(Argentina, 2013)
Dirección y Guión: Alejandra Perdomo. Producción: Alejandra Perdomo. Distribución: Independiente. Duración: 78 minutos.
Recuperando la identidad.
La política de secuestro, tortura y asesinato por parte de los funcionarios civiles y militares del Proceso de Reorganización Nacional generó conciencia sobre la necesidad de organismos que velen por los derechos humanos. Tras el regreso del protocolo democrático, los derechos humanos se convirtieron en una bandera, primero de lucha social contra el terrorismo de Estado para conducir más tarde al fortalecimiento de la consigna de memoria, verdad y justicia, que consolidó toda esta construcción de conciencia en organismos públicos de derechos humanos que cobraron fuerza con la sanción en 1996 de una nueva Constitución del Gobierno de Ciudad -de carácter progresista- que garantizaba “el derecho a la identidad de las personas” y aseguraba que el Estado -a través de sus organismos- debía facilitar “la búsqueda e identificación de aquellos a quienes les hubiera sido suprimida o alterada su identidad”.
Nacidos Vivos es un documental de Alejandra Perdomo acerca de la búsqueda de la identidad por parte de las víctimas del tráfico ilegal de personas en la Argentina. En la oficina del Registro Civil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mercedes Yáñez, coordina desde el departamento de derechos humanos las investigaciones sobre el robo y tráfico ilegal de bebés recién nacidos. Hace ya más de una década, Mercedes descubrió a partir de un testimonio que el Registro Civil no estaba cumpliendo con el artículo de la ley que garantiza la identidad, y comenzó así con la creación de la historia de este organismo público que se dedica a ayudar gratuitamente a la restitución de la identidad a aquellos que tengan dudas sobre las características de su adopción.
A partir de varios testimonios de víctimas, Nacidos Vivos reconstruye el derrotero del tráfico de personas, cuyo modus operandi incluye la complicidad de médicos y enfermeros para apropiarse ilegalmente de bebés de mujeres jóvenes de precaria condición social, en la mayoría de los casos, declarando muerto al hijo nacido y vendiéndolo a parejas de mejor posición socioeconómica. A modo de ilustración de un fenómeno que se repite en todo el mundo, Perdomo y su equipo realizan entrevistas en España a mujeres a las que les han arrebatado a sus hijos recién nacidos y a mujeres adoptadas que buscan a sus padres biológicos.
El film pone de manifiesto la necesidad de realizar una denuncia pública sobre esta situación en la que prominentes médicos han incurrido en delitos perversos. Las leyes que deberían servir de modelo social para la construcción de reglas y conductas con el fin de ejercer los derechos y obligaciones ciudadanas tan solo han servido como procesos burocráticos para garantizar el contubernio de funcionarios públicos corruptos. Nacidos Vivos es un capítulo más de una lucha política en defensa de los derechos civiles en Argentina contra la descomposición de un sistema social cuya podredumbre cada tanto sale a la superficie.
Por Martín Chiavarino
El molde del tema.
La identidad es un tema inagotable y el formato documental -en especial el del cine argentino- lo ha explotado durante esta última década. Las consecuencias del último gobierno de facto y de los años previos de una democracia ficticia han impactado en el corazón de la identidad y en el proceso posterior de búsqueda, restablecimiento y reparación de muchas personas. Lo cierto también es que la identidad, como rama de los derechos humanos, es un problema diario, que no precisa de un contexto extraordinario porque siempre está presente y Nacidos Vivos lo reconfirma. Aquí la visión parte de aquellos hijos que descubrieron tarde que fueron adoptados bajo circunstancias turbulentas: robados, regalados o bajo la influencia de sus madres biológicas. El principal recorte de este documental está en la figura de Mercedes Yañez, la única encargada en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de rastrear partidas de nacimiento, cotejar datos e intentar reconstruir la identidad de los solicitantes, quienes llegan a su oficina en el registro civil de la calle Uruguay.
Los testimonios se mezclan: están aquellos que han podido encontrar a sus madres y aquellos que mantienen la incesante búsqueda, lo que los une es precisamente la unión maternal (la figura paterna está casi ausente en sus relatos), el lazo inquebrantable que supera cualquier distancia, lejanía temporal e incluso el desconocimiento absoluto, el cual se procura cubrir a partir de retazos orales y, claro, la recolección de documentos. Todo funciona como parte de una estructura que Perdomo ubica en un molde circular y que rueda cíclicamente. De todos modos a Nacidos Vivos le falta carne para mostrarse particular ante un tema tan abordado, no le basta con una perspectiva sobre su cotidianeidad para impulsar una salida del entumecimiento que hay en su abordaje en clave extraordinaria o centrada en un período histórico. Este documental jamás escapa de las estrategias más básicas (cámara en subjetiva de un entrevistador, plano general para señalar el lugar antes de entrar a un lugar, mostrar al protagonista en sus labores diarias en un puñado de escenas, etc.). Estas maneras resultan ponzoñosas, en tiempos en los que el cine como lenguaje parece ser simplemente un medio para transmitir y para divulgar (en el caso de los documentales). Como si el formato fuese un impedimento para armar un relato, es decir reordenar una historia ya transcurrida sobre la base de las posibilidades que brinda el montaje o la fotografía, por ejemplo. Aquí la directora se recuesta en un tema que no por interesante sostiene por sí solo el peso de un documental. Todavía hay algunos que ven ciertos aspectos del cine -curiosamente aquellos que lo distinguen de otros lenguajes- como exógenos de un formato al que todavía le adjudican propiedades relacionadas a retratar una realidad.
Por José Tripodero