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CRÍTICAS

La Poeta y su Novia Actriz

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La Poeta y su Novia Actriz

Dramaturgia y Dirección: Patricio Abadi. Colaboración Artística: Alfredo Stuart. Escenografía: Gonzalo Cordoba Estevez. Diseño de Luces: Ricardo Sica. Intérpretes: Umbra Colombo y Laura López Moyano. Prensa: Walter Duche y Alejandro Zarate

Y el verbo se hizo carne

La poeta y su novia actriz, traza un recorrido a través de la turbulenta historia de amor de Martina (La poeta) y Andrea (La actriz). Lo que en el comienzo fue un cruce de miradas en el conservatorio, sufrió inusitadas mutaciones a través del tiempo y la distancia. El amor fou que las arrastraba en pasiones desbordantes y altamente productivas, se transformó en algo muy difícil de sostener en el plano real. Irrumpieron entonces el trágico adiós y la distancia, no menos intensa, puso en jaque las certezas cotidianas que cada una creía construir. Años más tarde vuelven a encontrarse… la misma mirada y el mismo sabor a vino en los labios.

La obra posee una estructura episódica que imprime un notable ritmo al relato. La historia es narrada por sus protagonistas, es decir, por quienes la gozan y padecen. Desde esa subjetividad cargada de sensaciones, dolores y placeres, se teje un conglomerado de vivencias que conviven sin lógica aparente, como en un collage, siendo en sí misma una yuxtaposición de voces heterogéneas.

La poeta, necesita enterrarse en la profundidad más oscura, transitar los bajos fondos del exceso. Para que algo pueda acontecer, para que el acto creador pueda consumarse, primero debe coquetear con la fantasía anacrónica de convertirse en el arquetipo de los escritores malditos. Sólo desde esa marginalidad asistémica es posible el reencuentro con su yo creador. Por otro lado, la actriz condesa múltiples variables: es una femme fatale con un indiscutible dominio de sus armas de seducción, pero también es esa mujer rota que se arma desde los escombros para desarmarse una vez más como consecuencia inevitable de su hipersensibilidad. Sexy y vulnerable, Andrea se expone confesando que su cuerpo fue destinado a encarnar textos. Pero no cualquier texto… los textos que Martina escribe para ella.

Ellas se necesitan, eso está claro. Pero mientras una decide hacer carne la oscuridad de la esencia romántica, en tanto movimiento cultural y político del silgo XVII; la otra lo único que quiere es transitar el romanticismo en su acepción más banal y feliz. La poeta se siente indeseable mientras admira en su objeto de deseo una belleza incorruptible.

Una puesta en escena sugerente, que construye un espacio despojado evidenciando que son los cuerpos los que narran. Las actuaciones son sólidas y las actrices proponen universos complejos a través de un texto que desde la poesía recorre diversos temas como el humor, el amor y la imposibilidad de olvidar. Umbra Colombo despliega una interpretación profunda, transitado estados de intensa sensibilidad y Laura López Moyano pone su cuerpo al servicio de un ser viciado por una extrema intelectualidad y un irrefrenable impulso autodestructivo.

Cuando el amor funciona solo como poesía, en ese plano surreal, ilimitado… entonces la realidad es solo la puesta entre paréntesis de ese “que se yo” con sabor a sublime. La poeta y su novia actriz es el rompecabezas de una historia de amor que rompió cabezas a su paso.

Teatro: Onírico – Fitz Roy 1846

Funciones: Viernes 21 Hs

Entradas: $60

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