que abrió sus puertas en 1910 para recibir a los primeros pacientes de tuberculosis para cerrar en 1961 tras el descubrimiento de la vacuna y transformarse un año después en un geriátrico (Sanatorio Geriátrico de Woodhaven) y cerrar definitivamente en 1982 -tras denuncias de todo tipo de experimentos con los residentes-. A través de la relación entre uno de los médicos y una enfermera de tendencias crueles dispuesta a experimentar con los sufridos pacientes de tuberculosis, que raramente sobrevivían a los tratamientos médicos de la clínica, El Sanatorio de Waverly Hills narra algunos de los acontecimientos que comenzaron con la leyenda del hospital poseído por la muerte.

La leyenda de la habitación 502 que incluye el suicidio de dos jóvenes enfermeras se mezcla con el sadomasoquismo y la tortura para dar paso a las fantasmales experiencias de la actualidad a través de dos jóvenes que entran al sanatorio para buscar señales paranormales con su cámara con la finalidad de subirlas a la red como pruebas de los inexplicables fenómenos que los temerarios visitantes alegan.

La obra aprovecha las características opresivas del pequeño teatro para recrear, en un escenario que utiliza el pasillo que divide las butacas, algunas de las escenas escalofriantes sobre las atrocidades que sucedieron en el sanatorio. Ya sea en la admisión de un paciente o en las discusiones entre el médico director y la perturbada enfermera o en las historias sobre el túnel de la muerte -un pasillo que conectaba la propiedad con las afueras por donde de trasladaban los numerosos cadáveres de las víctimas de la tuberculosis para ocultar la presencia de la muerte de los enfermos- El Sanatorio de Waverly Hills logra introducir el terror en el corazón de los espectadores a través de una gran puesta en escena, excelentes actuaciones y una extraordinaria utilización de los recursos para buscar la esencia del terror en la idiosincrasia moderna.

La gran adaptación al teatro de muchos de los recursos que usualmente se utilizan en el cine es uno de los puntos más altos de esta obra sobre el miedo ancestral del hombre ante lo desconocido y el mundo de los muertos que en algunos lugares se une al mundo de los vivos para abrir una puerta a lo que en algún momento se denominó la dimensión desconocida.

Teatro: La Nueva Ratonera –  Juan Domingo Perón 1422

Funciones: sábados Junio 23 hs, Julio: 22 hs

Entrada: 120 $

calificacion_4

Por Martín Chiavarino

Dirección y Dramaturgia: Matias Montero: Iluminación: Matías Montero. Elenco: Ana Patricia Mancini, Daniel Medina, Fernando Matias Fanelli, Gabriel Cáceres, Ruth Tantera, Daniela Florencia, Oscar Segovia.

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