Juniper título original del film La Matriarca, se refiere a las plantaciones de eneldo que rodeaban la casa de campo, en Nueva Zelanda, que habita la familia sobre la cual se traza la trama del film. Las bayas, fruto del eneldo, se utilizan para la gastronomía y también con ellas se fabrica la ginebra, a la que es adicta la jefa del clan.
La experimentada actriz Charlotte Ramplig protagoniza a Ruth, una abuela que no es bien recibida por su nieto Sam, el rebelde George Ferrier, destrozado por la pérdida de su madre. Sam, por otra parte no deja de realizar un torbellino de acciones contradictorias y atropelladas, que lo llevan al límite e intentar ahorcarse el día del cumpleaños de su madre.
Ambientada en la Nueva Zelanda de 1992, en las afueras de Auckland, La Matriarca, narra la historia de tres seres desangelados, que intentan reinventarse como familia. En este drama con ribetes de humor negro, Ruth (C. Rampling), personifica a una abuela deteriorada por el alcoholismo, postrada en una silla de ruedas, con una pierna quebrada, añorando su vida como fotógrafa de guerra. Ruth llega desde Inglaterra para instalarse en la casa de su hijo, Robert (Marton Csokas), pero este, argumentando que por negocios debe ir a Londres, escapa de la responsabilidad de enfrentar a su hijo con la nueva habitante de la casa.
Ruth no llega sola, la acompaña con una joven enfermera, Sarah (Edith Poor), que tratará de mediar entre las rencillas de nieto y abuela; a la vez que intentará seducirlo. No hay nada nuevo bajo el sol, reza el refrán, efectivamente La Matriarca trata sobre una persona mayor que por razones justificadas o no debe convivir con un joven confundido y esquivo, que trata de superar el desdén mutuo y construir un vínculo para poder cambiar sus vidas.
El film está construido sobre un guion endeble que no explica determinadas situaciones, por ejemplo el hecho de que Ruth, dueña de un carácter áspero y belicoso, haya viajado sorpresivamente desde Inglaterra al otro lado del mundo para recuperarse de su pierna fracturada, a vivir con un hijo que hace años que no ve y un nieto que no conoce, no es creíble.
Además existe el antecedente del destrato de Ruth para con su hijo, al que también lo envió a un internado y siempre le ocultó quien era su verdadero padre. Este hecho da la impresión que existen saltos de tiempo en la relación de ambos que no se explican, especialmente cuando se observa un profundo desprecio de Robert por su madre. Sus frecuencias están en un paralelo desconocido.
En el guion de Saville aparecen una serie de situaciones que lo muestran como un cineasta primerizo: la presencia ocasional de un caballo que perteneció a la madre de Sam es demasiado simbólica para ser comprendida y le resta sostén a la línea de acción, la problemática relación entre Robert y Ruth no fue desarrollada, sino más bien está tomada tangencialmente.
Desde el comienzo se puede intuir como finalizará la película. Ruth y Sam cada uno a su manera están enojados con el mundo, y lo demuestran ya sea a través del alcohol o destruyendo todo lo que encuentra a su paso, en el caso de Sam. J. Saville a pesar de construir un enredado en el planteo quiso poner el foco sobre el alcoholismo y la disfuncionalidad, que en algunos casos se traspasan fatalmente de generación en generación.
A pesar de ciertos clichés, el film se sostiene gracias a la excelente interpretación de Charlotte Rampling que juega a la dualidad de exponer a una arrogante y grosera Ruth, a la vez que muestra cierto acercamiento con los que sufren, o le sigue el ritmo a los jóvenes fumando a la par que ellos marihuana y baila alzada por los brazos de su nieto la melodía del momento. A su vez Ferrier, consigue darle a su Sam el carácter de un joven que vive el gran dolor
por una pérdida que no puede superar y el desafío de enfrentar su propio crecimiento en un duelo permanente.
Saville quizá puso su empeño en desarrollar el carácter de Sam, al mostrarlo como un joven irreverente, descarriado, intolerante, cuyos actos desenfrenados posibilitan que lo echen del internado pero lo puso en un plano muy difícil, ser coprotagonista de una maravillosa actriz como lo es Charlotte Rampling. Ferrier supo sacar partido de su personaje, fluctuando entre la desesperación y el orgullo, sin embargo existe una cierta represión en la película que silencia las emociones de ambos, reduciendo los conflictos a intercambios banales.
Mattew J. Saville, responsable del guion y dirección del film, toma sus experiencias reales, que ya habían sido trasladadas a una versión televisiva, y las readecúa a éste, su primer film, que es bastante predecible y convencional.
(Nueva Zelanda, 2021)
Guion, dirección: Matthew J. Saville. Elenco: Charlotte Rampling, Marton Csokas, George Ferrier, Edith Poor, Adam Gardiner. Producción: Desray Armstrong, Angela Littlejohn. Duración: 94 minutos.