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CRÍTICAS - CINE

Antes de la Medianoche, según Tomás Maito

Encantadora tercera parte.

Hay películas que ya dejan de ser meras películas para convertirse en historias de vida. Allá por 1995, Richard Linklater creaba Antes del Amanecer, o cuando Jesse (Ethan Hawke) y Celine (Julie Delpy) se conocían, un film tan romántico como encantador que llevaría a que esos entrañables personajes se volvieran a encontrar nueve años después en Antes del Atardecer.

Esas dos obras se caracterizaban por narrar una historia de amor que, a simple vista, parecía sencilla, pero que cinematográficamente resultaba muy compleja. Sin demasiadas pretensiones a nivel narrativo y con un aspecto visual austero y casi transparente, Linklater exponía su mundo, porque lo importante de esas historias era lo que pasaba entre estos dos personajes, y la atención siempre debería estar puesto en ellos y sus travesías, las cuales se destacaban por la construcción de brillantes guiones en los que cada diálogo resultaba impecable. Con el tiempo, esas películas fueron tomando un valor de culto, por lo que era inminente que surgiera una tercera parte que cerrara –o no, quién sabe– la saga. Si en la primera parte se retrataba el encuentro y en la segunda el reencuentro, con Antes de la Medianoche se desarrolla el desencuentro en un film que muestra a Jesse y Celine ya con una relación formal y dos hijas mellizas.

Este nuevo film resulta tan impecable como realista al retratar las relaciones humanas, explayándose a través de ciertos debates filosóficos, morales y existenciales de la vida, para abarcar la pareja desde el extremo placer hasta el desgaste propio del paso del tiempo. A pesar de atravesar un estado un tanto más gris que las anteriores, Antes de la Medianoche mantiene la esencia de la saga; una vez más, la fotografía y demás aspectos visuales no toman partida desde lo primario –aunque son brillantemente funcionales al discurso dramático – y sí lo hacen a partir de la materia del texto, mediante diálogos brillantes que hacen que el hilo narrativo se mantenga de principio a fin. Sumados a eso, una sutil composición musical que obra de fondo, pero que funciona de gran manera como leit motiv, separa las escenas más trascendentales con un deje tan melancólico como estremecedor.

Otra cuestión importante es que no es casualidad que la película transcurra sobre las costas de Grecia, ya que, en sí, se podría decir que Antes de la Medianoche mantiene su desarrollo como si fuese una tragedia griega, desde la manifestación de las circunstancias del pasado que fueron construyendo el presente de estos héroes que luego irán presintiendo cómo su relación va decayendo, hasta la lucha contra sus propios destinos, que se vuelve incierta en un panorama en el que domina la culpa, para desembocar en un éxodo irrevocable, aunque, en este caso, la típica enseñanza moral dejará una pequeña puerta abierta hacia la redención.

En fin, Antes de la Medianoche es una obra encantadora, tan jovial como emotiva, que expone un posible desenlace para la historia de una de las parejas más entrañables del cine contemporáneo. Una vez más, Linklater lo hizo, y por si quedaba algún tipo de duda respecto de qué podía pasar con una tercera parte, esta nueva entrega supera con creces todo tipo de expectativas para concretar una nueva película que será recordada y analizada en el tiempo como fueron sus dos predecesoras.

calificacion_4

Por Tomás Maito

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